Hoy, cuando Venezuela es víctima, nuevamente, de una intervención extranjera, tenemos que unirnos para defender nuestra soberanía.
Ahora amenazan con sancionar a funcionarios venezolanos presuntamente implicados en violación de derechos humanos (esa es la escusa, del país que ha cometido más violaciones en el mundo); así como congelar sus bienes en ese país. Además de habilitar 15 millones de dólares, para ayuda de organizaciones antigubernamentales, medios “independientes” y ONG serviles a los intereses yanquis.
El presidente, Nicolás Maduro, en forma sincera, pero un tanto ingenua, ha pedido a la MUD, que se pronuncie al respecto, pero de antemano sabemos que no lo harán, y si lo hacen es apoyando dichas sanciones.
Aún cuando la situación es diferente, el fin es el mismo “la intervención extranjera en nuestro país”, para apoderarse de nuestras riquezas, principalmente el petróleo. Recordemos, cuando el gobierno de Cipriano Castro tomó un conjunto de medidas en contra de una serie de empresas extranjeras debido a las deudas contraídas por la nación con dichas empresas. En 1900, la deuda exterior llegaba a 190 millones de bolívares, a la cual se agregaban innumerables reclamaciones dé súbditos y empresas extranjeras, muchas de ellas ridículas y exageradas, que sumaban más de 160 millones de bolívares. Como en la época de Guzmán Blanco, estas empresas aprovecharon la crisis reinante para presionar en los cobros y se valían de sus gobiernos para obtener la cancelación. Por otra parte, algunas de estas empresas habían intervenido descaradamente en los problemas internos del país, apoyando y financiando movimientos militares contra el gobierno de Castro, con intención de derrocarlo.
Era una confabulación del capital extranjero, descontento por las medidas que Castro había tomado contra estas empresas. Como consecuencia de esta situación, se produjo la intervención de Alemania, Inglaterra, Francia, Italia y los Estado Unidos.
Eran aquellos, los años del auge del Imperialismo Yanqui en América Latina. El presidente Mac Kinley declaraba: “La doctrina Monrroe no ha sido fundada para defender a las repúblicas americanas en sus fechorías ni en sus violaciones del derecho internacional”, Teodoro Roosvelt, proclamaba como lema de su política para América Latina “habla con suavidad, pero lleva contigo un buen garrote”. De estos años data el desmembramiento de la actual república de Colombia y la ocupación por los Estados Unidos del Canal de Panamá. Aquella agresión contra Venezuela, levantó una ola de indignación y de protesta en todo el país y se produjeron manifestaciones populares de repudio a los agresores extranjeros y de apoyo al gobierno. Castro enfrentó el conflicto con energía y lanzó aquella célebre proclama que está vigente actualmente en nuestros días: ¡La planta insolente del extranjero ha profanado el suelo sagrado de la patria!”.
Lo que está pasando últimamente en Venezuela es sumamente grave: Paramilitares (extranjeros), han sido contratados por sectores apartidas venezolanos.
La gente más tenebrosa del terrorismo, el sicariato, el narcotráfico, el secuestro y el paramilitarismo, están operando en Venezuela con el apoyo del Imperialismo Yanqui y de una oposición apátrida.
Para nadie es un secreto que la mano de Estados Unidos a través de la CIA está metida en estas acciones terroristas. Cuán claro estaba nuestro Libertador Simón Bolívar cuando afirmó que “Los E.E.U.U. de Norteamérica parecen predestinados por la providencia para plagar la América de hambre y miseria en nombre de la libertad”.
Llegó la hora de defender la patria y la soberanía de nuestra nación. Cada quien ocupando el puesto de lucha que le corresponda. Todos somos útiles en un momento determinado. Todos hacemos falta para defender nuestra patria. “Cuando el clarín de la patria llama hasta el llanto de la madre calla.
rauljoseramirez@hotmail.com
Profesor
