El imperialismo norteamericano continúa con su masacre en Fallujah, mientras el mundo voltea para otro lado, y calla vergonzosamente. El movimiento antiguerra, que en los días previos a la invasión a Irak organizó a escala mundial importantes movilizaciones contra el atropello que se preparaba con la anuencia pusilánime de la ONU, esta vez parece estar paralizado e impotente ante la nueva agresión contra el valiente pueblo irakí. Antes fueron Ramadi, Najaf y la misma Fallujah, contra la cual la más poderosa maquinaria de guerra que ha conocido la humanidad, desató toda su furia prepotente e intervencionista, sin por ello poder controlar la situación. Mientras Bush trata de lograr algo de estabilidad para concretar las elecciones de enero, Irak se parece cada vez más a un nuevo Vietnam para Estados Unidos. A Fallujah se une la lucha del pueblo irakí en todo el triángulo de ciudades sunitas. Ramadi, Mosul y otras, continúan la lucha, convirtiendo a Irak en un cuero seco, que los marines pisan por un lado y se levanta por otro.
Venezuela, país que ha sido vanguardia de la lucha contra el imperialismo durante los últimos años, especialmente durante los dos meses del paro-sabotaje petrolero, orquestado desde Estados Unidos, y que en su génesis como nación independiente liderizó la lucha continental contra el colonialismo español, el último gran imperio decimonónico, curiosamente permanece impávida ante el genocidio que el imperialismo más agresivo de la historia continúa perpetrando en Irak. Parece que se nos hubieran acabado las “pilas revolucionarias”, y que más allá de tumbar la estatua del Almirante, ganar elecciones y referendos, no tuviéramos arrestos para continuar la lucha contra el imperialismo, y apoyar incondicionalmente a los heroicos luchadores irakíes que defienden, armas en mano, a su país de la intervención imperialista.
Lo que sucede en Irak no es un asunto de los irakíes, es también nuestra lucha, no sólo por el hecho de que las razones que llevaron a Estados Unidos a intervenir militarmente en ese país son las mismas que podrían eventualmente propiciar una intervención en el nuestro –el petróleo- sino porque es nuestro deber. El deber de todos los trabajadores y pueblos del mundo.
En tal situación no se justifica que un gobierno que dice ser revolucionario no diga nada, ni mueva un dedo para apoyar al pueblo irakí. De allí que consideremos que Venezuela no puede seguir suministrando petróleo para que la máquina infernal de arrogancia y violencia imperialista siga asesinando niños y mujeres en Irak. Exhortamos a los trabajadores petroleros a que declaren un boicot petrolero al imperialismo, y que esto sea propuesto a todos los trabajadores petroleros de los países árabes, así como a los latinoamericanos.
Por otra parte, es urgente crear comités de solidaridad con el pueblo de Irak. De allí que propongamos a la UNT, a las UBEs, a los patrulleros, y demás organizaciones populares que impulsen desde estos comités movilizaciones contra la guerra y en apoyo al pueblo de Fallujah.
!!!FUERA EL IMPERIALISMO YANKY DE IRAK!!!
!!!VIVA LA HEROICA RESISTENCIA DEL PUEBLO DE FALLUJAH!!!
!!!NI UNA GOTA DE PETRÓLEO VENEZOLANO PARA EL IMPERIALISMO!!!
*Profesor de la UCV
Dirigente de OIR
miguelaha2003@yahoo.com
oir_2001@yahoo.com
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