“No hace falta un gobierno perfecto,
solo hace falta que sea práctico”
Aristóteles
Definitivamente los equivocados y opositores a ultranza en el estado Portuguesa, tienen que irse ubicando en primera fila a la hora de reactivar (LA MISIÓN MILAGRO) al no reconocer el esfuerzo del gobernador y si no lo hacen por lo menos no deberían hablar tantas sandeces. porque se necesita ser totalmente ciego o hacen, como un amigo, adeco, hasta en su más profundo sueño, a quien aprecio mucho y para no discutir con él de política, las pocas veces que nos vemos le adelanto la conversación sobre el deporte, ya que, en una oportunidad llegaron a su humilde casita unos funcionarios encuestándolo para hacerle una vivienda y se encontraba su querida madre, quien acepta todo, menos el vicio que lo está consumiendo. Al llegar se les desbordaron los arrebatos de un opositor enfermizo, prácticamente los corrió a gritos ¡Aquí no queremos nada del gobierno! Ahí está, viviendo en el rancho que parece mecerse y ahora prácticamente alcoholizado, aunque ese es un problema de él.
De estos casos encontramos en cada barrio, caserío y ciudades, pero este humilde parroquiano, vive en el centro de la histórica Araure y es tan cierto y verídico, como sus pasos desorientados en busca del alcohol. Pero así, como podemos señalar este ejemplo tan negativo, encontramos exgobernadores, diputados, alcaldes y concejales recreándose en sus propias mentiras, ya que, cualquiera persona, si se da un paseíto en el estado Portuguesa, a pesar de lo escaso de la gasolina, puede dar cuenta del cambio sustancial, en unas partes más que otras, pero se ve y se siente, y no vaya a creer, que lo están engañando con la publicidad, el cual no puede faltar, ya que, en estos momentos, el mínimo negocio se maneja por las redes, así, este parado en una esquina vendiendo cambures.
La mezquindad en política es un arma para atacar y por eso las mentiras nacen y se reproducen de acuerdo a los intereses electorales y más en estos momentos, cuando estamos próximos de una elección a la presidencia. En días pasados me encontraba hablando con un amigo, lo conozco, desde mi época, cuando empecé a entender lo que significa la lucha de clases, en ese momento se detuvo un contemporáneo con él, siempre lo veo, pero nunca he intercambiado palabras; seguimos en el mismo tema de la conversación: reconociendo la labor del gobernador y el hombre no aguantó ¿Tú, como qué ahora eres chavista? La respuesta se la dio el amigo, muy rápido y picante ¡Tú sabes, que yo soy adeco, lamentablemente eres un intruso, ciego y enfermo, porque yo no puedo dejar de reconocer lo que estoy viendo, sin que nadie me lo cuente! La tertulia se terminó y me fui pensando, en la manera, como piensan los que llevan el odio encendido, pero a veces se consiguen, con alguien que les cante las verdades sin instrumentos y los obligue a sonrojarse, con una sonrisita vaga faltándoles poco para salir espantados.