A decir de la dirigencia opositora las leyes promulgadas por el Congreso estadounidense son de fiel cumplimiento en el ámbito nacional e internacional. Para ellos, la dirigencia MUD, no existe el concepto de Patria, Soberanía o Independencia y lo que diga el gobierno de Estados Unidos hay que cumplirlo. Ellos, los Estados Unidos, que no suscriben ni respetan legislación internacional alguna. Para el común de los ciudadanos afectos a la oposición, el Obama es “negro” y “bruto”. En ambos casos, dirigencia y seguidores, “culipandean”, escurren el vuelto y señalan a Obama de Chavista o a Cuba de imperio interventor.
A decir verdad, no asumen con valentía lo que en el mundo es un hecho histórico-comunicacional. Barack Obama, presidente de los Estados Unidos de América y su poder imperial, vuelven la mirada a América Latina y el Caribe. Pretenden torcer, más que los bazos, la historia, seguir como en el siglo pasado dictando leyes y decretos extraterritoriales. ¡Colocar a su antojo y semejanza gobiernos títeres! Son hoy por hoy la cabeza visible de la oposición venezolana, ésta en Venezuela sólo es una mampara.
Entiéndase, la ley de emergencia nacional decretada por Barack Obama AUTORIZA a los Estados Unidos de América a bloquear militar y económicamente a Venezuela y a cualquier otra nación que apoye o suscriba acuerdos con nosotros. Cincuenta, sesenta años hace que lo hicieron con Cuba. Más reciente, en Libia, hoy devastada por la intervención humanitaria de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. Este último caso, el de la DEVASTADA LIBIA, empezó con el congelamiento y confiscación de sus reservas internacionales. Más de 200 mil millones de dólares colocados en bancos europeos. ¿Dónde y quien se los quedó?
Pues bien, ¡empezad a temblad!, quienes dirigen y controlan el poder político y económico norteamericano están ávidos de dólares, de llenar cada vez más sus arcas personales y como aprendieron el Libia, ahora le toca a los venezolanos y sus dineros colocados en el exterior. Sobre todo en Estados Unidos de América. Se estima en unos 300 mil millones de dólares la magnitud de tan deseado tesoro. ¡Ellos lo saben y vienen por ti!