Si lo pensamos de manera positiva, tal vez este hecho que ya llama a la reflexión, logra alargar la niñez como también la adolescencia.
Por ese lado todos felices, porque no es duda para nadie que esos son, los mejores años de todos los seres humanos.
Pero cuando dicho entretenimiento se vuelve adición, ya la cosa no es solo color de rosas…
Este bendito PIN, esta creando más dependencia que las propias computadoras…
Hay casos de muchachos que se duermen por las noches y los dejan encendidos, y cuando el PIN los despierta de su descanso, se despabilan y continúan su rochela…
Si vamos a cualquier comercio, es muy difícil no encontrar a los muchachos sumergidos en su BlackBerry, desconectado de lo que los rodea…
Hasta el cruzar una calle, muchas veces dicha distracción de sentirse viajando en una burbuja, les hace poner su vida en peligro, y no se dan cuenta…
Una vieja lección siempre que le inculque a mi hijo: “Cuando cruces una calle, tu eres el único que cuida tu vida, el pensar que un conductor frenara en un cruce arriesgado, indirectamente es delegar al conductor que cuide tu vida, cuando es todo lo contrario”
Creo, a pesar de que pueda ser una opinión tal vez impopular…
Que debemos activar alguna señal de alarma por nuestras televisoras, de los riesgos que conllevan, el no usar el PIN del celular de manera responsable, he inculcar en los riesgos innecesarios que pueden causar un mal uso de sus celulares.
La prudencia siempre será una sana consejera…
Principalmente en muchachos que transitan por una adolescencia que todo ser humano desearía que fuera eterna, pero la misma vida se encarga de enseñarnos, que no es así…
El uso moderado de nuevas diversiones, nos aleja de ciertas adiciones, que pueden llegar a ser negativas, tanto para los estudios, como para el trabajo, y para una sana convivencia…
Tratemos que las diversiones, las citas, las frases de inspiración, el abrazo a una madre, un padre…
¡Sean en vivo!... y las menos, en algún mensaje…
“La bendición y que Dios te bendiga” o “Te amo negra”…
Que la mayoría de las veces sea, en miradas que se encuentran, ya que tienen ese sabor a miel en cada labio, que se convierten en algo inigualable en cada ocasión que el momento lo amerite, que no se lo puede robar o comprar, un simple PIN de un simple celular…
¡Muchacha!...¡Carajito!
¡Abraza a la jeva!... ¡O a tu madre!…
Y después me cuentas…
josevarela753@hotmail.com