Las revelaciones del ex agente de la CIA Eduard Snowden, ponen al descubierto la gigantesca operación de espionaje global “PRISM” emprendida por EEUU, violando el derecho internacional, los derecho humanos de sus propios ciudadanos y de millones de personas en todo el mundo, al acceder a las bases de datos de las empresas que operan sobre la plataforma de internet, como Google, Microsoft, Facebook, Skype, YouTube, AOL, Apple, Dropbox, Facetime, Yahoo, Hotmail, Verizon entre otras. Estas, almacenan una valiosa información de las cuentas de correo y suscripciones de sus usuarios, para luego darse la vuelta y entregarlas por la “puerta trasera” a la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU o venderla para “marketing”.
Para comprender de donde viene esta simbiosis entre las transnacionales de la “red de redes” y el gobierno corporativo de USA, hay que recordar que la internet fue creada a mediado de los 60 por el Departamento de Defensa de los EEUU en el contexto de la guerra fría (ARPANET), con el propósito de incrementar su poder geoestratégico mundial, manteniendo hoy un control sobre la misma. Este lo ejerce a través del Departamento de Comercio estadounidense y la “Internet Corporation for Assigned Names and Numbers” (ICANN) bajo su adscripción. Sin embargo, se nos ha vendido la idea que internet es “una red descentralizada, sin censura, abierta y totalmente libre”. Esta percepción equivocada surge del espejismo creado por la existencia de una diversidad de proveedores empero, ese complejo tejido está atado jerárquicamente a las “backbone” y nodos principales, que son manejados por las grandes corporaciones de telecomunicaciones asociadas con el ICANN. Permiten el uso gratuito de correos y aplicaciones, asumiendo los costos de almacenar y gestionar nuestra información pero, a cambio del manejo discrecional, político y comercial de ésta.
Según Snowden, solo en Brasil hay una red de 16 sedes de los servicios de inteligencia gringos. En esas condiciones el concepto de soberanía se diluye. Por ello, es el momento para que la UNASUR priorice al proyecto propuesto por nuestro Comandante Chávez, de creación de una plataforma de internet propia, como lo están intentando China y la UE.