"Tú crees que soy conchabado tuyo", era la expresión que en la Mérida de mis años de escuela, le decía uno a quien pretendiera obligarlo a que hiciera esto o aquello, porque al otro niño le daba la gana imponerse. De esta manera el infante frenaba al compañerito abusadorcito, que a cuenta de más alto o gritón pretendía ser el mandamás, porque en su familia lo consentían y le daban todo lo que pidiera el niño malcriado, que formaba berrinches, pataletas o rabietas y los padres en lugar de aplicar la disciplina, lo complacían en todo. Hubo quienes se acostumbraron a dejarse mandar temerosos de no obedecer. Con el correr de los años estos ejemplos los percibí en la historia, dándome cuenta que sin necesidad de David contra el gigante Goliat, muchos seres e incluso naciones enteras lograron imponerse a los imperialismos dominantes, que abusando de su fuerza atropellan, torturan, asesinan y a fin de cuentas creen convencer destruyendo para luego "construir". En este recuento histórico generalizado, Venezuela durante décadas estuvo sometida al imperio capitalista salvaje de EE UU y corporaciones internacionales, hasta que alcanzó su segunda liberación a partir de 1999 al llegar al poder Hugo Chávez, quien inspirado por Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora, más enseñanzas eruditas mundiales necesarias para un verdadero dirigente político, nos acostumbró inteligentemente a abrir los ojos y ver de qué manera nos estafaron con la "democracia representativa", trampeando el poder del pueblo elector mediante la disimulocracia falsa de la "separación de Poderes", siempre bajo la condición de contar con la anuencia de USA. Venezuela ha sabido diferenciarse y pese a la partida física de Hugo Chávez su primer hijo Presidente Nicolás Maduro ha seguido en forma exitosa el pensamiento bolivariano chavista, ejecutando gobiernos de calle y coronando en Abril 2015 con el apoyo popular mundial al socialismo venezolano Siglo XXI, sin temor a los Poderes Mundiales, ratificándoles que no somos conchabados de nadie y queda claro que son otros los gobiernos al servicio del derrotado Premio Nobel de la guerra, Barack Obama. Escasos Presidentes y Jefes de gobiernos vergonzosamente se han convertido ante el mundo en CONCHABADOS, es decir, "sirvientes a sueldo unidos para un fin ilícito".