Pérez Vivas, el perro huevero, embadurnándose el hocico
Aquel Mambrú, de la versión española, se fue a la guerra y, a los niños, por alguna razón, les produjo dolor y pena. La guerra es más que suficiente para que los infantes lloren.
Pero éste perro huevero, Gobernador del Táchira, que lo es aunque el hocico le quemen, lo que implica ser torpe contumaz y nada original, ha anunciado, no que va a la guerra, porque no ha existido nunca copeyano guerrero y menos clandestino, sino a los predios de Insulsa, que lo son de la OEA, a denunciar a Chávez de abusar contra sus derechos de gobernante regional.
Pese a que admite que a la OEA no le compete semejante cosa y nada tiene que ver con lo que reclama, menos ahora que el organismo está seriamente cuestionado, no por los pueblos que siempre ha sido así, sino por los Estados y gobiernos, no obstante para no dejar de hacer pantalla y sus habituales ridiculeces, ha anunciado que allí irá. Son manías y gestos irrefrenables de animal de aquellos gustos.
Argumenta, creyéndose sensato, que si el organismo de Insulsa - que los gobiernos gringo, canadiense y el achicopalado colombiano, han hecho insulso, insípido e inodoro - intervino según él, en el asunto de Honduras, debería hacerlo en Venezuela por su reclamo.
Admite el copeyano que en Honduras, con Insulsa de monigote, la OEA contribuyó, casi por omisión, a desarrollar y culminar la payasada de Micheletti, los militares, la Clinton y otros personajes menores. Exige que se hagan presentes en el Táchira, quizás pensando que podrían darle aliento y hasta empujón colosales para la secesión, con lo que Mambrú después de ir a la OEA, podría ir a la guerra, pero parapetado del lado de Colombia.
El juez Eloy Velasco, de la Audiencia Nacional Española, produjo un disparate, extraído de las computadoras de Raúl Reyes, “Caja de Pandora”, según el cual el gobierno venezolano financia, promociona y protege a ETA y las FARC. Y es más, participa y coordina para que ambas organizaciones se entiendan y actúan en cambote, sostiene el español.
No hay nada nuevo bajo el sol. Pareciera ser la historia de cuando éramos muchachos. Los buenos, gringos, europeos, dueños de los reales y el linaje, contra los malos, indios, negros, suramericanos o sudacas, centroamericanos, caribeños, mestizos, pobres y explotados. La mismísima mediocridad de antes para justificar atropellos. Y como siempre, hacen uso de un esquirol, en este caso Uribe, quien en su política sinuosa, rompió la línea del discurso cordial para atraer de nuevo a Chávez y agrega a la acusación de Eloy Velasco, que gobiernos extranjeros – el de Venezuela, pese que lo omite – intenta imponer un presidente en Colombia. Lo dice para sumar su voz y denuncia al torrente orquestado que viene contra Chávez.
El señor Valenzuela, del Departamento de Estado, a dúo con el congresista republicano Connie Mack, archienemigo de los intereses venezolanos, tanto que solicita a su gobierno se nos deje de comprar petróleo e incluya en la lista de terroristas, hablan de una presunta complicidad de nuestro gobierno con Irán y las FARC. Les faltó Bin Laden.
Es decir, la orquesta pone en sintonía sus instrumentos dispersos por el mundo, para ejecutar la misma melodía y de manera armónica. Es el escozor que generan unos resultados electorales ya anunciados.
Por esto, el perro huevero, que por comer huevos no importa que le quemen el hocico, metió el suyo en el asunto para llamar de nuevo a Insulsa, con la OEA y los Marines, a sacarles las castañas que se queman en el calor de la Mesa Unitaria.
En su pedestre deseo de contribuir a la ejecución orquestal universal de poderosos y magnates, contra el generoso y bello intento de los venezolanos, quiso ser el más idiota de todos y para ello sólo se le ocurrió la manida y ridícula idea de llamar a la OEA.
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