El asedio que enfrenta el gobierno bolivariano por parte de las fuerzas imperiales y sus lacayos de la oligarquía y la burguesía parasitaria criolla, requiere la profundización de la revolución y la cohesión de todos los núcleos y militantes revolucionarios, para blindar el proceso de marcha hacía el socialismo, contra los misiles que diariamente nos disparan a través de la mediática nacional e internacional y las redes sociales que han sido convertidas por la derecha en un arcabuz contra la democracia participativa y protagónica que crece en el mundo, como la hierva en la pradera en el mes de mayo.
La hora del socialismo del Siglo XXI ha llegado y se proyecta en el mundo y frente a este avance y la desesperación del imperio norteamericano que lanza aullidos de fiera herida, la determinación y la conciencia de lucha en la República Bolivariana de Venezuela tiene que consolidarse y fortalecerse para ejemplo de quienes nos están enviando mensajes de solidaridad, como en el caso de los anti imperialistas españoles, que a través del movimiento PODEMOS, están abriendo brecha y alzando su voz contra el capitalismo criminal y diciendo a los más pobres del viejo mundo y de Estados Unidos de Norteamérica, que no tienen porque pagar la crisis del capitalismo. El histórico ocho por ciento alcanzado por los camaradas españoles, en las elecciones del Euro parlamento, que les coloca como la tercera fuerza política en la península ibérica, que rompe con el bipartidismo en esa conservadora sociedad; es un aliento para quienes en el mundo enarbolamos las banderas de la libertad, del antiimperialismo y del socialismo del siglo XXI.
En esta hora estelar del socialismo, del huracán bolivariano en el mundo, es válida la crítica y la autocrítica, pero jamás la maledicencia y la siembra de dudas divisionistas, porque eso sería lejos de preservarlo, una traición al legado del Comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías, que cual Jesús de Nazareth, entregó su vida por el ideal para el cual se formó y vivió con intensidad en su efímero peregrinar por este planeta.
Se vale vigilar, hacer contraloría social en las ejecutorias del gobierno bolivariano, que preside el camarada obrero Nicolás Maduro, para ayudarle a mejorar sus decisiones, fortalecer y profundizar el poder popular, pero nunca para denigrarlo y crear escenarios de incertidumbre, al confundir la crítica con la denuncia al boleo, que solo sirve para validar la campaña feroz, que en contra de nuestra decisión de ser libres, mantiene la canalla internacional y nacional.
Las denuncias hechas por el PSUV en la rueda de prensa con periodistas nacionales e internacionales, son de una gravedad extrema, que nos deben llamar a reflexión y a motivarnos, para la movilización y la organización en defensa del proceso revolucionario. Es hora de crear movimientos por la justicia, para solicitar el enjuiciamiento por traición a la patria de la ex diputada a la Asamblea Nacional, María Machado y sus cómplices que andan haciendo lobby en busca de la invasión norteamericana a nuestra amada República Bolivariana de Venezuela.
Ya basta de impunidad, Henrique Capriles Radonsky, María Machado y todos quienes están aupando el golpe lento deben ser sometidos a la justicia, para que paguen al menos por las 56 víctimas, que desde abril de 2013, han dejado sus criminales arengas e instrucciones a los grupos violentos, que mantienen organizados en todo el territorio nacional.
El Senado Norteamericano, en una grosera provocación, asumiéndonos como su Estado Asociado, pretende ahora legislar en contra de nuestro país, para castigar a funcionarios nuestros, especialmente miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, para cobrarles la dignidad de no haberse dejado penetrar por los criminales agentes de la red de espionaje, que tienen en nuestro territorio, cubiertos con el manto diplomático. Debemos movilizarnos para rechazar semejante grosería de los tarifados de las transnacionales, que se hacen llamar Senadores. Que vergüenza, para el pueblo de Abraham Lincoln. No podemos ni debemos bajar la guardia. Contra el intervencionismo más revolución.