“Si en tu santuario cultivas rocas no esperes rosas”

Tu mente es tu santuario y solo tú decides que cultivar en él

Si en la cotidianeidad por tu mente predomina la culpa, la crítica, la escasez, la tristeza, el rencor y el miedo que es el elemento integrador de los sentimientos anteriores, no esperes sentir seguridad, aceptación, abundancia, alegrías, perdón ni amor verdadero.

Tu cuerpo es el "universo" donde se desarrollan 50 billones de células, seres vivos con conciencia propia cuya existencia sostienen la nuestra y que decidieron ceder parte de su individualidad, desarrollada en su evolución de más de 5 mil millones de años, para conformar un ser superior que determina su existencia a través de lo que consume y lo que pasa por su mente: creencias, sentimientos y pensamientos.

Si a tu mente la alimentas con pensamientos y sentimientos negativos, el caldo de cultivo que sostiene la vida de las células estará lleno de hormonas y señales energéticas que inhiben su desarrollo armónico, afectando su capacidad biológica de renovarse y de mantenerte sano y vigoroso hasta por lo menos 120 años.

Como lo afirma Bruce Lipton en su libro biología de las creencias, el ADN no determina el comportamiento (estado de salud) de las células, son las señales que recibe de su medio ambiente celular, nuestro cuerpo, y estas están controladas por nuestra mente o más precisamente por nuestras creencias  que terminan regulando nuestros procesos mentales. De acuerdo como interpretamos los sucesos de nuestra vida, bombardeamos las células con hormonas y señales energéticas (vibraciones) que actúan sobre su epigenética y condicionan su crecimiento, reproducción, desarrollo y salud.

El estrés constante, la ira, la tristeza y todos los sentimientos derivados del miedo actúan en detrimento de la salud de nuestras células. Los sentimientos y pensamientos derivados del amor, la actitud mental positiva  la favorecen.

Ser positivo no implica ser conformista, ni vivir en una falsa ilusión, es aceptar con amor todo que nos acontece y aprender de ello para transformar para bien nuestra realidad, es amarse tal y como uno es y a las decisiones que toma y mantener el vigor para construir una vida espléndida llena de bendiciones. Es entender que nadie puede cambiar lo acontecido pero si como lo asume, como lo vive y se prepara para recibir el momento presente, es decidir afrontar el ahora con lo mejor que tenemos.

Las ciencias positivistas nos dijeron que somos víctimas del ADN de nuestras células, liberándonos erróneamente de responsabilidades. Que nuestra salud es una lotería que podemos aliviar, en primera instancia, con médicos y medicinas y prevención sanitaria. Hoy desde el paradigma cuántico afirmamos que son nuestras creencias el elemento determinante de nuestra salud y bienestar, que nuestra actitud ante la vida y sus acontecimientos determinan la realidad de las células  y que podemos modificarla cambiando nuestras creencias, cultivando sentimientos y actitudes positivas en nuestra mente, nuestro santuario.

Ama a tus 50 billones de seres (células) tal como dios ama a sus hijos y regálate salud y felicidad, ellas entregaron su individualidad, su independencia para darte existencia, ahora son tu responsabilidad. 

La medicina puede curarte pero solo tu tienes el poder de sanarte.



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Noel Peralta Barreto


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