Se leen rápido estas cinco frases: El respeto por el Derecho Internacional, la autodeterminación de los pueblos, la soberanía, la solución pacífica de las diferencias y la promoción y protección de los derechos humanos. Las cinco están contenidas en la Declaración de Caracas, firmada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac).
El respeto al Derecho Internacional no se repite con frecuencia. Está en desuso. Demodé. ¿De dónde si no, surge la necesidad de recalcarlo, de ponerlo de moda? ¿Qué es eso del Derecho Internacional? Son preguntas cínicas que llegan desde el Norte.
Tampoco se respeta la “autodeterminación de los pueblos”. O se respeta según si la autodeterminación que tenga cada pueblo coincide con la determinación de Estados Unidos. ¿Y qué es la soberanía?, se pregunta un gringo desalmado y bien armado. Y más allá ponen cara de póker franceses, alemanes y españoles. Soberanía es tener patria, pero tener patria no siempre coincide con la construcción de la patria a la que también tiene derecho el pueblo estadounidense, que también allá hay uno. Los europeos. ¡Aaaah! Tan enredados que andan, tan indignados los pueblos. ¿Soberanía? ¿Lleva acento en la i? La indignación también tiene ortografía.
El respeto a la solución pacífica de las diferencias se entiende más rápido aún y parece más obvio. Pero en un planeta donde hay organismos multilaterales que creen saber más que los pueblos, es necesario recalcarlo, subrayarlo y ponerlo, también, en negritas. ¿Qué fue si no un irrespeto al derecho a no ir la guerra para solucionar su conflicto, lo que le sucedió al pueblo libio?
La promoción y protección de los derechos humanos, es un mandato de una obviedad que abofetea los instintos de supervivencia de cualquiera, pero hay que traerlo de nuevo, ponerlo en la superficie… No camines con las manos compadre, comadre, usa los pies, que para eso son. Sí, parecen cinco perogrulladas.
¿Por qué colocar las “perogrulladas” en una declaración del nacimiento de un organismo que agrupa a 33 naciones de Latinoamérica y el Caribe? ¿Será retórica? No lo es para los países amenazados. No lo es para quienes no creen en la unidad y en la integración. No lo es para quienes la autodeterminación de los pueblos sí es pura retórica. No lo es para Puerto Rico, colonia gringa. No lo es para la gente de Calle 13 que nos reclamó la ausencia de su bandera en la Celac.
Recuerdo los ojos de niños y niñas libios, palestinos, afganos, iraquíes y la Celac deja de ser una simple declaración. “Soy lo que me enseñó mi padre, el que no quiere a su patria no quiere a su madre. Soy América Latina, un pueblo sin piernas pero que camina. Vamos caminando. Aquí se respira lucha. Vamos caminando. Yo canto porque se escucha. Aquí estamos de pie. ¡Que viva Latinoamérica!”. Calle 13.
mechacin@gmail.com
@mercedeschacin