La Casa Blanca es el manicomio más grande del mundo, en opinión del periodista Stephen Lendman. Lo cierto es que no deja de tener razón dada las decisiones y actuaciones descabelladas que salen de ese lugar, las cuales ponen permanentemente en peligro a la humanidad.
Con la escusa del terrorismo estos chiflados no se miden y tienen prendido el planeta con conflictos bélicos por doquier. No conformes con desatar ese monstruo llamado Estado Islámico que azota hoy el mundo ahora buscan el enfrentamiento con Rusia sin medir las consecuencias como pudiera ser el estallido de una guerra nuclear.
En su insano juicio arrastran a la extrema derecha internacional, incluida la nuestra que contagiada de su demencia juega el más peligroso de los juegos tratando de desestabilizar nuestro país. Siguiendo sus locos planes la derecha criolla ha intentado de todo en Venezuela: golpe de estado, intento de magnicidio, Guarimbas, guerra económica; y ha recurrido también a las tácticas más disparatadas desde la incursión del paramilitarismo hasta el sicariato. El manicomio del norte no escatima en métodos ni en recursos para lograr sus propósitos. Dicen que está más perturbado el que le da el garrote al loco y aquí la oposición al servir de instrumento al gobierno estadounidense esta demostrando que está de remate.
Dios nos proteja de tanta enajenación y ojalá la alta jerarquía de la Iglesia Católica Venezolana no vaya a perder la cordura por quitarle la exclusividad de citar al jefe en medio de tanta conmoción y desvarío.
