El Diccionario de la Real Academia Española, Drea, define la palabra amenaza, como: "Delito consistente en intimidar a alguien con el anuncio de la provocación de un mal grave para él o su familia", partiendo de este concepto y tomando en cuenta las incursiones militares para ocupar territorios en Asia, Europa, África y Americalatina; asesinar a niños, mujeres y hombres en nombre de la libertad, bombardear hospitales, escuelas o mercados, sin olvidar el poderío tecnológico y económico que poseen -a pesar de la precaria situación de la Bolsa de Nueva York- los Estados Unidos pareciera decirnos, más allá que Venezuela es una amenaza inusual y extraordinaria, que si con el desalojo del 60% de su personal en la embajada en Caracas, al consulado le ocurre algo, como la colocación de un artefacto explosivo o la embestida de un "coche bomba" con kamikeze y todo; sería la excusa perfecta para invadirnos; dicho sea de paso, desde hace años Venezuela ha estado invadida, enajenada, colonizada y alienada por la industria cultural estadounidense, como lo es: Hollywood.
A quién se le ocurre que Venezuela le genera alarma o zozobra al país más poderoso del mundo, si la mayoría de nosotros, sino están bachaqueando, se esta echando tragos o raspando cupos en Miami; de la única amenaza que tiene que preocuparse el gobierno de Barack Obama, es de quien aprovechándose de la deformación económica nacional -producto de muchos, 95% de nuestros empresarios y 100% de la clase media- están trayéndose sus dólares para inyectarlos en el mercado negro y volver una mierda el presupuesto familiar del venezolano de a pie.
Qué vaina es esa, mejor dicho, qué estupidez es esa que la política internacional de los EEUU se ve amenazada por el Gobierno de mi presidente Nicolás Maduro, ¡ah!, porque a Maduro se le ocurrió aplicar el principio de la reciprocidad, en cuanto al ingreso de ciudadanos estadounidense a territorio venezolano, Obama dice que mi país está interfiriendo en su política internacional; por su puerto que hay que revisar y estar al tanto de qué gringos vienen para acá, cuántos vienen, cuánto tiempo van a estar y qué vienen hacer; cuando un venezolano va a los Estados Unidos, el Gobierno de Obama sabe todo, desde si va a vacacionar, comprar o trabajar y a las personas jóvenes, en comparación con los adultos mayores, tienen mayor restricción.
Así que la excusa para invadirnos con el cuento que somos una amenaza, es por demás ridícula e irracional. Sobre la negación de otorgarle visas a 8 funcionarios del Gobierno de Maduro, entre ellos 7 militares y una fiscal de Ministerio Público, por violar los derechos humanos de los "manifestantes" en febrero del 2014, cuando el archi guarimbero, Leopoldo López llamó a incendiar a Venezuela, con el cuento de La Salida, que bueno que les quiten la visa, gran cosa, debe ser que estos patriotas se van a suicidar o salieron perdiendo; los que si perdieron fueron las 43 personas que fallecieron durante las barricadas, la colocación de guayas tumba cabeza y los disparos de francotiradores traídos por la oposición para generar caos y violencia, no nos olvidemos tampoco de los millones de bolívares en pérdidas para el Estado y la propiedad privada en esos días.
Fíjense otra cosas, Obama echa mano al asunto de los derechos humanos para decir que se siente amenazado, obviando la continua violación de los derechos humanos de los presos de Guantánamo, así como de los trabajadores del campo de Texas, los sindicatos automotriz y los niños ratas -lumpen- que viven en la cañerías de Washington ¿Por qué Obama y su congreso no se preocupa -que siendo negro- afrodescendiente, le importa un carajo los derechos humanos de la gente de su mismo color de piel en Alabama, Boston o Missuri?.
Que se ponga pilas es la cosa, porque Wladimir Putin igualmente se las cantó, una cosa es la Rusia de la Unión Soviética y otra es la Rusia petrolera.
Finalizo con comentando brevemente lo palurda que es la página web: Dólar "Paralelo" Today, aun cuando la semana que viene haré un análisis de ese sitio en Internet, que además de tomar por tonto a sus adeptos, "los disociados" que desean que el dólar llegue a 5 mil bolívares, no asumen que son ellos y nadie más, quienes inciden de manera negativa o positiva en la fluctuación de la moneda estadounidense, aunque se disfracen de patriotas, empresarios, emprendedores, demócratas para disimular su intromisión en la deformidad de la economía venezolana, eso es otra cosa.