Blanca Eekhout contra la amiguita de Bush

Miles de escualidos y algunos “chavistas moderados” han afirmado que la
intervención de Blanca Eekhout en la Asamblea Nacional, para responder a la
amiguita de George Bush (María Corina Machado), estuvo “subida de tono”;
esto por el uso de calificativos como farsante e hipócrita.

No creemos que valga reseñar aquí el significado que la Real Academia de la
Lengua Española le da a esas palabras, pues nuestro pueblo tiene un
doctorado en eso de identificar esa clase de alimañas. Lo que pretendemos
es demostrar que, contrario a lo que los mencionados afirman, la diputada
Eekhout fue sutil se quedó corta en sus calificativos contra la
representante de la más rancia oligarquía venezolana; pues lo que ésta
afirmó en la Asamblea Nacional es mucho más que una demostración de vulgar
hipocresía.

La amiguita de Bush criticó fuertemente la asignación de viviendas que hace
el gobierno venezolano y la prohibición de vender las mismas.” Queremos un
país de propietarios donde cada quien decida si vende, hipoteca, hereda o
regala su casa. Lo contrario, lo que ustedes hacen (dirigiéndose a los
diputados revolucionarios) es comunismo”, afirmó.

Un discurso para tontos, sin lugar a dudas, en el cual se afirma que la
prohibición de vender las viviendas, donadas por el Estado venezolano, es
un atentado contra la propiedad privada.
Hipócrita es un calificativo que le queda superchiquito a esta farsante
redomada, pues perfectamente sabe que los beneficiarios de esas viviendas
no pagan un centavo por las mismas.

Esas viviendas se construyen con la aprobación y el dinero de todos los
venezolanos y no puede permitirse que el sacrificio que hacemos todos para
resolver las condiciones inhumanas a las que fueron condenados a vivir
millones de compatriotas, se convierta en un negocio para algunos vivos.
Al que se le asigna una vivienda (de manera gratuita) es porque la necesita
y no tiene como pagarla, no puede permitirse que haga negocio con ella
condenando a sus propios hijos a continuar viviendo en condiciones
infrahumanas.

María Corina lo sabe, pero miente con descaro. Se ha convertido esta
mujercita en una mentirosa compulsiva aunque no es nueva en la práctica de
mentir. Recuerde usted, amigo lector, como repitió hasta el cansancio que
las captahuellas violaban el secreto del voto, que Chávez les hizo fraude
en el referendo y que con la directiva del CNE no había garantía de
elecciones limpias.

Otro tema abordado por la mentirosa de oficio, durante la interpelación del
gabinete económico, fue el de la inflación venezolana. En su discurso se
negó a reconocer que la inflación en el gobierno de Chávez (a pesar del
fuerte impacto del golpe de Estado y el paro petrolero) ha revertido la
tendencia heredada de la Cuarta República y no representa ni la mitad de
aquella inflación de los dos últimos gobiernos de esa época.
Creemos que por estas afirmaciones, la diputada Eekhout calificó a la dueña
de Súmate como farsante, pero en honor a la verdad se trata de mera
ignorancia, pues no tiene argumentos intelectuales, la amiguita de Bush,
para entender sobre estos temas.

Por último la sifrinita recurrió a la frase favorita de la oposición
venezolana para demostrar el supuesto fracaso de este gobierno: “Los
ingresos petroleros se han quintuplicado en los últimos diez años y el país
sigue igual o peor”
Obviamente no reconoce que, en buena medida, la recuperación de los precios
del petróleo son una consecuencia de la política impulsada por el gobierno
venezolano y que parte de los ingresos adicionales se deben a la ruptura
con la tesis de que había que regalar la faja petrolífera del Orinoco…
ambas políticas contrarias a lo que ella defiende y representa.

Hace alusión la sifrinita a los ingresos por concepto del petróleo pero ni
de vaina hace referencia a los egresos. Aceptemos que los ingresos se han
quintuplicado (lo cual no es cierto) pero bueno es también preguntarse en
cuánto se han incrementado los salarios, en cuánto los pensionados y sus
pensiones, en cuánto los estudiantes universitarios y de todos los niveles,
en cuánto los profesores y maestros, en cuánto el número de universidades,
en cuánto el número de médicos laborando, en cuánto los centros de salud de
Barrio Adentro, en cuánto las comidas a los estudiantes de las escuelas
bolivarianas, en cuánto el subsidio a la alimentación, en cuánto los
infocentros y las computadoras para los niños de educación básica, en
cuánto la plantas eléctricas, en cuánto los kilómetros de vías férreas, en
cuánto la modernización de los equipos de las Fuerzas Armadas, en cuanto
los mercados e hipermercados socialistas.

Tampoco se pregunta la amiguita de Bush en cuánto ha disminuido el
analfabetismo, en cuánto la desnutrición, en cuánto la mortalidad infantil,
en cuánto la desigualdad social, en cuánto el hambre, en cuanto la pobreza,
en cuánto la deserción escolar, en cuanto la propiedad privada de empresas
estratégicas para la nación, en cuánto los niños de la calle, en cuanto el
desempleo.

La sifrinita tiene a mano las respuestas a estas preguntas y sabe que eso
cuesta mucho dinero, dinero que antes iba a las manos de gente como ella;
pero manipula y miente con descaro, por ello los calificativos de hipócrita
y farsante que le endilgó la diputada Eekhout, son desde nuestro punto de
vista suaves y respetuosos.


arellanoa@pdvsa.com


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Alexis Arellano


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