El canciller Rafael Roncagliolo, del gobierno de Ollanta Humala, fue acusado por los voceros de la derecha ignorante del parlamento y de la prensa servil a la SIP, de revocar una decisión del Congreso que permitía a la fragata de la Armada Real británica "HMS Montrose", acoderar en la Base Naval del Callao con 183 “angelitos” que venían a “visitar” el país entre el jueves 22 y el lunes 26 de marzo. Dicha autorización, aprobada el 27 de febrero pasado, por la Comisión de Defensa Nacional del Congreso de la República, autorizaba también la entrada de “fuerzas militares norteamericanas” a territorio peruano durante el mes de marzo.
En un artículo, que titulé “Perú: son también ‘sensatas’ las bases militares”, (en alusión a la “sensatez” de “oro y agua”, del ahora presidente), denuncié esta decisión, al día siguiente de su aprobación. Y, aunque la cancillería, ha fijado una posición consecuente con la soberanía nacional, que le es ajena a los apátridas de la Comisión de Defensa, y a los que se hicieron eco de su traición, en nombre de la Constitución y del fuero parlamentario, aún queda por aclarar lo de las fuerzas militares norteamericanas. Sobretodo, cuando las voces sobre bases militares en el Perú, son cada vez más insistentes.
No olvidemos, que las mismas instituciones que auspician y financian el terror y la sedición en el mundo entero y, particularmente en América latina (la NED, el IRI, el NDI, USAID, el Freedom House, la ISOA), son las que financian parlamentarios y proyectos del Congreso sobre democracia, partidos políticos, casas de la libertad, “caucus” de mujeres congresistas y otros.
El HMS Montrose, es una fragata de la clase Duke de la Armada Real inglesa. Fue puesta en servicio en 1994 y estuvo patrullando la Islas Malvinas hasta 1966. De acuerdo con sus últimas implementaciones en lo que va del 2000 para acá, está habilitado de antimisiles para aire, misiles anti-buque, torpedos antisubmarinos, de un HMS Northumberland 4.5 pulgadas que es un arma naval para reducir radares, y que fue utilizado en la Guerra de las Malvinas, la invasión a Irak en el 2003 y en el genocidio en Libia en el 2011.
El HMS Montrose dispone, además, de dos “pistolas automáticas” calibre 30mmDS30M Mark 2, para atacar naves armadas con misiles de corto alcance, granadas, cohetes y ametralladoras pesadas. Tiene también dos ametralladoras M134 con un índice de fuego de 2000 a 6000 revoluciones por minuto. Estas se denominan “Minigun”, en la jerga guerreril del aliado inglés de los EEUU en sus aventuras invasoras alrededor del mundo. Lleva un avión HMAB Lynx armados con 4 misiles antibuque, Sea Skua y torpedos antisubmarinos, y su propio hangar.
¿Qué quiere en aguas del Pacífico y en la costa peruana una fragata de este tipo, que anduvo en todas las más recientes “hazañas” de la OTAN en Oriente Medio y en África? ¿En qué se sustenta la aprobación de la llamada Comisión de Defensa Nacional del Congreso para autorizar la entrada de fuerzas militares norteamericanas y del reino unido en territorio peruano? ¿Qué sentido tiene la grita de Alcorta, Iberico, Aguinaga y otros?
Si un ministro revoca una decisión del Congreso, que viola el más elemental principio de dignidad nacional, allí no hay una infracción constitucional. Lo que hay, es la urgente necesidad de cambiar una constitución que no sólo alentó la esterilización forzosa de cientos de miles de mujeres, y la corrupción generalizada de la que hoy son muchos los beneficiarios, sino que franquea la soberbia del neocolonialismo que representa Inglaterra y la posibilidad de convertir al Perú en otra Colombia.
Pretender que la decisión de Cancillería no fue “pragmática” porque Inglaterra es el segundo inversor en el Perú, y en la Corte de la Haya hay un juez inglés, alude a ignominia, y da cuenta de la moral conque algunos se dicen representantes de la Patria.
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