Los 56 años de la Revolución Cubana, y la posibilidad de persistir en su Socialismo, pese a las amenazas y acciones criminales permanentes, del Monstruo Capitalista, a pocos kilómetros de sus costas y aun en su propio territorio, se debe en gran parte, a la inmensa suerte que tuvo, desde su inicio la Revolución, de que la Clase Media existente, al final del periodo Batista, huyo en masa a su Paraíso soñado, Miami.
Y más aún, que la sagacidad política de Fidel, del Che y sus compañeros, les alerto, para que no movieran un dedo para retenerla.
Y si bien tuvieron que encarar, la tremenda tarea de reemplazar, el conocimiento que se llevó la Clase Media, tuvieron la ventaja por ello, de desarrollar las tareas, la praxis de la Revolución y el crecimiento, en relativa tranquilidad.
Es cierto que se llevaron consigo el “Know How”, el conocimiento que poseían los médicos, ingenieros, economistas, maestros, e intelectuales varios, conocimiento tan necesario, en especial en los primeros tiempos de la Revolución.
Pero también se fueron con ellos, los comerciantes, parásitos e intermediarios de todo tipo, los rentistas, los narcotraficantes, los corruptos de las fuerzas policiales y judiciales, los tratantes de la prostitución, los propietarios de los casinos, gánsteres educados por los norteamericanos, y desde luego, los propietarios de los medios de producción, explotadores del trabajo ajeno.
Fueron años duros los del comienzo, hubo que enseñarles a los campesinos, desde hervir el agua como higiene de la salud, hasta leer y escribir.
y como construir un bohío para refugiar la familia.
En las ciudades, hubo que enseñar solidaridad, enseñar el valor del otro, donde solo existía la individualidad enfermiza del capitalismo.
Hubo que enseñar, que el verdadero derecho humano, empieza en la igualdad económica, en el acceso igualitario de todos, al trabajo, a la educación, la vivienda., la salud. No, en la “libertad de poseer propiedad privada irrestricta” para unos pocos, y la miseria para los demás.
No fue fácil, el Imperialismo acechaba, y atacaba sin cesar a la pequeña isla, que deseaba realizar una experiencia humana, solidaria e igualitaria.
Pero por suerte, la codiciosa Clase Media, no estaba allí para reclamar la “libertad”, de tener más que los trabajadores.
Para exigir divisa fuerte, para viajar a los paraísos del capitalismo. Exigir la provisión de automóviles privados, último modelo, esas latas con ruedas, que envenenan el aire y la vida de las ciudades.
No estaban allí, para pretender todos los productos, superfluos e innecesarios pero publicitados, que ofrecía la esplendorosa vida norteamericana, que se admira por televisión. Para soñar con el crédito, de los Bancos Privados y las tarjetas.
Por suerte, no estaba allí la Clase Media, para infundir desasosiego a los trabajadores, marcándoles que los productos, que la Clase Media juzga como imprescindibles para ellos, son los que un ser humano necesita, aunque se conviva en una sociedad, de unos pocos ricos y millones de desposeídos.
Y entonces se pudo construir, en medio del bloqueo, una sociedad de vida modesta pero sana.
Se logró, elevar el nivel cultural y de educación, en todo el pueblo Cubano en conjunto, crear la medicina mas moderna y preventiva del mundo, que es `primera necesidad, para el “consumo humano” real, y no las estupideces del mercado, creado para el consumismo.
El resultado está a la vista, el importante lugar que ocupa Cuba, en la cultura y la ciencia en el mundo.
No tuvo la misma suerte, la Venezuela Bolivariana, donde el paradigma del comandante Chávez, el socialismo del Siglo 21, adoleció de la incorporación temprana, de sectores de la Clase Media rentística venezolana, en los cuadros que acompañaron desde el nacimiento, el camino de Chávez, y son hoy la 5ª. Columna, que frena la marcha del Socialismo y lo pone permanentemente en peligro de sucumbir.
En un régimen, el Bolivariano, que pese a sus objetivos Socialistas, aún mantiene en sus leyes, la Propiedad Privada sin limitaciones y regulaciones importantes concretas, en la práctica debe lidiar permanentemente, con la vieja y minoritaria oligarquía, enquistada en sus posesiones de siempre. La Clase Media, encuentra allí el camino, para desarrollar sus afanes de lucro y acumulación, y la defensa a ultranza, del individualismo, que son los objetivos centrales de su accionar.
En ese compartir el escenario, con la vieja Oligarquía, asentada en la “legitimidad” de la propiedad Privada, repartida con la injusticia, que caracteriza al Capitalismo, se enfrenta el proceso del Chavismo Bolivariano, con una Clase Media, proclive a sabotear toda medida económica, que aunque no afecte las prioridades de su clase, no deja de actuar como el perro faldero, de su icono preciado, la oligarquía.
Hoy el acercamiento forzado de USA a Cuba, entraña más peligros que ventajas, para la Revolución Cubana y su pueblo.
Ocurre, que junto con algunos beneficios de orden material, que el levantamiento del bloqueo, puede ofrecer al pueblo Cubano, pueden llegar a introducir, el veneno intrínseco de la cultura capitalista, el consumismo estúpido de productos innecesarios, la exacerbación de las diferencias económicas, facilitando la discriminación por clases.
Hoy, cuando ese acercamiento interesado, del Capitalismo norteamericano a Cuba, puede contaminar, con la publicidad y el espectáculo comercial, que degrada la cultura, y nadie más predispuesta, para trasmitir esta degradación , que la Clase Media, consumidora principal en el mundo capitalista, de todo el material deshumanizado y antiecológico, que fabrica el capitalismo, incluso su cultura degradada a nivel de producto comercial.
Como se puede apreciar, la Clase Media es un factor de mantenimiento del Capitalismo, y un hecho histórico, que desde la aparición del Capitalismo, la Clase Media, intervino, siempre a favor de las clases privilegiadas y contra los intereses del pueblo trabajador.
Enseñar a desarrollar y defender la solidaridad, para enfrentar el egoísmo individual, la codicia, son los objetivos que el pueblo Cubano, está en condiciones de realizar, mostrando al mundo el ejemplo de convivencia, de una sociedad sin clases, que pretendemos protagonice, la futura y necesaria sociedad socialista.
Afectuosamente
Hersh Zakheim