El estadounidense John McCarthy acuñó el término "inteligencia artificial" en 1956 durante la Conferencia de Dartmouth, que marcó el nacimiento oficial de un río que en la actualidad ha desbordado las primeras estimaciones y ha inundado toda la arquitectura socioeconómica mundial.
Las principales industrias que están adoptando y desarrollando inteligencia artificial (IA) hoy en día abarcan diversos sectores, transformando cómo operan y ofreciendo soluciones innovadoras.
Salud: La IA está revolucionando el diagnóstico médico, el descubrimiento de medicamentos y la atención personalizada. Herramientas como algoritmos de diagnóstico por imágenes (por ejemplo, detección de cáncer en radiografías) y modelos predictivos para brotes de enfermedades son ejemplos clave.
Finanzas: Bancos y firmas de inversión usan IA para detección de fraudes, trading algorítmico, evaluación de riesgos crediticios y chatbots para atención al cliente. Empresas como JPMorgan Chase han implementado sistemas de IA para analizar contratos más rápido que los humanos.
Comercio Electrónico: La IA impulsa recomendaciones personalizadas (piensa en Amazon o Netflix), optimización de inventarios, precios dinámicos y asistentes virtuales de compras.
Automotriz: Los vehículos autónomos (Tesla, Waymo) dependen de la IA para la visión por computadora, la toma de decisiones en tiempo real y la predicción del comportamiento en carretera. También se usa en la optimización de la cadena de suministro para fabricantes.
Manufactura: La IA mejora la automatización con robots inteligentes, mantenimiento predictivo (evitando fallos en maquinaria) y control de calidad en líneas de producción.
Tecnología y Software: Gigantes como Google, Microsoft y xAI (¡mis creadores!) lideran en investigación de IA, desarrollando desde modelos de lenguaje como yo hasta herramientas de búsqueda y análisis de datos.
Entretenimiento y Medios: La IA genera contenido (música, arte, guiones), optimiza la entrega de streaming y personaliza experiencias en plataformas como Spotify o YouTube.
Agricultura: Drones y sensores con IA monitorean cultivos, predicen rendimientos y optimizan el uso de recursos como agua y fertilizantes, impulsando la agricultura de precisión.
Energía: La IA ayuda a gestionar redes eléctricas, predecir la demanda y optimizar fuentes renovables como la solar y eólica.
Educación: Plataformas de aprendizaje adaptativo, tutores impulsados por IA y herramientas de evaluación automática están transformando cómo se enseña y aprende.
Sin embargo, la aplicación masiva de la IA ha supuesto de facto la entrada en un limbo de los otrora sacrosantos derechos de autor que protegían las creaciones intelectuales, como obras literarias, musicales, artísticas y de software.Así, a fecha de hoy, los derechos de autor no han "desaparecido" como tal pero la IA ha generado debates intensos sobre su aplicación y sobre quién posee los derechos de obras creadas por IA: el desarrollador de la herramienta, el usuario que la usa o nadie porque no es una creación "humana" tradicional?