Hasta ahora el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro va ganando la paz, diplomáticamente todos los países de Movimiento No Alineado, 120 países de la ONU, de menos de 200, unánimemente los países de Unasur, Mercosur, el Alba así como países del Caricom opta por la paz, el uso de la diplomacia para dirimir los conflictos que se tenga entre EE.UU y la República Bolivariana de Venezuela. Las firmas para derogar el Decreto de Obama sirven para movilizar la opinión mundial, la diplomacia de los pueblos, la condena moral de la comunidad mundial, se puede decir que tanto la diplomacia de los estados nacionales como la diplomacia de los pueblos vienen cercando las amenazas y agresiones del imperialismo de los EE.UU y de sus aliados.
Está probado que el imperialismo es derrotable, más de 57 años de bloqueo comercial y financiero a Cuba lo demuestran, la capacidad de resistencia y sacrificio hicieron posible lo que hoy es una realidad, que declarase el mismo Presidente de los EE.UU., como un error político, un fracaso la pretensión de doblegar a Cuba, por su opción histórica soberana de elegir el socialismo. Mientras que se distiende las relaciones con Cuba, los EE.UU tensa sus relaciones con Venezuela dirigidas a “torcer el brazo” a Venezuela. Al mismo tiempo decide romper las relaciones de negociación con Irán sobre el asunto nuclear, sostienen los focos de guerra en Siria apoyando a los terroristas “islámicos”, crea conflictos en Túnez, Yemen, entre otros países caotizando el orden mundial a petición de “los perros de la guerra”, el complejo militar industrial.
¿Derogará o no el decreto de guerra Obama? La exigencia de Venezuela para derogarlo responde a la agresión de su gobierno USA, resentidos por las acciones del gobierno de venezolano, de hacer justicia sus instituciones autónomas en sancionar los ciudadanos (políticos) involucrados en actos de guerras (guarimbas) contra el poder ejecutivo y moral. Por su parte, la lucha diplomática del gobierno bolivariano por la paz es consistente y firme, avasalla a los EE.UU y sus aliados, quedándose estos aislados internacionalmente, solo su soberbia imperial hace que no retrocedan y reconozcan ese error histórico y que hoy reconocen para Cuba en tanto que están dispuesto a repetir de los mismos errores del pasado colonial, el mundo reposa sus ojos sobre ellos, reculan, saben que son agresivos.
El Decreto Obama puede colocar al mundo a rememorar una nueva crisis del Caribe, sería una segunda crisis y no solo de ella, sino colocar al mundo de nuevo al borde una guerra termonuclear puestos que sus acciones bélicas tendrá respuestas del gobierno venezolano en defensa de la soberanía, la independencia y la revolución bolivariana, socialista y chavista, los EE.UU., deben medir las consecuencias internacionales de un país que predica la paz y el entendimiento entre los pueblos, apuesta por la diplomacia en tanto que ellos, grotescamente, por su arrogancia imperial son capaces de pasar por encima de las leyes internacionales y someterse a la justicia.
El imperio de los EE.UU. está derrotado moralmente e internacionalmente, nadie quiere la guerra, excepto las elites norteamericanas y europeas, una guerra que trastornaría el comercio regional, podría incendiarse la pradera, aunque esto no represente un freno a los apetitos guerreristas y neocolonialistas en su política de del desorden mundial, Maduro sabrá enfrentar con puño de hierro las situaciones agresivas pero también frenar sus ansias de someter a Venezuela, Maduro derrotara al imperio y su sistema, el imperialismo, no mediante la guerra sino mediante la diplomacia de paz, el respaldo internacional, el dialogo, el apoyo de los pueblos todo por la derogación del Decreto de Obama.