No es placentero tener que denunciar nuestros propios errores como creyentes de un proceso humanista, pero, menos satisfactorio sería, permitir que las alimañas infiltradas, esas aberraciones que con disfraz y lenguaje revolucionario, se introduzcan premeditadamente, para desde adentro, producir el efecto contrario a lo deseado y conveniente a una nueva realidad.
Pareciese que el punto pudiera estar fuera de lugar en un momento electoral y en las circunstancias en las cuales el capitalismo decadente tradicional, afila sus garras mundialmente para hundir a la clase obrera y eliminar las conquistas alcanzadas por siglos de lucha a costa de sangre, sudor y lágrimas. Capitalismo, que entra en crisis provocada por los que creen serán los herederos mafiosos, que esperan salir fortalecidos de su jugada y tomar control del mundo. Es la misma mafia sionista judía y católica, que sigue creyendo las estupideces de Fukuyama, de que la historia se acabó y por lo tanto son éllos, los que deben provocar el reacomodo económico, político y social del mundo, para reinar en base a la concentración de capitales y riquezas en menos manos y, contando con el respaldo militar.
Es a esa matriz, a la que se someten los incondicionales estúpidos que no detallan que serán sostenidos y mantenidos como instrumentos útiles hasta que cumplan su meta fijada. Una vez agotados, simplemente serán relevados y desechados cuan objetos sin importancia. Así pasó con Noriega, con Saddam, con los jefes de carteles de la droga en Colombia, en Perú, Ecuador en México etc. Es decir todo aquel pendejo, que se somete a los intereses del imperio, y que cree que después saldrá ileso de su traición.
En el proceso político venezolano, se ha descubierto una serie de enigmas que por mucho tiempo estuvieron solapados en la realidad, pero que por conveniencia se disimulaban por los mismos interesados en ocultarlos para seguir siendo beneficiarios de mentiras levantadas detrás de pasquines, verbos secos y vacios en momentos de conveniencias particulares. Así, unos comandantes come candela de las guerrillas de los sesentas y setentas resultaron al final unos cobardes traidores que terminan su miserable vida al servicio de lo que decían combatir. No los voy a nombrar por el asco y el desprecio que producen.
En esa onda andan muchos alcaldes, gobernadores, legisladores regionales y nacionales, lideres destacados. Que, aparentemente son del proceso. Son fáciles de detectar: Se visten como nunca se vistieron, andan en carros que nunca soñaron tener, comen en restaurantes que nunca visitaron, tratan a círculos sociales no frecuentados con antelación, tienen cuentas bancarias que jamás tuvieron, consumen bebidas que jamás bebieron, van a fiestas que nunca asistieron, ni eran invitados, tratan al pueblo como no lo hicieron antes, lo desprecian, se les esconden, les dan billetes como limosna para ahuyentarlos de su entorno, los miran de reojo, califican a los que hablan su lenguaje del pasado de románticos, de atrasados, de encerrados en el tiempo, de resentidos sociales, de incapaces, de pedilones o de cabezas calientes absurdos, de locos y sucios desdentados. Por que en verdad muchos de éllos se repararon sus dientes atrofiados o escasos del pasado. Ahora sonríen a mandíbula batiente y se burlan de la risa del pueblo, repiten los chistes de los escuálidos en contra del pueblo Chavista. Forman parte de clanes de poder dentro de la revolución. Quien no este circunscrito a su circulo, no pasa, no aprueba, no trabaja, no tiene oportunidades. Todo el que se les acerque debe uniformarse como ordenan, de lo contrario, no obtienen casa, no se repararan o suministra servicios púbicos.
Por eso estamos en época de crisis. Crisis que se agrava, por que el enemigo entiende también que pese a esos infiltrados, la conciencia popular colectiva de solidaridad y apoyo mutuo avanza y que por cada traidor infiltrado, existen batallones completos de pueblo adquiriendo el nivel suficiente para entender e identificar a sus enemigos de clase. Y por lo tanta arrecia sus ataques en todos los flancos mundiales de fortaleza popular, por eso atacan en muchos frentes de aguerra a la vez y hablan abiertamente de la posibilidad de usar su mas poderosa arma militar para detener lo indetenible. Por eso ahora están dispuestos a usar armas atómicas en varios puntos del planeta a la vez, y lo dicen o gritan a los cuatro vientos, sin intención de disimular o de cubrir apariencias. Los pueblos del mundo aceptamos el reto. Les decimos que estamos dispuestos a morir o a vencer, pero es importante que sepan que no saldrán victoriosos de esta. El mundo habrá de cambiar y sus armas, sus infiltrados, harán daño, pero no triunfaran.
En Venezuela no debemos esperar ser 20 millones de chavistas revolucionarios, con 5 millones de solapados enemigos. Es mejor que nos depuremos y solo seamos 15 millones de combatientes efectivos chavistas, dispuestos a plantar pelea. Los que no se nos opongan serán respetados, pero los enemigos han de ser neutralizados.
javiermonagasmaita@yahoo.es