El capitalismo es un sistema que nos condena a la miseria y la muerte por hambre Han pasado casi 120 años desde aquella justa lucha de Chicago. Los trabajadores hemos alcanzado muchas reivindicaciones, pero seguimos encadenados a un sistema que tiene como razón de ser la ganancia individual, la explotación de la fuerza de trabajo, la opresión y el desconocimiento de los derechos de los pobres y las minorías.
En nombre de la democracia burguesa que pregonan los capitalistas, los gobiernos de los Estados Unidos, de Europa y de Japón, invaden y asesinan a miles de indefensos pobladores de Afganistán, Irak o Haití. Cientos de miles de niños mueren diariamente por enfermedades evitables o por hambre. Millones no alcanzan a gozar nunca de los derechos de educación, vivienda o salud.
Muchos quieren reformar o embellecer el sistema capitalista. Nos hablan de luchar por una Tercera Vía, de humanizar el capitalismo, de democracia protagónica, de coexistencia pacífica o de cogestión política y productiva entre trabajadores y empresarios. Ninguna de esas opciones son alternativa real para nuestros problemas.
El capitalismo es un sistema que enferma, mata y condena a la miseria permanente a los hombres y mujeres del planeta. Es hora de que los pueblos del mundo nos levantemos y luchemos por un nuevo sistema económico, político y social opuesto al capitalismo. Que luchemos por el socialismo con democracia obrera, donde efectivamente los trabajadores y el pueblo seamos protagonistas con plena capacidad de decisión.
Rescatamos que el presidente Hugo Chávez hable de la necesidad del trascender el capitalismo y luchar por alcanzar el socialismo. Pero nos preocupa sobre manera que ese socialismo que pregona el Presidente, se reduzca a la solicitud a los empresarios de que entreguen el 30% de las acciones de ?sus? empresas a los trabajadores, porque supuestamente eso incentivaría la producci ón y evitaría enfrentamiento laborales. Con esa política, lo que se va a lograr es eternizar el capitalismo y nuestra miseria.
Una de las características fundamentales del gobierno del presidente Chávez es su independencia política con respecto a las potencias imperialistas. Sin embargo, no logramos entender cómo habla de socialismo y al mismo tiempo, promueve una política petrolera, que cuestiona la soberanía sobre nuestro principal recurso.
Los gobiernos de los países imperialistas presionan al gobierno venezolano y éste hace importantes concesiones a las multinacionales. La Chevron, la BP, Repsol, Total, Esso, los nuevos capitalistas chinos y rusos hacen cola para venir a quedarse con buena parte de la renta petrolera, a la vez que se aseguran que nuestro país les suministre de manera confiable el combustible que requieren para poner en funcionamiento sus economías o sus máquinas de guerra contra los países pobres.
Es paradójico que mientras la economía creció el pasado año en un 17%, la pobreza aumentó en los últimos 6 años, en casi 10 puntos pasando del 43 al 52%, según los propios datos oficiales. Conclusión, los ricos son más ricos y los pobres cada vez somos más pobres.
Las reservas internacionales superan los 25.000 millones de dólares, pero el gobierno propone que el excedente sea utilizado para cancelar una deuda externa fraudulenta e ilegítima, que alcanza el 40% del Producto Interno Bruto, mientas que los oligarcas que nos hipotecaron a la banca multilateral y al Fondo Monetario Internacional tienen buena parte de esos recursos en sus cuentas personales.
El gobierno habla de trascender el capitalismo, pero se inclina más por apoyar con grandes créditos a los empresarios, devalúa el Bolívar haciéndole perder valor a nuestra fuerza de trabajo.
No ejerce ningún control real sobre los precios de los productos de la canasta familiar, ni autoriza un incremento de sueldos y salarios para todos los trabajadores venezolanos que permita atender las necesidades básicas de las familias. 400.000 bolívares es una miseria que solo alcanza para cubrir la tercera parte de lo que necesitamos para sobrevivir dignamente.
Socialismo es democracia e igualdad social Los trabajadores y el pueblo nos hemos sacrificado durante décadas. Hemos aportado nuestros mejores esfuerzos para que la economía del país crezca. Hemos ofrendado nuestras vidas para defender al gobierno del presidente Chávez contra los ataques del imperialismo y de la oligarquía opositora. Pusimos en movimiento a la nación cuando los empresarios quisieron paralizarlo. Es justo que los explotados de la ciudad y el campo, los que realmente producimos las riquezas y defendimos al país de la agresión extranjera, digamos cuál es el sistema económico que necesitamos y queremos.
El modelo económico que necesitamos debe ser opuesto al del capitalismo. No queremos que una minoría parasitaria sea dueña de las empresas, de las tierras, de los bancos. Tampoco queremos que los nuevos ricos que se están consolidando bajo la sombra del gobierno del presidente Chávez, ni los funcionarios corruptos, sean los nuevos representantes de la burguesía criolla, de las multinacionales y del imperialismo.
Muchas experiencias revolucionarias en el mundo lograron demostrar que todo proceso revolucionario que no se profundiza o que intenta conciliar los intereses de los explotados y los explotadores, termina desgraciadamente en dictaduras, muertes y miseria.
Allí están los ejemplos ilustrativos de Chile, de Nicaragua o más recientemente en Ecuador, donde el pueblo tuvo que movilizarse para sacarse de encima al gobierno del coronel Lucio Gutiérrez, quien siguió entregando la soberanía del país y hundiendo en la miseria a la población. Desgraciadamente, nuevamente los partidos de la oligarquía quieren ponerse al frente del gobierno y cobrarle caro la osadía al pueblo de levantarse contra sus intereses.
También debemos aprender de la experiencia del gobierno del Partido de los Trabajadores en Brasil. Un Presidente salido de las entrañas de la clase obrera, pero con una mentalidad y un programa reformista y pro-capitalista, hoy se desempeña como alumno aventajado en la aplicación de las medidas económicas del Fondo Monetario Internacional. Por su gestión a favor del FMI, Condolezza Rice, lo acaba de felicitar por superar sus "pobres orígenes de clase". Igual situación puede acontecer con el gobierno del Frente Amplio en Uruguay, si sus dirigentes siguen insistiendo en coexistir, convivir y co-gobernar con los empresarios y las multinacionales.
Por eso la salida en Venezuela no es la conciliación. No es viable, ni alternativa para los trabajadores, que los patronos se queden con el 70% y los pobres y los explotados con el 30% del sistema capitalista. No queremos compartir un sistema asesino y miserable. No es posible compartir el poder con los enemigos de clase que no dudarán en bañar en sangre nuestro territorio con tal de recuperar el poder político perdido.
La estrategia de los trabajadores no es la conciliación de clase, ni siquiera la cogestión y el control obrero de las empresas. Luchamos por alcanzar esas dos últimas metas, para demostrar a los trabajadores que es imposible conciliar los intereses de los patronos con los de los trabajadores. El control obrero y la cogestión no son "gestión compartida del poder en las empresas", eso es reformismo que le sirve al capitalismo. La cogestión y el control obrero, debe ser entendido como la lucha diaria y decidida de los trabajadores y el pueblo por hacerse al control de las empresas públicas, de las privadas y del Estado.
Es un paso transitorio, en el que los trabajadores nos preparamos para controlar las empresas y acabar con la irracionalidad capitalista desarrollando una planificación de la economía al servicio de las grandes mayorías y no de minorías oligárquicas y de las multinacionales.
La estrategia de los trabajadores y el pueblo es la expropiación de todos los capitalistas; la nacionalización y soberanía absoluta sobre nuestros recursos naturales sin indemnización alguna a las multinacionales; desarrollar una poderosa reforma agraria que elimine la gran propiedad sobre la tierra y la ponga a producir al servicio de la población. Nuestra tarea es demoler los gobiernos de los empresarios, sus regí- menes políticos corruptos y particularmente su Estado Capitalista, para reemplazarlos por un Estado Obrero, con un régimen de democracia obrera y bajo un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Nuestra consigna de batalla es y sigue siendo: TODO EL PODER A LOS TRABAJADORES. Por eso decimos: Queremos el 100% del socialismo, no las migajas del 30% de los capitalistas.
Y podremos consolidar el socialismo a condición que unamos nuestra lucha a la de otros pueblos hermanos para extender la revolución y derrotar defintivamente al imperialismo a nivel mundial.
Construyamos una herramienta política de los trabajadores para luchar por el poder El alejamiento de la población frente a los nuevos partidos de la V República sigue creciendo. En Caracas una minoría terminó participando de las internas del MVR, mientras que el PPT y Podemos no tuvieron fuerza suficiente para hacer elecciones propias y terminaron clamando por un acuerdo de cogollo.
Hay quejas de honestos luchadores de que en las internas del MVR hubo fraude.
El enfrentamiento entre los nuevos caciques políticos de la V República trasciende las fronteras locales y estadales.
Muchos compatriotas estaban esperanzados que inscribiéndose en las filas de esas organizaciones iban a superar a los "jefes" políticos. Eso no fue posible, ya que esos partidos tienden a funcionara a imagen y semejanza de los de la IV República. Si bien es cierto que sacan millones de votos, es porque se amparan bajo el dedo protector y el prestigio de que goza el presidente Chávez.
Lo importante a destacar en este Primero de Mayo, es que la población lucha y avanza, adquiere conciencia, tiene ansias de estudiar y formarse ideológica y políticamente y mantiene intacta su vocación revolucionaria para lograr una real transformación de la actual sociedad venezolana.
A todos ellos les decimos: construyamos entre todos nuestra herramienta política. Así como construimos una herramienta tan valiosa como la UNT, para dar la batalla contra los empresarios enemigos del proceso revolucionario; es más necesario que nunca que construyamos nuestro propio partido de los trabajadores y el pueblo para luchar por el socialismo.
Un nuevo partido realmente democr ático, que se alimente de los mejores luchadores y activistas salidos de las filas de los trabajadores y del pueblo, que tenga por finalidad la movilización obrera y popular y luche por conquistar el poder para los trabajadores y el pueblo.
Que sea solidario con las luchas del pueblo, que defienda la soberanía nacional, enfrente al imperialismo, demande el no pago de la deuda externa, exija aumento general de sueldos y salarios para todos. Que enfrente día a día a los empresarios y terratenientes.
Que tenga la vocación internacionalista que nos legó el libertador Simón Bolívar.
Un partido que esté en primera fila por apoyar la expropiación de las empresas para que sean controladas y administradas directamente por sus trabajadores.
Un partido que luche por una nueva sociedad, libre de explotación y humillaciones, que luche por el socialismo con democracia obrera.
Los militantes de OIR invitamos a todos los núcleos revolucionarios a que nos sentemos a discutir una plataforma política y programática unitaria y avanzar hacia la construcción de una real alternativa política y partidista para los trabajadores y el pueblo.
Este es nuestro llamado para este Primero de Mayo: Construyamos entre todos y todas, una nueva organización política; construyamos el Partido de los Trabajadores por la Revolución Socialista.
- Aumento general de sueldos y salarios para todos
- No al pago de la Deuda externa
- Para revisar la política de hidrocarburos, luchemos por una Constituyente Petrolera.
- El capitalismo es explotación, hambre, destrucción y muerte
- El socialismo es democracia, libertad e igualdad social
- Apoyemos la lucha por la expropiación de Constructora Nacional de Válvulas
- Fortalezcamos a la UNT para acabar con la burocracia sindical
- Fuera tropas imperialistas de Irak y Afganistán
- Abajo el ALCA, el Plan Colombia y el Plan Puebla-Panamá
- Fuera tropas yanquis de Manta, Vieques y Guantámano
- Apoyemos la justa lucha del pueblo ecuatoriano contra el imperialismo, la oligarquía y los planes de hambre del FMI
- Fuera tropas brasileras, argentinas y chilenas de Haití