El espionaje de Xerox contra la Unión Soviética, y los paralelos de Microsoft con Venezuela

Estamos viviendo un momento histórico en torno al tema de las Tecnologías de Información, pues en la Asamblea Nacional, en el MCT y en el CNTI se está redactando una Ley que regulará su uso en el Estado. Lo que se coloque en esa Ley, aunque tal vez para muchos no sea importante o interesante, es decisivo para la soberanía del país y para la creación de una sociedad de conocimiento libre y desprivatizado.

Entiendo que a muchos no les interesa o les aburre los temas sobre esta ley, y es que precisamente este es el problema: este es un tema que, en principio, sólo interesa a los computistas. Con el detalle de que la gran mayoría de los expertos de informática del país son pro-oposición, lo que pone en los pocos computistas bolivarianos una pesada responsabilidad.

Además, tenemos que luchar contra poderosos intereses nacionales e internacionales que quieren poner sus intereses económicos y políticos por encima del país, e incluso logran influir y atrapar a algunos funcionarios del gobierno bolivariano. Al mismo tiempo, nos cuesta conseguir apoyo de los sectores populares, pues a la gente común se les dificulta apoyar aquello que les es difícil de entender o con lo que no están familiarizados.

En realidad, aún cuando eso de la Ley de Infogobierno suene a paja aburrida, lo que se coloque allí será importantísimo para el país. El paro petrolero de 2002 y 2003 mostró como, mediante las tecnologías, se pudo paralizar y manipular a control remoto a la industria más importante de Venezuela. Y no fue el único caso.

Espionaje de la CIA y la empresa Xerox contra la Embajada Soviética

Fíjense en esto: durante la guerra fría, en los años sesenta, la empresa Xerox comenzó a comercializar las primeras fotocopiadoras, y la Embajada de la URSS en Washington compró algunas. La CIA contactó a Xerox y éstos colaboraron incondicionalmente con la agencia, entrenando a cuatro ingenieros de la empresa para que instalaran dentro de las fotocopiadoras pequeñas cámaras que sacaban fotos a cuanto documento pasara por la máquina. Como la fotocopiadora requería mantenimiento, los ingenieros tenían que ir todas las semanas a la embajada a revisar las máquinas, y en ese viaje se llevaban los microfilms con las fotos tomadas, y ponían unos nuevos.

Esto no me lo contó algún comunista trasnochado; es un documental que transmiten con frecuencia en el canal de televisión estadounidense The History Channel, donde entrevistaban a algunos de los ingenieros de Xerox muchos años después. También pueden leerse algunos artículos en Internet contando esta triste realidad.

2006: Estados Unidos rechaza comprar computadores a China por temor a espionaje

Sería ingenuamente estúpido que nosotros supusiéramos que hoy, cuarenta y cinco años después, Estados Unidos no use las nuevas tecnologías para espiarnos y controlarnos. De hecho, cada ladrón juzga por su condición. Según esta noticia del diario español ABC, "el Departamento de Estado norteamericano acaba de vetar a los ordenadores Lenovo por temor al espionaje chino. (...) El principal problema era que 900 de los 16.000 computadores pedidos por la Administración Bush se iban a instalar en una red especial por donde circulan documentos confidenciales y secretos de Estado. Amparándose en que Lenovo es una compañía controlada en un 27 por ciento por el Gobierno chino, el congresista Larry M. Wortzel denunció que el régimen comunista 'podría instalar un hardware o un software clandestinos en los PC para introducirse en los servicios de inteligencia americanos'."

En palabras más sencillas, Estados Unidos temía que se usaran las computadoras fabricadas en China para espiarlos y robarles secretos importantes. La Administración Bush optó, por medidas de seguridad, rechazar esas 900 computadoras previstas para los sistemas confidenciales, si bien siguieron adelante con las 15.100 restantes.

Este es tan sólo uno de los motivos por el cual queremos apoyar el Software Libre, que es aquel que te deja examinar su código fuente (es decir, ver sus planos, ver cómo está hecho, qué le pusieron y qué le quitaron). Permite además modificarlo y redistribuir esos cambios. De esa forma, se puede examinar si hay espionaje en el software, minimizar los riesgos, hacer aplicaciones que suplan las necesidades de los venezolanos, y ser soberanos tecnológicamente.

¿Microsoft = Xerox?

Con el software propietario, como el de Microsoft, IBM y otras empresas, no es posible examinar si hay espionaje en el código fuente. Es imposible saber si una copia individual de Windows fue personalizada para espiar un determinado computador. Y con la experiencia que hubo con Xerox, y visto que Venezuela está en la mira del Imperio estadounidense, no pueden venir Microsoft y otras empresas de Software Privativo a pedirnos que confiemos ciegamente en ellos.

Microsoft lo sabe, y está desesperada haciendo promesas a diestra y siniestra para ganarse al público. Gasta cientos de millones de bolívares en anuncios de prensa diciendo que ellos están con los desposeídos. Se van a universidades a regalar copias de Windows y otros productos, a ofrecerle descuentos geniales a los jefes de Informática, acosan a los trabajadores de los entes públicos ofreciéndoles grandes ofertas, le dan de todo a los profesores universitarios para que den clases con productos de Microsoft, incluso hacen ferias para instalarle Windows gratis a todo estudiante que lleve su máquina. Y todo esto comenzó a ocurrir desde que el Software Libre (que Bill Gates, presidente de Microsoft, llegó a calificar de "comunista") comenzó a sentirse con fuerza en Venezuela.

Microsoft en Venezuela

Paralelamente, un diputado de la Asamblea Nacional introduce, durante la redacción de la Ley de Infogobierno, a varios representantes de la empresa Microsoft, quienes dan contundentes opiniones y rechazan con total vehemencia la presencia de las palabras "software libre" en la Ley. Asiste a fiestas de Microsoft y acude a Estados Unidos a visitar la sede de la transnacional, a pesar de que otros colegas parlamentarios rechazaron cautelosamente esa misma invitación.

¿El resultado? El último proyecto de la Ley elimina completamente las palabras "software libre" de su texto, a pesar de que un decreto firmado y apoyado por el Presidente Chávez en diciembre de 2004 no sólo apoyaba y promovía el Software Libre, sino que lo mencionaba unas 17 veces en sus 14 artículos. E introduce fórmulas para el cálculo del costo de Software impulsadas por Microsoft, como lo es el Costo Global de Propiedad.

Incluso se hace una guerra sucia contra el movimiento del Software Libre venezolano desde semanarios como Quinto Día y Las Verdades de Miguel, acusándolo de hacer pactos con IBM a pesar de las denuncias que estas mismas comunidades han hecho contra dicha empresa. Mientras tanto, otros entes del Estado han contratado a IBM para dar cursos masivos de una mezcla de software libre y propietario a profesionales del país, y la eligen para evaluar y seleccionar el software libre que se usará en el país.

Cada quien tiene que luchar por este proceso en la trinchera que mejor conoce. Hay personas que están trabajando duro en las auditorías al CNE, en proyectos educativos, defendiendo los derechos de los niños y niñas, o los de la mujer, o los del anciano o del discapacitado, o de los estudiantes sin cupo. Y todas estas personas merecen nuestro apoyo en sus luchas. A algunos nos tocó luchar en el tema del Software, que es el que dominamos (aún cuando quisiéramos que muchas personas más lo dominaran, motivo por el cual aplaudimos el Plan de Alfabetización Tecnológica con Software Libre que está comenzando a hacer el Gobierno Bolivariano).

Ojalá puedan enterarse más del problema y apoyar este grave problema al cual se enfrenta el país.



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Luigino Bracci

Estrecho colaborador y antiguo miembro del equipo editor de Aporrea. Bracci es un celoso defensor del Software Libre y de la libertad de expresión.

 lbracci@gmail.com      @lubrio

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