Los 181 votos a favor que permitieron que la República Bolivariana de Venezuela fuera elegida para ocupar un puesto como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU representan un triunfo para nuestro país a pesar de las matrices de opinión que tratan de imponer una mala imagen del gobierno nacional y de lo que es el proceso revolucionario bolivariano. Asimismo, debe entenderse que ello es una contundente respuesta del conjunto de 181 países de los 193 que participan en la Asamblea General de las Naciones Unidas contraria a la política agresiva e imperialista de Estados Unidos y de sus aliados europeos, quienes se han encargado de delinear situaciones que van en contra de los postulados fundamentales del derecho internacional y de la propia ONU, socavando así la estabilidad de la paz mundial para satisfacer sus intereses y amenazando con desatar una guerra mundial de consecuencias impredecibles para toda la humanidad.
Por otra parte, puede afirmarse que tal triunfo es un reconocimiento a la política exterior venezolana, la cual se ha caracterizado por fomentar un proceso de integración y de cooperación con las naciones de nuestra América y del Caribe, siguiendo la doctrina iniciada por el Libertador Simón Bolívar, todo ello concretado en la creación de organismos multilaterales como la CELAC y UNASUR que han frenado hasta ahora las apetencias neocoloniales estadounidenses en nuestro continente. Esto, por supuesto, hará que el gobierno de Barack Obama continúe estimulando las acciones desestabilizadoras de la oposición en este país, tomando en cuenta que Evo Morales fuera ratificado como Presidente de Bolivia para un nuevo período, cuestión que habla mucho de una irreversibilidad de los cambios producidos en las últimas décadas en nuestra región, teniendo como ejemplo a lo iniciado en Venezuela por el Comandante Hugo Chávez. Es, innegablemente, un enfrentamiento ideológico entre el bolivarianismo que repotenció brillantemente el Presidente Chávez y la doctrina Monroe mediante la que pretende el imperialismo gringo justificar su vieja ambición de apoderarse de toda nuestra América, convirtiéndola en un apéndice de su territorio.
También cabe decir que este triunfo diplomático de Venezuela constituye una derrota para quienes, por más de una década, han difundido la idea que ésta se halla aislada internacionalmente, producto supuestamente de la continua violación de los derechos humanos de gente de la oposición que es perseguida, torturada y encarcelada sin ningún procedimiento legal. El hecho es que esta elección de Venezuela al Consejo de Seguridad de la ONU pone en evidencia que esto es totalmente falso, así la oposición y el Departamento de Estado de Estados Unidos inunden las redes sociales y los diferentes medios de información con mentiras que se caen por su propio peso.