Todos los países del ALBA, en una política internacional firme y bien cohesionada, deberían llamar sus embajadores en España, para exigir a ese reino que se respete y se le trate con dignidad a nuestros ciudadanos. Un racismo desbocado se desata en España contra ecuatorianos, bolivianos, nicaragüenses, venezolanos, argentinos, uruguayos, chilenos y colombianos.
Los españoles tienen en nuestros países grandes inversiones, pero todavía como perverso colonizadores tienen el valor de venir a atender y tratar sus asuntos en América Latina.
Es hora de que esto cambie.
Fue hora hace doscientos años de que todo eso cambiara, y para eso dieron sus vidas Simón Bolívar y los grandes patriotas que en sus terribles luchas contra aquella monstruosa España, le acompañaron.
Nada es tan importante en una confederación, como hoy se podría entender al ALBA, como su posición frente a las agresiones externas. Ya basta que España ofenda, agreda, maltrate e incluso que con su política hacia nuestros países, lleve a algunos de sus ciudadanos a asesinar a ecuatorianos o bolivianos, según se ha visto.
Por otro lado, es totalmente inaceptable para nosotros que sean los medios de comunicación como “ABC”, “El País” y “El Mundo” los que le estén dictando la política internacional al gobierno español.
Finalmente las frecuentes agresiones a nuestros ciudadanos, llegó hace dos días, insólitamente, hasta el propio embajador Isaías Rodríguez.
Las veces que he pasado por el aeropuerto de Maiquetía atestados en ocasiones de españoles, he podido apreciar el trato educado y la atención esmerada que se les da, al tiempo que me he puesto a pensar en cómo somos vejados en Barajas.
Qué tal, verdaderamente, se les tocara un pelo a estas gentes, muchas de las cuales suele ser soberbias, violentas y racistas.
Se sienten todavía conquistadores, colonizadores.
Pero la campaña en España la está urdiendo el partido único PP-PSOE, en un todo de acuerdo con Estados Unidos. No olvidemos que el éxito de la política económica del imperio euro-americano tiene que ver con las guerras a muerte contra las decisiones soberanas de los llamados países del “tercer mundo”.
La Unión Europea, conjuntamente con Estados Unidos, está profundamente preocupada por la unidad que viene mostrando América Latina, sin duda, producto de un gran esfuerzo diplomático que ha hecho Venezuela, bajo la dirección del Comandante Chávez.
La guerra está desatada y nuestras respuestas deben ser contundentes y totales.
Ya basta.
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