La avalancha humana que se ha dirigido a las plazas Bolívar -ubicadas en cada cuidad del país- para recolectar firmas en contra del decreto de amenaza de Obama, demuestra que hasta los escuálidos saben, que de producirse una guerra todos salimos perdiendo. Aunque algunos oposicionistas banalizan o desestiman la inminente invasión gringa a suelo venezolano, en un rincón de su corazón guardan ese amor por la patria, amor que Chávez, el comandante eterno, sembró y regó insistentemente, no solo en ellos, sino en todos los nacidos en la tierra Simón. Me sorprendió gratamente ver a diputados de la Asamblea Nacional y a personeros de la vida política regional, firmado el cuadernillo que será enviado al inquilino de la Casa Blanca, para que vea y certifique que más allá del rechazo mundial del decreto de amenaza: Celarg, Unasur, China, Rusia; los venezolanos estamos dispuestos a dar la vida por Venezuela, incluso aquellos, que piensan que solo existen las bombas mata chavistas.
Claro que los EEUU tiene proyectiles y explosivos inteligentes, solo que caen en territorios donde los gobiernos no se les arrodilla, como por ejemplo: Siria, Irak, Afganistán, Grenada, Panamá, Haití, Honduras, Cuba y por supuesto, Venezuela. Nuestras Plazas Bolívar no se compara, ni nada que ver con El Arepazo, establecimiento de comida rápida en Miami, donde se congrega lo más selecto, la flor innata escuálida, que espera que Obama invada a Venezuela para salir del régimen castro comunistas que encabeza mi presidente: Nicolás Maduro; en ese lugar, donde puedes degustar una reina pepiada hecha con harina PAN, tomarse una taza de chocolate tachirense o merideño empaquetado por la Nestle, o un tomarse también un buen café Imperial, uno observa como esos “venezolanos” cuentan los minutos para que los Marines, boinas verdes, gansos salvajes, Chuck Norris, Rambo, en fin, penetren las costas y acaben con la nación más hermosa, más sabrosa, más chévere del planeta para vivir y les digo -excepto los Marines- los antes mencionados ya nos invadieron gracias a la industria cultural representada por Hollywood, que permanece en nuestros hogares a través del “Huésped Alienante”, verdad profe Marta (Colomina).
Lo mejor de la recolección de firmar en nuestro país -porque como sabemos en El Arepazo igualmente recogen firmas, pero para decirle a Obama que está haciendo muy bien organizar su Ejército e invadir la patria de Bolívar- es que los padres escuálidos deben lidiar con sus niños quienes en su inocencia no entienden porqué un gobierno extranjero intenta arrebatarnos el petróleo, el agua potable, el hierro, así como destrozar los parques, contaminar los ríos y matar gente que no sabe hablar inglés. God bless to Venezuela, perdón, Dios bendiga a Venezuela. Los oposicionistas que piensan que la invasión es imaginaria y que el tema que ahora los ocupa, como lo es la escogencia de los candidatos y candidatas de cara a las elecciones parlamentaria de diciembre del 2015, sepan que con invasión no hay elección.