Oliver Stone regresó recientemente con la película Wall Street parte II, allí pudimos leer una frase impactante políticamente: “el dinero nunca duerme”. En la primera parte, realizada en 1987, el cineasta simpatizante del Proceso Revolucionario venezolano, hace una descarnada crítica al epicentro financiero del capitalismo estadounidense.
Viendo la película, reflexionaba sobre los peligros que significan las denuncias que viene realizando Luis Britto García sobre un “Golpe Judicial y Económico” en Venezuela.
Luis Britto: escritor, marxista, tiene una sustanciada y objetiva campaña, sobre un conjunto de demandas que tiene Venezuela en tribunales internacionales: El 20 de diciembre de 2010 el New York Post informa que los 23 magistrados del Juzgado del Sexto Circuito de Apelaciones negaron a Venezuela el derecho de debatir ante la Corte Suprema de Apelaciones de EEUU la demanda de un grupo de inversionistas de Ohio que reclaman 8.000 millones de dólares por bonos de Bandagro. Su abogado David Richards prepara el embargo de las gasolineras de Citgo”, tres refinerías en la costa del Golfo y una flota de tanqueros de PDVSA anclados en Houston.
Las denuncias son muy graves; de acuerdo al investigador marxista, la Constitución Bolivariana dejó flancos vulnerables creados por los infiltrados en la constituyente. Las interpretaciones románticas que hicieron algunos patriotas sobre el buen corazón del imperialismo los llevaron a introducir artículos “leoninos” en derechos humanos.
Al igual que se hizo con las denuncias de Eva Golinger, es necesario dar una cobertura comunicacional en el Sistema Nacional de Medios Públicos, a la Lucha que lleva en solitario Luis Britto García. Recordemos que al igual que el dinero, el imperialismo no duerme.
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