Los chóferes de las rutas interurbanas arremeten de nuevo; mañana piensan arrancar con una nueva tarifa retando públicamente a las autoridades gubernamentales y lo que es más peligroso, a los usuarios y usuarias.
Mientras tanto el gobierno calla, lo que no es bueno, porque ya muchas veces ha puesto a la ciudadanía como ariete para que enfrente directamente los abusos de los conductores de autobuses.
La estrategia de la especulación en el transporte público la conocemos todos, ponen al usuario a esperar horas y horas y más horas, para poder cobrar más y más y más. La ruta Caracas-Vargas es un enjambre de trucos y cinismo; las líneas y los piratas tienen un operativo permanente que funciona durante todo el día:
1.-Tienen una flota de piratas activada desde la mañana para atacar las colas cuando desaparecen los autobuses de la línea. Lo interesante es que los fiscales, no sólo que conocen a los choferes de los piratas, sino que les facilitan su operación.
2.- Durante las horas pico de retorno a Vargas, en la parada de Capitolio pululan los piratas que cobran hasta Bs. 7,00, mientras tanto los carros de la línea son tragados por el triángulo de Las Bermudas (Ah! el Triángulo de Las Bermudas queda en Caño Amarillo, cerca de Catia TV), donde se esconden los choferes para”impulsar” el uso de los piratas, que entre otras menudencias, son propiedad de muchos de los choferes y de los propietarios de autobuses de las líneas.
3.- Las líneas cobran sobreprecio en el pasaje, así sin más.
4.- La nueva táctica es colocar, a partir de la 7:30 p.m., una larga fila de camionetas destartaladas, verdaderos ataúdes ambulantes con los que extorsionan a los usuarios con tarifas especulativas de hasta Bs. 10.
¿Cómo ocurres esto en una de las esquinas más concurridas de Caracas? Con la complicidad de la policía y las autoridades de Tránsito. A media cuadra hay un punto de vigilancia de la PM, que se activa sólo si los pasajeros, hartos de tanta mierda deciden trancar la calle para llamar la atención acerca del abuso cínico de los choferes, fiscales de la línea, fiscales de tránsito y policía, que finalmente arremeten contra los pasajeros.
Pero esto no es todo, cuando abordas un vehículo, no importa el modelo, si autobús o camioneta, tu vida comienza a depender de la pata de un chofer cuyo cerebro está dominado por la codicia y la codicia se expresa en la cantidad de viajes que alcance a hacer el chofer, así que la velocidad de bajada Caracas-Vargas puede fácilmente superar los 120 kilómetros por hora.
Luego nos preguntamos ¿Cómo puede ser posible que un autobús pueda desplazarse a exceso de velocidad por una ruta como la autopista Caracas- La Guaira? Muy fácil, con la complicidad de la Guardia Nacional, que interviene sólo para matraquear a los choferes.
Los pasajeros no podemos evitar el exceso de velocidad, porque los choferes cegados por la codicia aceleran más… Toda una película de aventura, que muchas veces encuentra final trágico, como lo cientos de accidentes que durante años han ocurrido en esa peligrosa ruta.
Indepabis debe intervenir, porque se trata de un servicio por el que pagamos, así como el gobernador directamente, por la misma naturaleza del conflicto; todos sabemos de el prestigio y autoridad de la que goza el General García Carneiro, él podría alertar a las autoridades de la Guardia Nacional para que haga vales el honor que es su divisa y acabe con la corrupción de su personal que trabaja en la autopista.
Mañana encenderse una chispa peligrosa al enfrentarse de nuevo pasajeros y choferes. Es la hora cero anunciada. Los pasajeros han sido víctimas de la burla, del cinismo y el escarnio de los choferes. Mañana, si los guarimbreros especuladores del volante se lanzan a la aventura, la fórmula va a estar completa: gasolina y fósforos.
Nuestra esperanza queda en manos del gobernador García Carneiro, porque el alcalde nunca jamás ha hecho y no hará nada.
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