“Apocalipsis Now”

“Poco antes de las 7.00 am, el 747 conocido como Air Force One tocaba tierra en la base Andrews, y el presidente (de los Estados Unidos, George W. Bush, el paréntesis es mío) se dirigía rápidamente hacia el Marine One, estacionado cerca. El helicóptero, acompañado de otros dos de señuelo, tomo una ruta que rodeaba la ciudad antes de aterrizar en la explanada sur de la Casa Blanca…”. Cita del libro que escribió Richard A. Clarke, “Contra todos los enemigos” después de los ataques a las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, en el 2001.

En aquellos momentos de angustia, preocupación y susto, el presidente Bush dijo: “Quiero que todos entendáis que estamos en guerra y que seguiremos en guerra hasta que esto haya terminado. No importa nada más. Todo está al servicio de esta guerra. Cualquier obstáculo en vuestro camino ha desaparecido. Tendrán todo el dinero que necesitéis. Ésta es nuestra única prioridad”.

¿Qué había pasado? ¿A qué se debía esa locura colectiva del gobierno del señor George W. Bush y de sus colaboradores más cercados? ¿Qué estaba pasando en la comunidad estadounidense? ¿Había llegado el fin del imperio? ¿Quién había osado atacar, de esa manera, el corazón del imperio? Nadie, con precisión sabía qué hacer, ni precisar de quien era el ataque. Pero en los minutos siguientes toda la sospecha recayó sobre la agrupación dirigida por Osama Bin Laden. El osado enemigo jurado de los Estados Unidos. Por allí se fueron las investigaciones, y, el propio presidente Bush, con firmeza, ordenó que investigarán si era cuestión de Sadam Huseín, o si el mandatario árabe estaba relacionado, de alguna manea, con el lecho. Ya en la mente de Bush se sembró la idea, y la gran excusa, para ir más tarde contra quien consideraba el enemigo número uno de los Estados Unidos. Jamás ese pensamiento desapareció hasta que invadió a Irak y líquido al gobierno que presidía Huseín. Y no descanso hasta encontrarlo en un túnel y, luego ahorcarlo.

El título de este artículo “Apocalipsis Now” es de aquella famosa película que dirigió Francis Ford Coppola, en 1979 e interpretó Marlon Brando. Hay un momento en que y el actor norteamericano exclama, con énfasis: “El horror, el horror”. Para Bush, sus colaboradores, y el colectivo de Estados Unidos, sobre todo el de Nueva York, aquello era un verdadero horror. Ahora sabían los estadounidenses lo que era el horror. Ellos, los gobernantes, a través de las Fuerzas Armadas, combinadas, son especialistas en sembrar el HORROR dentro de otros pueblos. Así lo han hecho a través de la historia. Pero ahora ellos se asustaron aunque el ataque era de Al Qaeda. Horror han sembrado siempre en sus políticas de rapiña en el hemisferio. Horror sembraron en sus intervenciones en América Latina y el Caribe. Horror sembraron más tarde en Irak, luego Afganistán, Libia y se prestan para sembrarlo en Siria, y así hasta lograr el dominio completo de los países petroleros. ¿Estará Venezuela, librada de ese rapiñaje, no estoy muy seguro? ¡Alerta, que el HORROR no nos alcance¡ Alerta, alerta, que camina la espada de Bolívar por América Latina!


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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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