Morel Rodríguez, mediocre e inmoral gobernador del Estado Nueva Esparta, elegido por adecos-copeyanos-y-apéndices navegados que, nos invadieron y trastocaron nuestra idiosincrasia para contaminarnos de desafueros y culturas alejadas de nuestros antepasados y familiares que como relámpagos sin marca nos volvimos internacionales a todo dar sin detalles, para que lo tengamos por segunda vez al frente de esa gobernación por sus votos de ignominia que nos mantiene dentro del contexto nacional como vasallos de la IV-R, en el atraso total de la moral y las luces con todo su resplandor de verdades y, ahora seamos puente internacional de las drogas y de cuanto soplido de injusticia y perversión se asome en la película de todos los días, pero… Somos obstinados y seguiremos persiguiendo olas de buen viento para que la barca de la esperanza no naufrague totalmente desde que la brújula del mal capitán Alexis Navarro perdiera el horizonte de la racionalidad para dejarnos a la deriva sin consideración, ni reflexión alguna, cuando dirigió los destinos de este estado como candidato impuesto por Chávez, de cuyas maléficas consecuencia padecemos hasta, en los sueños que se nos fueron, por su nefasta actuación que nos dejó y, nos trajo hasta el sol de hoy a ese nefando corrupto que era un cadáver ambulante de por vida, para transformarlo por sus infeliz actuación de político de botica de pueblo: mantenerlo a flote. Lo mismo pasó con el filósofo zuliano Manuel Rosales, otro parapente de los pillos que se cuelan por las malas políticas de la intromisión del dedo –ambos: maestricos de primaria afines sin tiza ni borrador- que sólo aprendieron a tracalear y a robar y, hoy son tiburones de mares infestados de calamidades que la oposición venezolana defiende a capa y espada como dos insignes trovadores del desastre que tratan de esconder dentro de la miseria humana que les acompaña.
Morel estuvo dos semanas de parranda en España con gastos y viáticos que deben de salir de la alcancía de la gobernación y, como premio de consolación regresó con guacales de gallos finos y, sin consideración alguna: sacó la espuela del desparpajo para cortar la cuerda que ataba a los chavistas a la gobernación y los soltó a la calle botados, lo que su hijo Morelito como presidente del Consejo Legislativo con antelación, había hecho –muy bien hecho. Y como todo queda en familia, lo que es igual no es trampa y, más si ellos saben que los dirigentes chavistas viven en la luna y, no sirven acá. en la Isla para nada. Son nulos, a no ser para hablar sandeces y para que el queso siga sin la tostada, lo que es una buena razón para que ése par de bandidos se aprovechen de la situación.
Todo en la Isla anda de mal en peor: atracos, robos, drogas por todas partes, comida cara, el pescado hay que pescarlo en el cielo de lo costoso en que está, pésimos servicios, vías destrozadas, corrupción policial, de vigilantes de tránsito, de guardias nacionales. No nos salvamos por más que queramos y, el que no se baja de la mula es pan comido. No sé si hay algún plan de seguridad porque el raterismo en todos sus niveles sigue campante y, los alcaldes pegando vayas públicas: publicitándose y, los pueblos sin cloacas ni atención general que combatan las injusticias sociales y, a diario vemos como el ganado transita y convive con la comunidad como en el viejo oeste. Acá no hay hipódromo, pero sí muchos caballos sin control alguno, y por lo que se ve todos los malandros tienen el suyo, es decir, el llano en plena Isla a caballo. Sólo nos falta doña Bárbara. ¡Qué suerte la nuestra! Y el Gobierno Nacional adiós gracias, porque el estadal no existe como tal, porque si sirviera no estarían Morel y Morelito mandando. Mientras, seguimos a nuestra buena suerte que no nos desampare ni día ni de noche.
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