Vuelve la mitomanía gringa y la desfachatez que le caracteriza a entrometerse en los asuntos de soberanía. Sin prurito alguno y creyéndose amos del planeta los EEUU a través de su clase dirigente y todo el complejo de inteligencia bélica y militar pretenden la genuflexión ante sus poderes perversos. Pretenden que la tierra de Bolívar les obedezca. La patria de nuestro Simón infinito, la misma que despertará con el comandante Hugo Chávez y que acompaña al camarada presidente Nicolás Maduro en la continuación de la lucha de nuestros libertadores y mártires le sale hoy al paso a “la contra” de quienes pretenden letrinizar la patria o devolverle su condición de patio trasero, triste papel para la cual han encomendado a dirigentes serviles de la derecha fascista venezolana representada por Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma y el mismo Henrique Capriles -quien no ha dado garantías de la inversión para el saqueo- la gesta del terror y muerte que ya han empezado a ensayar en caliente.
Los últimos acontecimientos son parte del guión de golpe por etapas que pretenden desde la construcción de un ídolo hasta la guerra civil, legitimadas de manera celestina por las tragicómicas declaraciones del secretario estadounidense John Kerry que resultan amenazantes para la democracia que construimos los venezolanos todos los días y desde las pequeñas cosas contra la guerra económica y la permanente hostilidad de sectores inducidos para hacer posible la concreción de sus planes de guerra contra Venezuela.
Pretender que el presidente Maduro les obedezca y deje en libertad a los jóvenes que empiezan sus clases de terrorismo (auspiciadas desde La Florida) en las calles de nuestras ciudades con la correspondiente de cuota de muerte es una ofensa, una intromisión a la que nos tiene acostumbrado el Pentágono para satisfacción de las águilas yanquis.
Somos un pueblo soberano que contra la adversidad empieza a ser PATRIA y MATRIA de quienes aspiramos vida en abundancia. No vamos a desmayar como pueblo libre en este empeño y en ese sentido hemos de brindar nuestro respaldo a las medidas de expulsión contra funcionarios – agentes de los EEUU, por su cruzada terrorista en nuestro país. Tampoco puede ningún venezolano (excepto aquellos que no quieran patria) aceptar que desde los EEUU se condicione el funcionamiento del estado de derecho y se perdone a una hiena como Leopoldo López que se ha erigido como la punta de lanza de esta nueva ofensiva imperial, el ídolo construido para sumar adictos a la muerte y hacer fácil el credo imperial de la carta interamericana en nuestro país, para satisfacción de los oscuros intereses imperiales de la derecha internacional.
No desmayemos en este empeño en ser libre, el mismo empeño del camarada Juan Montoya en la defensa patriota de los que queremos un proceso llenos de signos y símbolos que nutran por lo menos el proceso que nos enrumbe definitivamente hacia el socialismo nuestroamericano. Camarada que por cierto, dentro de la ofensiva mediática del neofascismo ha sido ignorado o cuando no presentado como cabecilla de lo que empiezan en llamar grupos violentos. Honor y gloria al camarada y que su sangre nos guie para la defensa de la vida.
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