El ataque a Libia no es sólo por petróleo. A pesar de sus juegos con las potencias del Norte, a Gadafi le quedaban cartas guardadas, que pueden explicar el apresuramiento en aprobar la resolución 1973. Si hubiesen querido la paz y la protección de los civiles, habrían aprobado la propuesta rusa para un alto al fuego que facilitara la mediación, o la propuesta de paz del presidente Chávez o de la Unión Africana. O la de Gadafi sugiriendo la redacción de una nueva Constitución y elecciones para escoger la dirección política.
Van de una ilegalidad a otra. La 1973 no autoriza armar a los rebeldes. Tampoco vender petróleo libio para financiar los gastos de la guerra ni el envío de asesores militares ni la entrega de financiamiento. Pero la ONU guarda silencio y el Secretario General es de los auspiciadores de las ilegalidades.
Sorprende que el 19 de marzo, a dos días de la aprobación de la 1973, la oposición libia decidiera crear un Banco Central. Gadafi decidió impulsar, apoyándose en las reservas de su Banco Central ($200 mil millones y 144 toneladas de oro), el dinar de oro como moneda de la Unión Africana para sustituir al dólar y el euro. Esa iniciativa aclara la acusación de Sarkozy contra Libia como "una amenaza para la seguridad financiera de la humanidad". Explica por qué la oposición se apresuró a crear, antes que un ejército, un Banco Central. No hay nada más peligroso para los centros financieros internacionales que un Banco Central que se atreva a generar liquidez, al margen de los poderes mundiales. Qué casualidad, el Banco del Sur y el proyecto Sucre van en esa dirección.
La invasión a Libia amenaza con destruir la OPEP y cualquier proyecto autonómico no sólo en el campo político, sino en el campo financiero. Vengo insistiendo en que la agenda social puede garantizar el triunfo en 2012, pero la agenda internacional es la que define el futuro. José Vicente tiene razón.
La petición que hizo el Presidente de Irán para ejecutar la propuesta de paz del presidente Chávez es de la más alta prioridad. También lo es impulsar el Plan ONU 2015, orientado a refundar la ONU, para sacarla de la colonización de que es objeto, subordinada a un Secretario General que sólo obedece a las potencias imperiales.
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