Samantha Power. Esta jipata y desaliñada pelirroja de 42 años, irlandesa de nacimiento, y graduada en la universidad de Yale (en periodismo) y de la escuela de leyes de Harvard, fue nominada por el genocida y premio nobel de la paz Barack Obama, como embajadora de EEUU en la ONU. Entre las primeras perlitas que arrojó la jipata Power en su audiencia de confirmación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado yanqui, la niña aseguró que “su trabajo incluirá responder a la represión a la sociedad civil que se está produciendo en países como Cuba, Irán, Rusia y Venezuela”, y que “combatirá lo que considera un “inaceptable sesgo” del organismo multilateral contra Israel” ya que, “La Asamblea General de la ONU y el Consejo de Derechos Humanos siguen aprobando resoluciones unilaterales que condenan a Israel por encima de todos los demás”, agregó; “La legitimidad de Israel debe estar fuera de toda discusión”. Continuó la jipata, “Si me dan el honor de sentarme detrás de la señal que dice Estados Unidos, haré lo que este país hace mejor: combatir regímenes represivos, luchar contra la corrupción, y promover los derechos humanos y la dignidad humana.
También haré todo lo posible para que otros hagan lo mismo”, aseguró Power. Como le pareció poco convincente su discurso avasallante, la jipata sentenció: “Los esfuerzos unilaterales palestinos por lograr un estado en la ONU no funcionarán”. “Tenemos que disuadirlos como podamos” en su esfuerzo de lograr reconocimiento como Estado en varias agencias de la ONU, afirmó Power, que se comprometió también a continuar con la política de sanciones contra Corea del Norte e Irán. En cuanto a Siria, consideró que “la situación en el Consejo de Seguridad de la ONU es increíblemente frustrante”, y su “fracaso” a la hora de responder a la “matanza” acarreada por el régimen de Bachar Al Asad es “una desgracia que la historia juzgará duramente”.
Veamos el prontuario de la jipata. Experta en “derechos humanos y activista contra el genocidio” que trabajó como asesora en la Casa Blanca hasta febrero pasado. Desde 2009 y hasta febrero pasado Power fue directora para “Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca”.
A ella se le atribuye el haber puesto en la mira de Obama la grave situación en la región sudanesa de Darfur y “el haber presionado junto con Rice y la ex-secretaria de Estado Hillary Clinton al mandatario para que se decidiera a autorizar la intervención en Libia”. El año pasado fue nombrada “presidenta de la Junta de Prevención de Atrocidades” creada por Obama. Pero nunca volteó hacia las prisiones Guantánamo y Abu Gurayb. Las ignoró.
Alguna vez, en un destello de sensatez unas declaraciones suyas causaron polémica ya que llamó "monstruo" a Hillary Clinton, entonces rival de Obama, en una entrevista con el medio británico The Scotsman.
Además de los comentarios sobre Clinton, Power señaló también en una entrevista con la BBC que a Obama podría resultarle imposible retirar las tropas de Irak en el plazo de un año, como prometió durante la campaña. Las declaraciones sobre Clinton e Irak desembocaron en su dimisión como asesora de la campaña de Obama.
Power comenzó su carrera como periodista independiente a los 22 años en Bosnia y después cubrió la guerra en ese país.
A todas estas el presidente del comité, el senador demócrata Bob Menéndez, dijo por su parte que Power está “comprometida a denunciar el régimen de Cuba” y “no idealiza las duras realidades del comunismo cubano”. Menéndez le pidió, además, centrarse como embajadora en la ONU en “asuntos que no siempre llegan a las portadas” de los periódicos, como la “libertad de expresión en Latinoamérica”.
La jipata viene con todo el Power, es guapa y apoyada.-
Felipe Guzmán / Médico gastroenterólogo venezolano / Vocero de la CONAMEV
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Caracas - Rep. Bolivariana de Venezuela
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