Existen varias versiones sobre la inauguración de la que se llamó o se llama Plaza del Hierro, que data de un 28/12/1985; para algunos se debió los XXV aniversario de la CVG; para otros por el cumplimiento de los 10 años de lo que se llamó la nacionalización de la industria del hierro. Para darle sintonía a la plaza con esta industria fueron traídos del Pao cuatro bloques de este mineral; mientras del cerro San Isidro trajeron dos vagones de transporte de mineral ferroso, con alusión a Ferrominera del Orinoco. Tanto los vagones, como los trozos de mineral de hierro, se convirtieron en un icono que marcaron una historia como ciudad del hierro y del acero y con un pueblo trabajador, que gira directa o indirectamente con estas dos industrias
Esta Plaza del Hierro, que luego de los avatares del proceso revolucionario recibió el nombre de Hugo Chávez Frías; cobra relevancia desde el primer momento que aparece la figura del comandante Chávez en el escenario político; bien sea como encuentro de cualquier acto proselitista, social o artístico. Allí se hacían a diario presentes las figuras más representativas de la política estatal. Líderes de la talla de Williams Izarra, Carlos Escarrá y hasta el mismísimo Chávez pasaron por allí. En los momentos cruciales; ante cualquier embestida desestabilizadora de la ultraderecha, el sitio de reunión era la plaza. Hasta un protector tuvo este emblemático lugar en la persona del Profesor Raúl Planchard; muy diligente fue en eso de guardar su decoro, su luminosidad y el aseo.
Recuerdo que en aquellos momentos cruciales, en varias oportunidades, hubo intentos por parte de la ultraderecha golpista más recalcitrante, intentonas por apoderarse de la plaza. Se corrió el rumor que en una de esas madrugadas la tomarían; como a eso de las 6,30 am y al primero que encuentro, íngrimo y solo fue a Juan Martorano; con una boina roja y una bandera terciada al hombro; esperando a esa jauría, que no se sabe con qué intenciones vendrían. Era para la fecha un estudiante de bachillerato. Hoy un insigne articulista de Aporrea y Ensartaos. En uno de esos años de efervescencia política, la plaza estaba copada, gente de pueblo, funcionarios y políticos de toda categoría y hasta el ejército estaba allí, comandados por un general de apellido extranjerizante que no viene al caso mencionarlo. Lo cierto es que un grupo se salió de la plaza y se dirigió por la avenida Las Américas, en las residencias Grand Blues, gritando consignas, en ese momento, comenzaron a disparar de uno de los apartamentos, caen tres heridos, uno de ellos sangrando por un brazo, se dirigió al General, señalando el sitio donde habían salidos los disparos. Negándose a ir al lugar. No se sabe si fue por cobardía o que lazo de identificación tendría con esos terroristas. Un Capitán que estaba cerca; expreso ante los presentes: “Si yo fuese el Comandante de la unidad no lo hubiese pensado dos veces para ir hasta allí”
En el 2015 los Buses de Transporte Rápido (BTR), en un recodo de la plaza, por la calle Cuchivero, construyeron una parada para este tipo de transporte; que hasta los momentos no ha sufrido modificación alguna; pese a que este tipo de unidades se ha reducido sustancialmente. A partir de esa fecha, no se sabe a quién se le ocurrió la decisión. Algunos dicen que fue un acuerdo entre la alcaldía y la gobernación, convertir la plaza en un terminal de transporte público por los cuatro costados. El lugar se convirtió en un mercado persa, el caos y el abandono se apoderaron de aquellos espacios.
Estamos totalmente de acuerdo con el embellecimiento y reacondicionamiento de la plaza. Lo que no estamos de acuerdo a todas luces arbitrarias es el de haber desalojado del lugar los dos vagones y de haber hecho caso omiso, al nuevo nombre con que el pueblo había bautizado la plaza como Hugo Chávez Frías.