Para mi maestro Mateo Alonso, Complejo era una asociación perturbadora del subconsciente que reprime vivencias de la conciencia actual. Lo reprimido motiva el Complejo creado; “hipnosis espontánea” que padecimos por ejemplo al tener que “aceptar” que los colonizadores nos dieran, a su voluntad permiso como pueblo para poder afirmar con “su condescendencia imperial” nuestra ánimo.
El Complejo en su versión actual es el imponderable poder para auto-someternos y comulgar con la ruedas de molino que como tercer-mundístas nos condena a no vernos ni sentirnos aún como mayores de edad. Sino como dependientes.
Complejo que nace del uso de un pensamiento político prestado que se ha venido petrificando desde hace casi doscientos años. Que tuvo debilidades durante el proceso de la liberación del imperio español e hizo crisis con la invasión napoleónica a la península iberia.
Luego devastado con la demoledora derrota que sufrieran las tropas españolas en 1826 en la Batalla de Ayacucho. Proceso que no ha terminado por cuanto la búsqueda de nuestra autonomía política ha sido una errática sucesión de hechos alocados que lleva mucho tiempo sin encontrar en sus vaivenes un resultado aceptable para las mayorías.
Está claro que algún efecto tenía
que tener en nuestros esquemas de pensamiento esos trescientos años
de dominación española. Preguntamos: ¿Cómo sanar este Complejo de
Servidumbre en quienes se sienten incapaces de ejercer su libre albedrío
aún después de haber logrado la independencia ¿.
Problemas hubo debidos a la debilidad
política y económica que exhumaba falta de integración social, dispersión
demográfica y analfabetismo. Igual padecíamos de algo mas grave, que
Leopoldo Zea, llama Complejo de Bovary, americano. Osea el afán de
copiar la forma de ser y consumir, europeo y norteamericano implantado
con desagradables amaneramientos que inducían a crear el Complejo
de Cenicienta para marcar conductas encaminadas hacia la servidumbre.
Padecimiento sádico que aplaude y se regocija en la necesidad de ser
dominados “por fuerzas palaciega” y termina por instalar hábitos
y pensamientos propios de seres domestivados para la servidumbre.
Agregaba Zea, “por eso la dominación de los Estados Unidos es mas
eficaz, porque es aceptada por el dominado”. Hallowen dixit, Disney
y Thanks Giving Day entre otros boberías.
Se suma también el Complejo de Prospero
que Rodó puntualiza: “Próspero invadió las islas, mató a nuestros
ancestros, esclavizó a Calibán y le enseñó su idioma para poder
entenderse con él”, si como algunos dice que equivocó los símbolos,-
y pudiera ser- no es menos cierto que supo señalar con claridad cual
era el enemigo mayor que nuestra cultura y psicología tenía en su
tiempo –y en el actual-.
También enseña Hermosa Andujar “Uno de los mayores obstáculos para el advenimiento ideal es que el material a partir del cual deben ser elaboradas, las sociedades industriales más desarrolladas, son precisamente los más aquejados de la enfermedad que se trata de curar, es en ellas donde con mayor fuerza hace presión el interés donde mejor rinde la utilidad y donde más se le exige a la educación no perder su tiempo y energía en ocuparse del espíritu”.
Lo que realmente pesa es sufrir dominantes
que se rigen por la moral del utilitarismo y el neoliberalismo.
Los dominados lo celebran, obvio como lo muestran muchos de los lideres
de la palestra política del país, para quienes, la cultura y el arte
tienen importancia secundaria, el trabajo es mecánico y el interés
humano superior es el material.
El síndrome pro-metropoli en nuestro
país y en América toda, se enardeció con la creación de la CELAC.
Saben que significa una muesca en el yugo de todo estos valores dominantes.
Muchas han sido las criticas para esta política cuyo simbolismo señala
autonomía e integración.
A punto tal que se actualizan diversos
argumentos y se apela a ellos para justificar la legalidad del poder
de las potencias dominantes. El colmo en este repertorio de exageraciones
es recurrir por ejemplo al antecedente histórico de una diatriba que
en 1810 se produjo entre Joseph Blanco White y Fray Servando Teresa
de Mier; J. Blanco rechazaba una guerra de independencia y declaraba
partidario de un sospechoso gradualismo, cuyo fin sería la creación
de una mancomunidad con España. Especie de Cumbre Iberoamericana de
la época.
Por el contrario, y, era el colmo, siendo
Fray Servando un miembro de una orden religiosa muy conservadora, prevaleció
su integridad y se enfrentó y sentenció que el imperio había acumulado
un enorme expediente de arbitrariedades y le era imposible aceptar la
novedad de nuestra independencia y peor, aceptar que a futuro se produjera
la creación de una Comunidad que integrara nuestras naciones. Hoy la
historia le da la razón.
El otro hito en este proceso por hacernos
autónomos, mas firme y quizá más políticos, es el que se encuentra
en el ideario de Rodó presentado como una utopía absolutamente
desvinculada de la realidad profunda e inmediata que vive Latinoamérica
a principios del siglo XX y que busca como zafarse de las ataduras
del Complejo de Imperio o de los Imperios que nos circundaban y controlan.
Obvio por conocido, todo el pensamiento de Bolívar y nuestros libertadores
sobre este tema.
Agreguemos que quienes hoy piensan, a través de sus Complejo de Zambos, como Blanco White y sufren su mismo pathos y sentido verdiano de la fuerza del destino y la fatalidad del dominado, se resienten y piensan que sacudirnos de tutelas y renegar de los controles externos de cualquier sino, no es otra cosa que acto insensato contra el poder financiero mundial.
Para ellos la CELAC lo que significa, es anatema y suicidio contra la iglesia de los poderosos o sus voceros criollos macdonalizados.
Ante el peso rotundo de este avance hacia la integración los MUDus apelan a su fatal Complejo Sado-Masoquista, patología, que seguro habían adquirido cuando niños por la necesidad de ser dominado o por haber adquirido su Complejo de Antígona que no es otro cosa que fijación excesiva en la figura de la madre –España o Estados Unidos- e imagino, incapacidad para aceptar las leyes de la vida y del amor y comunidad con sus iguales de este continente.
Así fue de niños y adolescentes por qué de hombres seguro que se consagraron a amamantar su Complejo de Hamlet, que no es otro que cultivar la vacilación para actuar, adelantando a sus actos, la inseguridad, la duda, el escrúpulo y la meditación excesiva. Tal como lo enseña el Príncipe de Dinamarca de la obra de Shakespeare adonde el símbolo del Complejo es la irresolución; a este, lo complementa otro Complejo: Eremiomanía, deseo irresistible por la calma y el mantenimiento del status quo y el orden establecido.
Les causa terror y parálisis decidir libremente, romper con sus Complejos, adelantarse sin pedir permiso, a la OTAN, al Fondo Monetario Internacional o ese club de la mafia llamado “Comunidad Internacional” o de la Camorra que es la Comunidad Europea y sus inquebrantables leyes de mercado como tribunal desde el cual se bombardea a los infieles con su catecismo y los Complejos que nos instalaron y algunos autopropulsan.
Referencias:
Breña, Roberto, Pensamiento político e ideología en la emancipación americana Fray Servando Teresa de Mier y la independencia absoluta de la Nueva España.
Hermosa Andujar, Antonio: De la Educación del Príncipe a la Educación del Ciudadano. México, México. Triana Editores. 1998.
Pérez Guilhou, Dardo, La opinión pública española y las Cortes de Cádiz frente a la emancipación americana 1808-1814 (Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1981).
Vergés, J.M. Miquel y Díaz-Thomé, Hugo preámbulo a Idea de la Constitución; en Escritos inéditos de Fray Servando (México, INHERM, 1985).
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