No hay manera de que Estados Unidos detenga la campaña de desinformación que tiene sobre la compra de armas y equipos militares que incluyen helicópteros, aviones, corbetas, botas y uniformes por parte de Venezuela a Rusia, España , Brasil y China.

Incluso, hay periódicos de oposición que no dejan de insistir en que Chávez se arma, porque se ve amenazado. Esos no son los argumentos esgrimidos por nuestro Presidente ni ninguno de sus voceros, quienes dicen que la compra de armas es un asunto de defensa y seguridad nacional.

De todas maneras, yo pienso : y si nos armamos para defendernos...qué. ¿cuál sería el problema? ¿Ustedes creen que un enemigo como George W. Bush es una mantequilla?, cuando todos sabemos lo que fue capaz de hacer para armar una guerra contra Irak y acabar con miles de personas inocentes, muchos de ellos mujeres y niños.

En cualquier momento dirán que Chávez tiene miedo, yo no lo creo, pero sí es así también lo justifico, pues somos víctimas de un ataque sin cuartel en la que el contrario es un enemigo corrido con antecedentes de ser un asesino consumado. En otras palabras, está acostumbrado a matar y nosotros, gracias a Dios, todavía no hemos volcado las armas contra ningún pueblo hermano, al contrario, cada día sumamos más amigos.

Y es que Washington es un enemigo tan peligroso que es imposible creerles algún gesto de buenas intenciones. Cuando la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice dice que nadie, incluido el gobierno de Washington quiere ser enemigo de Venezuela ni de sus líderes, la situación se torna más preocupante todavía, porque uno desconoce por donde vienen las balas.

Porque lo último sería creer en una funcionaria norteamericana que apenas asumió el cargo de secretaria de Estado, señaló que Chávez era una fuerza negativa para Latinoamérica e inmediatamente dio paso a una serie de lacayos que sólo abren la boca para arremeter contra el Presidente.

De modo, que particularmente creo que Chávez no se siente, sino que está amenazado por el gobierno de George W. Bush y, en ese sentido, tampoco podemos descartar un magnicidio en su contra, como igualmente lo ha advertido el propio Chávez.

Mayor desconfianza provoca el hecho de que la señora Rice diera esas declaraciones en un diario golpista que es tribuna de esos funcionarios que tienen como misión, precisamente, intentar llevar a cabo una desestabilización en Venezuela.

Pero volvamos con la compra de armas y la insistencia de Estados Unidos de mantener este tema en el tapete. Intentan crear desconfianza en los países vecinos, con el argumento de que Venezuela mantiene una carrera armamentistas con fines inconfesables, mientas ellos en medio de la polémica, se salen y lavan las manos como Pilato. Siempre juegan a la inocencia, afortunadamente, nadie les cree.

Actúan como sicópatas. Quiere frenar la construcción de armas nucleares en el mundo y ellos son los primeros en la fabricación de armas de destrucción masiva.
Pregonan por el mundo que les preocupa que Venezuela compre armas y el vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, ha reiterado con asombro el elevado gasto militar de los Estados Unidos el cual ronda en los 450 mil millones de dólares, cifra muy superior a la que destinan las 18 potencias que lo siguen.
Dice que EEUU absorbe 36% del gasto militar mundial y eso genera gran preocupación en la mayoría de los países, que no ven justificación para que se construyan tantos dispositivos para la guerra.

Guerra en lo que ellos han participado, pero que como es su costumbre, salen con el rostro bien lavado, es decir, actúan bajo un comportamiento antisocial, en la que pasan a la acción y después aparentan que no tienen la culpa, como en el caso de las sicopatías crónicas.

Pero bueno, los medios golpistas se prestan para este macabro juego, esta vez mantienen una alharaca con la compra de amas y yo insisto y me pregunto : ¿Es pecado armarse para defenderse de los enemigos?

Una cosa es armarse para atacar como el caso de los gringos y otra armarse para defenderse, así que... hasta cuando señores, es hora de que busquen otro cuento, porque ya ese, como los otros tantos argumentos de desestabilización que han puesto en práctica, también se les trilló.


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