Lo que se vive en la frontera venezolana es algo tan grave que debe ser atacado de manera contundente, inteligente y rápida porque si no es así más temprano que tarde vamos a estar lamentándonos, más de lo que ya estamos, con las acciones que nos exportan desde Colombia,
Nuestras fronteras sobre todo las que por el Táchira y por el Zulia tenemos con el país vecino, están siendo penetradas casi minuto a minuto por la escoria que allá ha causado tantas muertes, durante tanto tiempo, para imponer su voluntad y establecer a punta de cañón, de motosierra y desapariciones la ley de prácticamente un paraestado, que tiene su origen en la mente y acción de quien ahora mismo gobierna ese país, por lo que sus actuaciones son consentidas aunque de boca para afuera el gobierno colombiano diga lo contrario.
El paramilitarismo lleva el sello uribista, es un monstruo que ya no se puede parar y que ya ha metido sus fauces en nuestra patria, lamentablemente con la complacencia y complicidad de funcionarios apátridas que venden su juramento por un fajo de billetes.
Esta gente no está jugando, lo acaba de demostrar con el asesinato de dos sargentos de la Guardia Nacional, en retaliación por la detención de diez paracos de los que estaban, con arma en mano, amenazando a los comerciantes para que se sumaran a un paro convocado por ellos, esta gente nos ha declarado la guerra y en la guerra no podemos esperar que nos tiren balas y les devolvamos flores, ya sabemos que el gobierno colombiano no hará nada por evitar que de allá salgan los asesinos, que ellos si saben quienes son y donde se enconchan, pero que les importa un bledo lo que aquí hagan.
En nuestras fronteras prácticamente la ley que impera la colocan los llamados “paracos”,ellos manejan los negocios del contrabando de extracción, de la gasolina, extorsionan, cobran vacunas, secuestran, se dan el lujo de ingresar armados y amenazar a quienes no se plieguen a su voluntad, se consideran con derecho casi que territorial y pareciera que no hay fuerza humana capaz de detenerlos, de aquí de la frontera se mueven a sus anchas hacia otros lugares del país, muchos de ellos con cédula venezolana en mano, que obtuvieron a través de documentos, cartas de residencia y de trabajo que jamás fueron verificadas o que poseen, falsificadas;vienen a matar como quien va de cacería porque es lo que saben hacer, saben que aquí para ellos es tierra fértil y que van a encontrar como ya lo han hecho, apoyo de personajes que son capaces de repetir lo que con Danilo, para causar terror y zozobra y ver si así logran sus objetivos, en los que no se descarta el magnicidio que es el máximo sueño de quienes saben que de otra forma no pueden salir de Chávez., en ello los paracos juegan el papel más importante y están prestos a ejecutar lo que les pidan a cambio de millones; ya vimos cómo lo intentó el prófugo Rosales cuando ofreció la bicoca de 25 millones de dólares por la cabeza de Chávez, ese apátrida dejó montadas sus mafias en el interior del Zulia y de allí es seguro que se están desplazando a todo el país.
Por la vía de los llamados refugiados, son muchos los que llegan a nuestro territorio para en la primera oportunidad sumarse a los grupos que aquí ya están echando raíces y tienen montado su negocio que no excluye nada y que incluye todo hasta el sicariato que se ha hecho frecuente y casi cotidiano.
Últimamente están proliferando grandes construcciones que el estado no se preocupa por averiguar de donde salen lo recursos, se comenta que aquí se están lavando dólares al por mayor, pero nadie se atreve a colocarle el cascabel al gato, hay temor y ese temor, bien fundado y demostrado en hechos obliga al silencio, en fin es el caos que se ha apoderado de toda la ciudadanía, están sucediendo cosas que antes no se veían, por ejemplo: el cada día en aumento robo de bombonas de gas, ¿ con qué fines, vaya usted a saber?, el sicariato que antes era esporádico hoy es casi a diario, por la calles de la ciudad circulan supuestos vendedores de cientos de cosas, desde lentes, hasta frutas, pasando por películas, discos, libros y flores entre otras cosas, que nadie averigua cómo es que ingresaron al país y qué tipo de documentos portan, para investigar su autenticidad, aquí hay mucha gente que con cédulas falsas, o posiblemente expedidas por el organismo, sumadas a cartas de residencia y de trabajo también falsas, se prestan para solicitar remesas para familiares en Colombia y así obtener jugosas ganancias, ya hay mafias establecidas que viven de ello y que incluso ostentan con costosísimos vehículos el resultado de sus ingresos, ahí también están los paracos; prácticamente no hay actividad donde estén presentes o intentando estarlo, entonces es aquí cuando se hace imperiosa un acción concertada, de inteligencia, para detectar dónde están y de manera frontal enfrentarlos y vencerlos, no hay otra salida, de otra manera, preparémonos para vivir lo que vivió Colombia y que ahora nos está exportando casi que como una práctica que pareciera normal.-
LAS MAFIAS, SIEMPRE LAS MAFIAS
Se inició en el Táchira el cambio de placas y con ella comenzaron a operar las mafias, para garantizarle a aquellos que no tengan todos los requisitos, en especial a los vehículos con placa venezolana cuyos propietarios viven en Cúcuta, la solución del trámite.
Se están cobrando hasta 1500 Bolívares fuertes, con el argumento de que el operativo es solo por 15 días., que las colas son muy largas lo que es cierto, pues un vecino mío demoró 17 horas para se atendido.
Es un hecho irrefutable que en Cúcuta la mayoría, algo así como el 85 por ciento de los vehículos de todo tipo que circulan allá, tiene placas venezolanas porque fueron comprados acá, muchos de esos vehículos, por no decir todos, son los que generan enormes colas en las estaciones de servicio, en perjuicio de los que si vivimos aquí, de allá vienen a hacer compras de productos de la cesta básica, de textiles, de equipos, medicinas etc., e incluso hasta a arreglarse el cabello porque la diferencia al cambio es enorme.
Ese es un problema que tiene décadas, sobre todo en lo que respecta a la gasolina.
Los que vienen a cambiar su placa, reciben una calcomanía que por cierto es distinta a la que muchos ya obtuvimos cuando se inició en censo y que ya no tiene efecto, lo que indica la improvisación y el despilfarro en la que antes se entregó, esa calcomanía es supuestamente para evitar se le suministre gasolina a quienes no sean de acá, pues se exige un recibo de algún servicio que demuestre que se es habitante del Estado, pero las mafias se las ingenian para con billete resolver la situación, es por ello que el problema nunca termina, a cualquier control que se implemente le surge la contra y no hay manera de resolver las dificultades que muy frecuentemente tenemos que soportar quienes vivimos aquí.
Algo hay que hacer para frenar el desangramiento de nuestra economía con la que prácticamente estamos subsidiando una región que nos supera demográficamente y que en ocasiones deja para los tachirenses migajas en los anaqueles de los supermercados.-
yuviliz40@hotmail.com