Seguirá la devaluación del dólar, se reinicia una guerra de divisas que conducirá a más inflación global, aunque el riesgo de deflación por efectos de una recesión sigue latente. Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos, la semana pasada, en medio de una alta volatilidad y con todos los mercados a la baja, luego de su reunión con el comité de la FED, dijo que mantendrán la política de tasas 0% hasta mediados de 2013, cuando el mercado apostaba a que se finalizaría este año. Pero el riesgo a largo plazo será para los países productores de rubros básicos, que con una victoria republicana sentirán la presión de Washignton, nubarrones en el horizonte.
A ello Bernanke agregó que no descarta un nuevo QE, o lo que quiere decir una tercera ronda de un instrumento de política monetaria llamado flexibilización cuantitativa, que consiste en crear más dinero e inyectarlo al sistema. La última ronda terminó en junio, coincidió con una situación de pulso entre el Congreso y la Casa Blanca para tratar de conseguir un acuerdo sobre el límite de deuda de EEUU y su déficit fiscal.
Los republicanos no dan el cheque en blanco a Obama y pese a que aprueban a media la solicitud de la Casa Blanca y exigen recortes en el gasto público, la calificadora de riesgo Standard & Poors, rebaja la nota de crédito de EEUU a AA+, por primera vez desde 1917. El pánico no se hizo esperar el lunes 8 de agosto, los mercados de acciones cayeron con mucha fuerza, los mercados de productos básicos se desplomaban ante el riesgo de una nueva recesión.
Bernanke logra detener los números rojos al apostar contra el dólar estadounidense, moneda que se utiliza para fijar los precios de los rubros básicos y de referencia mundial, ya en el año 2000, el dólar se usaba en 70,5% como moneda de reserva y en 2008 registraba 64% (BCE, 2006).
La devaluación del dólar por parte de las autoridades norteamericanas tiene distintas lecturas. Muy contrario a lo que muchos izquierdistas radicales quieran connotar a la crisis en el norte, la política monetaria de EEUU es precisamente esa, devaluar su moneda, contra todas las monedas del mundo.
Por una parte EEUU tiene un asunto complejo con el yuan, moneda china devaluada artificialmente, pero con razones especulativas muy sólidas, los chinos son dueños de la mitad de la deuda externa de EEUU y mediante los “swap” logran mantener su moneda muy estable y muy baja, permitiendo a la gigantesca producción asiática colocarse fácilmente en los mercados de EEUU y Europa por competitividad de precios, además el gobierno chino garantiza a las transnacionales instaladas allá, mano de obra muy, pero muy barata, llevando las condiciones laborales a situaciones extremas.
Buscan los norteamericanos luchar por salvar sus industrias ante la amenaza china, de allí que la devaluación se justifica, no sólo para salvar al sector financiero. Por otra parte, los demás gobiernos, con la acción de la FED han tenido que reaccionar, de lo contrario la crisis su muda a sus países, un ejemplo de ello, los suizos y japoneses la semana pasada tuvieron que intervenir contra sus monedas, bajando tasas e inyectando dinero, para defender sus economías de una revalorización muy exagerada, el BCE ha hecho lo mismo, al intervenir a favor de las deudas de España e Italia, es decir, una guerra de divisas, las imprentas están encendidas a todo dar, eso explica el alza del oro, hay que recordar que el oro no lo puede “imprimir” ningún gobierno.
Pero qué tiene en contra la flexibilización cuantitativa. Que genera inflación y alza de los rubros básicos. Qué queda. Uno. El mundo asume la recuperación a un alto precio, que lo pagarán por supuesto quienes menos tienen, gracias a la política monetaria de EEUU. Dos. La postura contra el dólar, por parte de la FED, es combustible a que la anhelada recuperación no llegue nunca, pues los altos precios presionan a disminuir la demanda de bienes y servicios, igual de hidrocarburos, cayendo el mundo entero en algo más temible que la inflación o la deflación: la estanflación. Lo que ocurrió en Londres la semana pasada es un aviso.
El gobierno de Obama terminará el próximo año, su popularidad ha descendido a 39%, el gobernante ha retirado tropas de Irak, de Afganistán en gran medida, ha luchado contra los republicanos en mantener las ayudas por desempleo, tiene 44,5 millones de personas que viven de la ayuda gubernamental, cinco millones más que hace un año y tiene un gran debate sobre la asistencia sanitaria, que no ha gustado a sus contras políticos. Obama se equivocó al no llevar a cabo el incremento de impuestos a los más pudientes, que incluso era apoyado por 54% de republicanos, ese pacto lo pagará con una derrota electoral definitivamente. Dejó pasar el tren del verdadero cambio.
En el seno de la Cámara Baja, los republicanos se acomodan en lo que se llama el Tea Party. La situación actual continuará, la llegada de las elecciones en EEUU podría llevar a los republicanos de nuevo al poder, si los norteamericanos necesitan un dólar devaluado, pero petróleo barato para evitar la estanflación, que se conseguiría incrementado la producción mundial. A partir de 2013, si Obama sale, la política monetaria dejará de ser la protagonista y podría aparecer una nueva avanzada contra productores petroleros, así como ocurrió en 1990.
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@alexvallenilla