Intenso el debate a que ha sido sometida la sociedad venezolana en estos últimos días de septiembre y mediados de octubre, los hechos ocurridos han impactado la conciencia nacional y el liderazgo del Presidente Maduro, ha sido sometido a una nueva prueba de la cual, sin duda, ha emergido triunfante; mientras que, el liderazgo opositor, llámese de izquierda o derecha, ha sido reprobado en su forma de actuar, siempre en contrario de los intereses de la Patria. En situaciones tan intensas como éstas, de extrema lucha de clases, a veces nos resulta difícil centrar un tema en específico que atraiga la atención de nuestros lectores y lectoras, pero, cuando ocurre una escalada de hechos y situaciones solo nos queda recorrerlas todas, para que nuestros ávidos lectores y lectoras, puedan transitar con nosotros el arduo camino de nuevas experiencias, dolorosas experiencias, transcurridas estos últimos días del penúltimo trimestre del año en curso.
Septiembre, es un mes particular para quienes habitamos en la Patria de Bolívar y Chávez, es la culminación del período vacacional escolar y el anuncio del comienzo de las navidades; los venezolanos y venezolanas, vemos en septiembre como un mes esperanzador, con el calor de las gaitas, nos entusiasmamos en espera de los ansiados aguinaldos y la pronta gastadera de los mismos. Este septiembre, a diferencia de otros, nos trajo la evidencia palpable de la división en los factores que integran la oposición apátrida, la renuncia de Ramón Guillermo Aveledo a la coordinación de la MUD, las reiteradas críticas a los factores oposicionistas que impulsaron “la salida”, la falta de cohesión y de una agenda política única se constituían en una prueba más que evidente, de la falta de unidad en una organización cuyo nombre se sustenta, precisamente, en la unidad de los opositores y opositoras al progreso de la nación Bolivariana de Venezuela. La división de las fuerzas contrarias a la Patria, fue un tema muy explotado por las fuerzas patrióticas; al cual, como era esperable, se le sacó mucha punta y muchos centrimetrajes en los medios públicos. En oposición, las fuerzas chavistas organizadas en el PSUV y el Polo Patriótico se encontraban más cohesionadas que nunca antes. La división, produce un efecto desmoralizante en cualquiera de las fuerzas en pugna en una batalla. De allí que la embajada gringa, se montara con todos los hierros a resolver el problema de la falta de un líder que cohesionara sus agentes actuantes en la Patria de Bolívar y Chávez. Los medios de la burguesía, mientras, día a día, se dedicaban a anunciar el supuesto líder que cohesionaría las fuerzas de la antipatria en nuestro territorio, hasta que por fin, se anunció el nombre de Jesús Torrealba como Secretario Ejecutivo de la MUD, un agente probado de la CIA y cuya ong: “el radar de los barrios”, recibe financiamiento de los organismo de inteligencia del imperio (http://www.aporrea.org/tiburon/a195625.html), la mano de la Embajada gringa, quedaba al descubierto en esa designación y sus objetivos los expresaría el mismo Torrealba, en una entrevista que le realizara Milagros Socorro: “El nuevo liderazgo venezolano tiene que estar casado con los pobres: la pobreza en Venezuela no es incidental sino mayoritaria, no es casual sino estructural. […] Si ese nuevo liderazgo quiere ser democrático, debe pensar-con, actuar-con y generar resultados para esa mayoría” (elestimulo.com, 18-10-2014).
La designación de Torrealba, nos indica que el imperialismo busca infiltrarse en los sectores populares y mire que de eso, una vasta experiencia tiene el Tío Sam. COINTELPRO, fue un programa creado en 1956 que, inicialmente, solo se aplicó en los EEUU, como lo explica Brian Glick en su libro “War at Home” o Guerra en Casa, en la que describe una variedad de métodos empleados por el FBI para desbaratar diversidad de movimientos sociales y partidos políticos clasificados como enemigos de la seguridad nacional, entre los cuales menciona Glick: “Infiltración: Agente e informadores que espiaban a los activistas políticos. Su objetivo principal era desacreditarlos y provocar su desbarajuste. […] Guerra psicológica desde el exterior: El FBI y la policía usaban una miríada de “trucos sucios” para minar los movimientos progresivos. Infiltraban historias falsas en los medios y publicaban folletos erróneos y otras publicaciones usando el nombre de los grupos objetivo. […] Hostigamiento mediante el sistema legal: El FBI y la policía abusó del sistema legal para acosar disidentes y hacer que parecieran criminales. […] Fuerza extralegal y violencia: el FBI y la policía amenazaban, instigaban, y ellos mismos llevaban a cabo robos, vandalismo, asaltos y palizas. El objeto de esto era asustar a los disidentes y trastornar sus movimientos”. La actuación del FBI, no solo se limitó a lo interno de los EEUU, sino que a través de los Agregados Legales o Legats en las sedes diplomáticas imperialistas, esa actuación pudo expandirse al resto del planeta. Los Legats, coordinaron esfuerzos dentro de la llamada “Operación Cóndor” con el SIDE de Argentina, la DINA chilena, la DISIP y la DIM venezolanas, el DOPS y el Servicio de Información Nacional brasileños, el organismo coordinador de operaciones antisubversivas de Uruguay, así como los servicios de inteligencia militares de Guatemala, El Salvador y otras naciones de nuestro continente. En 2001, se conoció a través del New York Times, la existencia en 1978 de un centro de inteligencia ubicado en el Canal de Panamá, creado por EEUU, para intercambiar información entre la CIA y los servicios de inteligencia de los países latinoamericanos, uno de cuyos proveedores era el FBI y sus Legats. Recuérdese, que la “Operación Cóndor” era el nombre con el cual se identificaba la “recopilación, intercambio y almacenamiento de datos de inteligencia [militar] sobre personas [calificadas de adversarios políticos]” entre los países que en ella cooperan. De allí venimos, de aquellos nefastos años.
A Torrealba, se le ha asignado la misión de infiltrar y desbaratar nuestras organizaciones populares, colocándolo al frente de la MUD. Su experiencia al frente de una ong financiada por los organismos de inteligencia imperiales, les da la certeza, al imperio, que es el mejor hombre para realizar tal misión. El papel de las ong, nos lo explica acertadamente Petras: “Ya a principios de los ochenta, los sectores más perceptivos de las clases dominantes neoliberales se dieron cuenta de que sus políticas estaban polarizando a la sociedad y provocando descontento social a gran escala. Los políticos neoliberales comenzaron a financiar y promover una estrategia paralela “desde abajo”: la promoción de organizaciones “de base”, de ideología “antiestatista”, para intervenir entre las clases potencialmente conflictivas, para crear un “colchón social”. Estas organizaciones, dependientes financieramente de recursos neoliberales, estaban directamente involucradas en competir con movimientos sociales por la lealtad de líderes locales y de comunidades de activistas. Para la década de los noventa, estas organizaciones, descritas como no gubernamentales, sumaban miles y estaban recibiendo cerca de cuatro mil millones de dólares a escala mundial” (Imperialismo y ONGs en América Latina, James Petras).
No será tarea nada fácil para el imperio, desconectar los sentimientos y aspiraciones de nuestros sectores populares con su Gobierno Revolucionario y la Revolución Bolivariana. Es allí, donde nuestra revolución, impulsó e incluso creció espontáneamente, sin inducción partidista, con mayor ahínco la organización popular. Las UBCH expresan la organización popular territorial del PSUV, pero, a la par, nuestro pueblo, se organizó en diversidad de colectivos independientes de la direccionalidad partidista, en comités de tierras, agua y telecomunicaciones, en consejos comunales y comunas. Se trata de un tipo de organización, excepto las UBCH, abiertas a todas las corrientes del pensamiento, no por casualidad muchos consejos comunales y comunas son integrados por oposicionistas cuyo interés no es otro, sino garantizarse para sí y su familia, una buena calidad de vida en su barriada o urbanización. No ha habido exclusión de ningún tipo, al momento de las postulaciones para la elección de las vocerías comunales, no se le pide el carnet del partido de gobierno o estar inscrito en el PSUV para acceder a una vocería comunal, solo se les exige compromiso con la comunidad y ser honestos. Igual ocurre con los colectivos, los hay bien politizados y con marcada orientación de izquierda como los ubicados en el 23 de Enero, pero también los hay que se organizan para satisfacer una necesidad que no solo afecta al pueblo chavista sino al opositor, como por ejemplo: la vivienda. Hay colectivos de todos los tipos, integrados por diversidad de compatriotas, algunos con vasta experiencia de lucha contra la represión cuartarrepublicana, pero también hay los lúmpenes que se incorporan a un colectivo con objetivos individualistas, nada colectivos. Son estos últimos, quienes dañan la organización popular y crean esa falsa imagen, que propagan los medios de la burguesía para desvirtuar la organización popular autónoma e independiente. De todo hay en la organización popular.
Resuelta, directamente por el imperio, la descoordinación de sus fuerzas en territorio patrio, con la designación de un auténtico traidor, provenido de nuestras clases populares. Las fuerzas patrióticas, logran asestarle un duro golpe a la ultraderecha fascista con la puesta en público de los videos de Lorent Gómez Saleh, que como gotas de cianuro comienzan a golpear la conciencia del colectivo nacional, aterrorizado de los planes genocidas que video tras video, va describiendo el otrora “pacífico estudiante” de los meses de febrero, marzo, abril y mayo Lorent Saleh. En cada video, se constataba más y más, aquella denuncia de los estrechos vínculos que el oposicionismo apátrida había establecido con la narcoparapolítica colombiana y, en particular su creador: Álvaro Uribe Vélez. La sociedad venezolana y, en particular, la opositora, asistía horrorizada ante el frankenstein que habían ayudado, con su apoyo, a crear durante estos quince años de Revolución Bolivariana. Lorent Saleh, se explayaba hablando de sus vínculos con Ledezma y María Corina, con el estamento policial y militar colombiano, con los paramilitares, enorgulleciéndose de sus víctimas, causadas en “la salida” de la mano de Leopoldo López. Y hablaba libremente de sus planes, de atentados terroristas y dejando al descubierto, toda la basura que se encauzó para el derrocamiento del Presidente Maduro en el primer semestre de este año: “El movimiento estudiantil está escoñ… gue…, porque es verdad, había droga, había malandreo, también había desenfoque por completo, falta de cultura, falta de preparación; eso es verdad gue…, eso es verdad”, en otro video, va al detalle de planes en curso: “Si uno supiera que hay una dirigencia seria, más o menos organizada, mar… en 48 horas nos bajamos a veinte muñecos, pero mar… ajá, nos bajamos esos veinte muñecos para qué? Con estos mam… desorganizados, para uno quedar todo escondido como terrorista, no. Eso es lo que nos frena”.
Es, en medio del impacto que estaban causando los videos de Lorent Saleh que, iniciando octubre, ocurre el horrible asesinato del diputado revolucionario Robert Serra y su compañera María Herrera. Quizás, sobre la base de que un escándalo tapa otro y, una cadena de escándalos hará que olviden el escándalo principal. Poco le importa al imperialismo la vida humana, sí para garantizar sus intereses ha de restringirla. La naturaleza del imperio más bárbaro que ha existido en nuestra historia, da para mucho pensar. Hasta el presente, los EEUU no se han atrevido a repudiar estos hechos, su silencio cómplice, lo deja ver a trasluz como corresponsables. Apenas ocurridos, esos lamentables crímenes de Lesa Humanidad, la dirigencia colombiana intuyó la mano de la presencia paramilitar como autores de los crímenes. No se equivocaron ni el ex presidente Samper, hoy Secretario General de UNASUR, ni el alcalde de Bogotá Gustavo Petro, ni Piedad Córdova, quienes en las primeras horas ya olfateaban el rastro paramilitar como autor material de tan horrendos crímenes. Mientras, desde Colombia, se enfocaban bien los tiros, acá en territorio de Bolívar y Chávez, la mediática burguesa iniciaba su campaña para intoxicar la investigación, valga decir, sobre la base de que “desinforma que algo queda”, intentar confundir la opinión pública nacional sobre los verdaderos autores de tan horrendo crimen. Durante exactamente quince días, pudimos leer cosas tan absurdas como las expresadas por la presunta autora intelectual del asesinato del fiscal valiente Danilo Anderson y prófuga de la justicia, Patricia Poleo, quien, desde Miami, daba una versión del crimen totalmente distorsionando la realidad, afirmando que a Robert y María, lo asesinaron fue a tiros y no a puñaladas, como si eso suavizara el hecho de que ambos fueron asesinados. Guerra entre colectivos, fue otra versión que difuminaron para distraer la atención, hecho que intentaron afincar con un hecho que, hasta ahora, pareciera fortuito, como el ocurrido en las adyacencias de Quinta Crespo y, en los cuales, muriera el dirigente de un colectivo, José Odreman, hecho actualmente bajo investigación. Ese hecho, dio pie para que nuevamente esa oposición apátrida la emprendiera contra la organización popular expresada en colectivos, satanizándolos y colocándolos como delincuentes. Hasta la santería, sistema religioso que funde creencias católicas con la cultura tradicional yoruba, llevó lo suyo. En fin, la postura de algunos medios de comunicación de la burguesía para con los asesinos de Robert y María, los coloca bajo sospecha de complicidad.
La verdad, como siempre, se impuso sobre las mentiras esparcidas por los medios de comunicación del imperialismo, el Presidente Maduro, en rueda de prensa, supo explicar acertadamente y con apoyo de videos, como ocurrieron los hechos, quienes fueron los asesinos materiales, sus nombres, apellidos y apodos, sus nacionalidades. Incluso, presentó la declaración de uno de sus autores ya detenido, el jefe de escolta de Robert, quien le traiciona y vende a la banda paramilitar “El Colombia”. Hechos, sucesos y complicidades, que han dejado al descubierto la actuación de bandas paramilitares actuando en nuestro territorio. La narcoparapolítica, ya es una realidad que nos toca enfrentar, de manera que la paz de la República no sea perturbada y el escenario que viven tanto la hermana república de Colombia como México, no sean replicadas en la Patria de Bolívar y Chávez. Y, cómo replicar esos escenarios, sí sabe y bastante, el imperio de los EEUU.
Es, en medio de esos acontecimientos, que una buena noticia invade el gentilicio nacional, la República Bolivariana de Venezuela es electa en el seno de Naciones Unidad, para integrar un escaño en el Consejo de Seguridad de la ONU. 181 países amigos, le brindan su confianza a la Patria de Bolívar y Chávez, para que la paz reine en el concierto de naciones. Mientras, EEUU y sus parapolíticos de la MUD, en territorio nacional, se explayan a través de los medios de comunicación del imperialismo, manifestando su oposición a tal designación que realizan los pueblos libres del planeta. Las buenas noticias para el pueblo venezolano, son desgracias para los parapolíticos de la MUD.