El primer aspecto que quiero discutir, es el aspecto básico de la soberanía de un país, y en este caso, el de nuestra patria, y en esto quiero ser tajante y claro, en lo que respecta a la soberanía hay una solo postura, ESTA SE RESPETA, esta postura no tiene una vertiente ética y otra moral, una vertiente técnica y otra científica, una vertiente popular y otra cultural, de eso NADA, es así de claro, la soberanía de nuestro país SE RESPETA, y por sobre todo, la soberanía no acepta “PEROS”, así de claro, contundente y sencillo.
En lo que respecta a nuestra soberanía, las ambigüedades, tan de boga en la bancada oposicionista venezolana, así como tan usada y harto justificada en los medios políticos de comunicación privados venezolanos, son propias de los COBARDES y los TRAIDORES, y me disculpan los que me conocen y saben que no me gusta usar palabras tan fuertes y quizás en otro caso, un tanto altisonantes, pero, y aquí si cabe un pero, lo que pasa es que cuando a uno le tocan a la madre, y nuestro país es la madre patria, a uno se le hierve la sangre y no entiende de medias tintas.
Creo que con lo anterior he dejado muy en claro, no solo mi postura en lo que respecta a la soberanía de nuestro país, sino también a la bochornosa, por decir lo menos, actitud de genuflexión ante el imperio de sus lacayos habituales y que tanto se rasgan las vestiduras para llamarse la nueva vía para un gobierno digno en Venezuela, por favor señores, un poco mas de cordura y seriedad en sus actuaciones, y no sean tan jala bolas del imperio, que lo que está en juego, no es solo nuestra soberanía, sino la vida de nosotros mismos, o si no, veamos lo que las muy humanitarias e inteligentes bombas del imperio hacen a diario en Libia.
Aclarado, ahora si el punto, pasare a analizar la otra arista de este asunto que tanto me llama la atención, y que no es otra que la verdadera intención del imperio al tomar estas medidas sancionatorias de nuestra industria básica petrolera, como lo es “PDVSA”, este aspecto para mi reviste crucial importancia y de ahí la necesidad de analizarlo lo mas en profundidad posible y desde todas su vertientes.
En este aspecto lo primero que debemos ver son los hechos concisos, y estos nos dicen que las sanciones son leves, cierto, pero ojo, que estas están muy bien dirigidas, estas acciones cortan como un corte de un cirujano experto hecho con un moderno bisturí electrónico, estas sanciones no muy profundas y poco altisonantes, son en realidad, el inicio cierto de una nueva etapa en la injerencia del imperio en nuestros asuntos y esta etapa es la de la injerencia directa.
El imperio sabe, a estas alturas, de la inminente derrota de su mediocre oposición, en las elecciones presidenciales del 2012, esto el imperio lo tiene clarito, así que ya ha llegado el tiempo de la actuación directa, de la actuación por sus propios medios, y no a través de sus lacayetes que tan poco o nada han sabido a hacer para lograr imponer los oscuros deseos del imperio en esta bella patria de Bolívar, de ahí, que se han dejado de medias tintas y su propio departamento de estado ha tomado la batuta de esta nueva etapa de injerencia directa en los asuntos políticos venezolanos.
Estas medidas buscan, en primer lugar, enturbiar nuestro ambiente político, darle armas directas a la oposición para atacar, nuevamente, a nuestro gobierno revolucionario ante la opinión pública, tanto nacional como internacional, amén de ser parte de la estrategia global iniciada por el imperio, hace unos cuantos años ya, en contra de la OPEP y su enorme poder en el mundo, ya que logrando destruir o en el peor de los casos, debilitar a este vital organismo, tendrán otra vez en su poder el control casi absoluto de las fuentes energéticas, tan necesarias para su muy decadente y agotadora sociedad, en estos ocasos de su imperio y de su malhadada forma de vida.
Al acabar con la OPEP, o debilitarla, lograra lo que tanto necesita para su consumidora economía, a una Venezuela sumisa y entreguista, como la que gobernaba en este país en la década de los noventa, donde lo mas importante era pelarle el culo al imperio, aunque nuestro pueblo muriese de hambre, (perdón por lo soez del lenguaje, pero es que aquellos gurús del petróleo de la época del noventa y que tanto quieren volver al control de PDVSA, me dan un asco tan grande que no logro controlar mis más bajos instintos literarios).
A tenor de lo anterior, no nos podemos olvidar de la enorme cercanía de Venezuela al imperio, además de pasar a ser la mayor reserva energética del mundo, así que con un país tan cerca y tan lleno de crudo, totalmente sumiso ante sus ordenes, este sería el mayor anhelo del imperio, y esto fue así, es así y será así, manden demócratas o republicanos, no nos caigamos a coba, somos los indiecitos que tenemos el oro, pero que aprendimos que los espejos no sirven para nada.
Otro aspecto que no podemos olvidar es CHINA. La enorme nación asiática ha pasado a ser, evidentemente, la segunda economía mundial y va en franco desarrollo y con recursos energéticos, será más temprano que tarde, la que le pase por encima, económica y militarmente, al otrora omnipotente imperio yankee, es de ahí que para mí no es de extrañar que la nueva guerra fría del imperio será con China.
No nos podemos olvidar que los asiáticos hacen y hacen cada vez más, inversiones en nuestro país, nos dan crédito de todo tipo y de todo monto y esto solo busca un fin, asegurarse una poderosa fuente de energía fósil, que si bien no está muy cerca, es la mayor a la que los chinos le pueden echar el guante y si se la quitan al imperio norteño, pues mucho mejor, así que no me ha de extraña en lo mas mínimo, que de seguir la revolución como ha de seguir en nuestra nación, seamos nosotros el foco principal de la nueva guerra fría mundial.
No quiero divagar mas en este aspecto, y creo que he dejado muy en claro los dos puntos que me interesaban analizar en estas sanciones imperiales, el primero es que VENEZUELA SE RESPETA y que la SOBERANIA no acepta PEROS, y la ultima, es que tenemos que estar muy claros y muy alertas, el imperio ha comenzado una injerencia directa sobre nuestra nación y un ataque, ahora frontal, contra nuestro gobierno y revolución.