Separatismo radical: los contornos de una conspiración

El derrocamiento de los gobiernos de Bolivia, Ecuador y Venezuela figura en la lista de objetivos estratégicos de Washington.  Las tendencias separatistas se extienden y los grupos radicalizados proliferan en estos países, con un indeleble respaldo desde el exterior.  Ningún medio para socavar estos regímenes deja de ser utilizado –entre los instrumentos tradicionalmente probados del arsenal de las agencias norteamericanas de inteligencia, el separatismo es uno de ellos.

Una cierta Confederación Internacional por la Libertad y Autonomía Regional, CONFILAR fue creada el 16 de septiembre en Guayaquil, Ecuador por agrupaciones pro autonomía de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Guatemala y Perú.  El modelo para la conferencia que estableció la confederación se le atribuye a Alberto Mansueti, vicepresidente de Rumbo Propio, agrupación con base en la ciudad de Maracaibo capital del Estado Zulia en Venezuela.  A Mansueti se le conoce como el autor de los principios filosóficos separatistas de CONFILAR, una suerte de separatismo radical disfrazado como demanda por una autonomía civilizada.  El alcance de la autonomía solicitada por Mansueti y sus colegas es prácticamente equivalente a la abolición del control centralizado sobre los territorios correspondientes.  Este radical planteamiento emana grandemente de la aversión que sienten sus promotores por las políticas socialistas aplicadas por líderes populistas, tales como Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales.  

La versión de autonomía de Mansueti contempla la ausencia absoluta de regulación política o económica por parte de la autoridad central.  Los beneficios prometidos según el esquema son una calidad de vida considerablemente mejor, niveles excepcionales de educación y salud, trabajo, pensiones más altas y cuantiosos paquetes de ayuda social para los pobres, incluyendo cesta tickets, educación y atención médica gratuitas y,  por ejemplo, en cuanto a la corrupción se supone que esta se evaporaría.  En el pasado, promesas similares fueron generosamente planteadas por Jaime Nebot, feroz crítico de Correa y otros dirigentes de la próspera provincia de Manabí situada en la costa del Pacífico, la cual durante una década fue asiento de una base militar norteamericana, la cual fue instalada con el objeto declarado de luchar contra el narcotráfico.  En realidad, la base le dio a EU el control sobre los países vecinos de la región.  Correa prometió no renovar el arriendo de la base cuanto postuló a la presidencia y de manera inmediata, como respuesta, en cuanto asumió la presidencia se vio enfrentado a una campaña separatista.  La CIA instigó el separatismo en Manabí con la esperanza de que lograr un acuerdo sobre la base con los separatistas no sería problema, pero los planes de Washington no pudieron materializarse.  La opinión del presidente Correa sobre la presencia de la base militar de EU no había cambiado.  En el mes de septiembre del 2008 alrededor del setenta por ciento de la población expresó en un referendum nacional su apoyo a una nueva constitución que contemplara los principios de solidaridad, justicia y salud para todos.  Ecuador actua de manera independiente en la política internacional, se opone a las aspiraciones imperialistas de Estados Unidos y apoya la integración de América Latina.  No obstante, en Guayaquil, el referendum se ganó por un estrecho margen.

Los movimientos separatistas coordinados por la CIA también se manifiestan en Bolivia y Venezuela.  El referendum del mes de mayo del 2007 en la provincia de Santa Cruz en Bolivia fue ganado por los entusiastas de una profunda autonomía prometiendo a la población una mayor participación en los ingresos del gas y del petróleo.  Referendums similares se llevaron a cabo en las provincias de Pando y el Beni en junio del mismo año.  Morales no reconoció los resultados, citando las bajas cifras y posibles fraudes, además sus seguidores se refirieron a esto como un motín liberal, una ofensiva contra la nueva constitución del país lanzada por la oposición contra el socialismo y un paso hacia la balcanización de América Latina.  

El segundo foro de CONFILAR realizado en Santa Cruz en septiembre del 2007 estuvo dirigido a solidarizar con los grupos pro-autonomía bolivianos.  Las tendencias separatistas dominaron en la agenda política de Bolivia durante el año 2008 y comienzos del 2009 pero la eliminación por parte de las fuerzas especiales bolivianas de los grupos terroristas enviados al país por la CIA desde Croacia, Hungría, Rumania e Irlanda tuvo un efecto moderador en las poblaciones de las provincias desafiantes, Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando.  Se hizo ampliamente conocido que la dirigencia de Santa Cruz mantenía estrechos lazos con la embajada norteamericana y que secretamente ingresó desde el exterior armamento para los separatistas.  Los computadores obtenidos por las autoridades bolivianas contenían archivos con un plan detallado de desestabilización en Bolivia y el asesinato del presidente Evo Morales.  Cierto número de terroristas fue detenido y otros huyeron del país hacia Estados Unidos.

En Bolivia, tanto como en Ecuador, la constitución sirve como la principal barrera contra el separatismo.  La constitución boliviana que entró en vigencia en febrero del 2009 fue la primera en ser impulsada mediante el voto popular y que garantiza a la población originaria un status especial.  La constitución otorgó al estado amplios poderes en la esfera de la regulación económica y estableció la autonomía de las provincias, los municipios y las comunidades indígenas.  Impide la instalación de bases militares extranjeras en el país y  prohíbe la privatización de sus recursos energéticos.  Como era de esperarse, la oposición reaccionó en contra con rencor y la repetición de enfrentamientos con los derechistas en la parte oriental de Bolivia sigue latente.  

La CIA, la DEA y la Agencia de Inteligencia de Defensa de EU consiguieron formar una plaza fuerte del separatismo en el estado Zulia en Venezuela.  Durante un largo tiempo el Zulia fue gobernado por el duro oponente de Chávez, Manuel Rosales, quien de manera rutinaria discutía con los embajadores norteamericanos Brownfield y Shapiro acuerdos entre el Zulia y los Estados Unidos, tema que con razón enerva a Caracas.  Normalmente, un estado no tiene derecho de adelantar políticas exteriores de manera independiente, aunque Brownfield admitió públicamente que para él, el Zulia era una “república independiente” y abiertamente urgió a la oligarquía local de luchar con Caracas por una autonomía irrestricta.

El partido de Rosales, Un Nuevo Tiempo, se abstiene de hacer declaraciones que podrían considerarse como abiertos llamados a divorciarse de Venezuela.  En cuanto a Rosales, este solía combinar el separatismo y la corrupción como un pasatiempo y eventualmente tuvo que huir en medio de una investigación oficial de sus negociados. Finalmente, obtuvo refugio en el Perú pero las fuerzas separatistas en el Zulia siguen trabajando.  Actualmente Rumbo Propio el partido aceptado por Rosales y que mantiene secciones en varios estados venezolanos fronterizos, encabeza esta actividad.  Uno de sus dirigentes, Néstor Suárez llama a los seguidores del partido a luchar por la autonomía total del Zulia y a desafiar la legislación socializante de Chávez.  

Otra figura destacada de Rumbo Propio, el ex embajador de Venezuela ante la República Dominicana, Julio Portillo, declaró durante el golpe de estado del año 2002 que cortaba todos los vínculos con la “dictadura de Chávez” pero su enfoque resultó erróneo cuando Chávez recuperó la presidencia y Portillo tuvo que conformarse con un “patriotismo regional” como concepto legitimador.  Esta sería la explicación detrás de su separatismo radical y llamados a un referendum por la independencia del Zulia.  Portillo es uno de los fundadores del Frente Popular Democrático Constitucional del Zulia, el cual surgió cuando tierras baldías al sur del Lago de Maracaibo fueron adjudicadas a cooperativas rurales.  El dinero le llega a las agrupaciones separatistas del Zulia a través de la CIA y bancos locales como el Banco Occidental de Descuento.

Por otra parte, la presencia de una población colombiana los cientos de miles contribuye a la situación turbulenta del estado.  Mucha gente buscó refugio en Venezuela huyendo del conflicto interno de Colombia pero algunos son miembros de los grupos paramilitares de derecha.  Estos grupos tienden a ser hostiles hacia Chávez, lo cual significa que la CIA y los separatistas pueden contar con ellos como una potencial fuerza de ataque la cual podría contribuir a producir una soberanía del Zulia. El eje separatista Guayaquil – Santa Cruz – Zulia seguirá siendo utilizado para minar los regímenes populistas y las iniciativas de integración regional en América Latina.  A los grupos separatistas se les asignará un rol clave si es que Washington opta por la balcanización de América Latina, ya que al iniciarse el caos, sería más fácil justificar la intervención norteamericana en la región.  En todo caso, el Comando Sur de los EU está listo para implementar el Plan Balboa el cual fue diseñado hace cinco años.

*Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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Nil Nikandrov*

Periodista y analista político escribiendo frecuentemente en la revista rusa internet Strategic Culture Foundation.

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