El mundo occidental, con su proyecto hegemónico elaborado e impulsado por Estados Unidos de Norteamérica, con sus seguidores europeos y, el mundo oriental con sus intereses, sus proyectos, alianzas tácticas y estratégicas de unión para contener el avance de la globalización financiera y militar, representada por esa industria de guerra y crímenes que la constituye el Pentágono, está generando paulatinamente un clima de guerra fría, en esta oportunidad con nuevos, importantes y activos actores.
Venezuela, Siria y Ucrania, son el triángulo de resistencia por el cual pujan ambos bloques. Cada uno en su continente es piedra fundamental, para las maniobras que puedan realizar, por un lado, Estados Unidos y sus socios de la Un ión Europea y la OTAN, para encerrar a China, Rusia y sus amigos , con lo cual anularía la fuerza económica y hasta militar de ambos gigantes. Por su parte China y Rusia, que advierten las maniobras occidentales, echan a un lado sus desencuentros y hacen causa común ante la amenaza imperial y le ladran fuerte al Tigre de papel, que está acorralado pero no aniquilado.
La reunión de los presidentes de China y Rusia y el comunicado conjunto emitido en el cual condenan la actividad injerencista de Estados Unidos y sus aliados en los asuntos internos de países del mundo, cuya soberanía y autodeterminación debe ser respetada a la luz de los tratados internacionales, es una clara advertencia, a quien pretende erigirse en gendarme del universo.
Esta advertencia de los presidentes no deja dudas que se refiere a los países emblemáticos en la puja que mantienen las fuerzas imperiales por montar gobiernos dóciles, que pongan esos territorios como cabeza de playa al servicio del proyecto hegemónico globalizador.
La República Bolivariana de Venezuela, en este episodio de la geopolítica mundial, es un Bocatto di Cardenale, púes es la principal reserva mundial de hidrocarburos, con gas y petroleo, para un siglo o más y su posición geográfica en el continente es ideal, para desde allí monitorear al resto de los países suramericanos y caribeños y como Colombia está ocupada militarmente, todo queda a pedir de boca, para el monstruo de siete leguas. Por eso la saña, conque el imperio atiza el terrorismo en esta parte de la América del Sur, haciendo del actual presidente, Nicolás Maduro, el más asediado en la historia.
Pero este rebelde país, con cuyo proyecto bolivariano ha puesto a arder las praderas del continente y del mundo, juega también un papel determinante en la sobrevivencia de China y Rusia, como potencias, porque precisamente es su principal aliado en esta parte del mundo y les ha abierto las puertas de este importante mercado.
Los otros dos países donde también se juega duro y rudo, son Ucrania y Siria, que si bien no tienen el potencial energético de Venezuela, tienen una importancia geoestratégica de primer orden para las dos potencias orientales y decisivas, para el sionismo con su proyecto global hegemónico.
Para Estados Unidos y sus socios europeos, dominar Siria y Ucrania, sería anotarle un gol a China y a Rusia, en el final del partido, porque tendrían prácticamente en sus manos el cerrarle la salida al océano a los dos gigantes y las fronteras libres para azuzar sus revoluciones de colores, púes la caída de Siria, sería el sepelio anunciado para la revolución islámica en Irán. Un gobierno lacayo en el país persa sería la base ideal para la injerencia y penetración directa a China y Rusia de los especialistas de las agencias criminales del imperio, en la desestabilización, aprovechando para ello, diferencias religiosas, étnicas y otros efectos que subyacen en todo el mundo, pero que conviven, mientras no sean manipulados.
Ejecutada esa tarea en Euroasia y el Medio Oriente, vendrían con todo contra Suramérica y el Caribe, para dar la estocada final a sus rivales, en el ámbito económico y m militar y volver a colonizar esta parte del mundo.
Claro, que aquí tendrían un hueso duro de roer y es precisamente la conciencia de los pueblos del llamado nuevo mundo, que gracias a la doctrina bolivariana, lanzada al mundo por el Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, han comprendido que la unión holística y el regreso a sus raíces es lo único que puede salvarles y por ende darle una oportunidad a la Pachamama. Una injerencia armada de Estados Unidos en Suramérica y el Caribe, sería el surgimiento de decenas de Vietnam, en el siglo XXI y ello empantanaría al coloso del norte, en un lodazal, que pudiera depararle la misma suerte de Napoleón Bonaparte y su ambicioso proyecto de proclamarse Emperador del mundo, con el dominio de Europa.
Esta realidad, está cambiando el clima de invasiones que dejó George Bush, para ser sustituido por la guerra inducida a través del manual de Gene Sharp, pero que también ha dejado la cola afuera y se la están asando, los pueblos del mundo, que cada día aprenden más a decodificar los mensajes mediáticos y las tretas de la CIA y demás agencias. Para muestras un botón, la Revolución Bolivariana, con el Comandante Hugo Chávez a la cabeza, derrotó a la manipulación mediática nacional y mundial, para instalarse en un país, donde los negadores de la historia, consideraban imposible, que se diera este fenómeno, debido a los intereses imperiales.
Contra todos los pronósticos el bolivarianismo se instaló en Venezuela y, en quince años ha erosionado a Sur, Centroamérica, el Caribe y buena parte del mundo,. Porque la República Bolivariana, ha sido ejemplo de dignidad, valor y conciencia, para los pueblos que en el mundo luchan por su libertad.
A la luz del bolivarianismo han nacido instancias geopolíticas, como ALBA, UNASUR y CELAC, que a través de la alianza, con Rusia, Bielarus y China, constituyen la raíz con fortaleza, para sostener el nuevo sistema de justicia mundial y en contra de la hegemonía sionista.
La Federación Rusa, no va a renunciar a Ucrania, donde tiene el apoyo mayoritario del pueblo, que busca sus raíces. Estados Unidos y sus socios europeos tendrán que bajar la guardia, por que de su conducta depende el suministro de gas para afrontar el frio invierno y otras necesidades. La nueva alianza económica y militar entre Rusia y China y el manifiesto de ambos presidentes condenando la conducta delictiva de Estados Unidos, es lo que nos hace pensar, que la guerra fría se activa poco a poco.