http://www.aporrea.org/actualidad/n301121.html
Las posibles fallas de Internet a raíz de los temporales ajustes inducidos que buscan compensar las diferencias entre el tiempo cronológico, de fondo, y el llamado tiempo UTC responden sencillamente a que el sistema binario propio de la matematización digital maneja el monodígito "cero" (0) como si fuera el bidígito diez (10) con lo cual se puede avanzar de un orden binario a otro sin trastornos matemáticos ya que el primero (0) se asimila al segundo (10), como el 00, al 100; el 000 al 1000, etc., etc., etc., en estricto respeto a los saltos cualitativos que dialécticamente suceden a los crecimientos cuantitativos, y viceversa.
El crecimiento cuantitativo dentro de cada orden va de 1 al 9, sea esta serie expresión de unidades sencillas, o unidades decenarias, centenarias, milenarias o deco, hecto o milmilenarias, etc., es decir, de 1 a 9; de 10 a 19; de 20 a 29, etc., de 900 a 999, etc. , mientras que los números 10;100;1000, etc. representan los saltos cualitativos entre los diferentes órdenes, como única manera esa de que se vaya respetando y alternando biunívocamente los crecimientos cuanti y cualitativos que predetermina simétricamente el número máximo de dígitos para cada orden en particular.
Efectivamente, la hora 23:59: 60 resultaría un error a "los ojos" del computador, un ente tieso e irreflexivo y reacio consumado a toda heterodoxia propia exclusivamente del cerebro humano, biológicamente humana, un ser que podrá ceder y clonar sintéticamente toda la anatomía y fisiología de sí, salvo las de su propio cerebro. El computador, pues, tal como es él un ente descerebrado, no sabrá digerir sino lo que previamente le hayan puesto en la mesa.
Así, en el caso de la horas, minutos y segundos que se emplea en computadoras , cuando vamos contando, por ejemplo, 01;02;03;04;05;06;...09;10;11;...59 segundos, al saltar a 60, aquella serie deja de crecer cuantitativamente, y es forzoso detener este tipo de crecimiento digital y valerse de 2 dígitos de segundo orden (para los minutos) y sólo así dar el paso de las unidades simples a las de segundo orden , es decir, cambiar cualitativamente al segundo orden inmediato superior (de segundos a minutos y de este a horas) ya que de lo contrario quedaría rota la digitabilidad preconvenida. Esto rige en lo sucesivo y obviamente ad infinítum.