“Nada ni nadie deberán detenernos, aún al precio de los mayores sacrificios, en la hermosa y nobilísima misión de mostrarnos dignos de nuestro glorioso pasado, recuperando nuestra Guyana Esequiba”. Efraín Schacht Aristeguieta
El epígrafe del presente artículo lo tomamos del libro “A Un Siglo del Despojo, La Historia de una Reclamación” del coronel del Ejército venezolano Pompeyo Torrealba; obra que retomamos en días recientes a propósito de una clase con nuestros alumnos de la UBV de Maturín, en la materia Medios de Comunicación e Información Internacional.
El tema cobra aún más interés cuando en los últimos días ha resucitado el fantasma del despojo inglés de 1814, ahora representado en la avaricia y las agallas colonialistas de la trasnacional Exxon Mobil, muy conocida por los venezolanos y expulsada de Cerro Negro, en la Faja del Orinoco por el accionar patriótico de nuestro Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías y que fue derrotada en los tribunales internacionales, en su afán de apoderarse de millones de dólares como ha sido su presunto accionar a través de la historia a nivel internacional.
No es casual su presencia actualmente en la Guyana Esequiba, azuzando a su Gobierno para provocar nuevamente conflictos en el mapa geopolítico y en especial con Venezuela, como acostumbra hacerlo de acuerdo a sus métodos y a su afán capitalista; pretensión que fue derrotada legalmente por nuestro país en tribunales internacionales.(ver cita)
http://www.telesurtv.net/news/
“Hace siete años el presidente Hugo Chávez, decretó Plena Soberanía Petrolera y la nacionalización del petróleo para dar a la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) la mayoría accionaria y posibilitar la redistribución social de la renta en beneficio del pueblo.
La medida frenaba las intenciones de los gobiernos neoliberales de privatizar este estratégico recurso de los venezolanos iniciado con la llamada “Apertura petrolera”. Una de las prácticas más comunes era la firma de “Convenios Operativos” con las empresas transnacionales.
Los “Convenios Operativos” suponían:
- Entrega de campos petroleros considerados marginales (de “difícil explotación” y “poco rentables para PDVSA”) para su “reactivación” por las transnacionales
- Contratos de exploración y explotación por 20 años.
- Las transnacionales pagarían el 34 por ciento de Impuesto sobre la Renta, sin regalías, las cuales eran asumidas por PDVSA.
- La solución de los conflictos se dirimirían mediante un arbitraje internacional, supranacional, en franca violación de la soberanía nacional.
- Las empresas exigían cuatro obligaciones económicas que debía asumir PDVSA: Los costos de operación, los costos de capital, los incentivos para una mayor producción y las deudas adquiridas por las empresas para poder realizar inversiones)
- Como resultado Venezuela acababa pagando entre el 110 y el 135 por ciento por cada barril de petróleo venezolano producido.
32 de estos convenios fueron firmados con 22 empresas. Con los convenios operativos se violaba la Carta Magna que reserva la exploración y explotación petrolera exclusivamente al Estado venezolano.
La Plena Soberanía Petrolera ponía fin a estos convenios, permitiendo la participación de capital privado en la industria, regulado por el Estado. Casi todas las petroleras que tenían e convenios operativos aceptaron que les redujeran su participación, excepto Exxon y Conoco Phillips, que llevaron sus demandas al Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias relativas a las Inversiones (CIADI) adscrita al Banco Mundial. En 2012 un jurado de arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional ordenó a PDVSA el pago de USD 908 millones, de los siete mil millones que exigía Exxon, como compensación por los activos que perdió tras la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Como afirmara el Comandante, “comienza a consolidarse una nueva geopolítica petrolera al servicio de los pueblos y no de los intereses del imperialismo y del gran capital”.
Hoy ante estos antecedentes y que traen a colación el caso de Guyana nos reencontramos con la obra de Pompeyo Torrealba de especial interés para los venezolanos.
En febrero del año 2008 tuvimos el privilegio de acompañarlo en el auditorio Juana Ramírez “La Avanzadora” de Pdvsa Oriente, cuando nos presentó su libro y dio a los trabajadores de la industria una extraordinaria conferencia sobre este tema que domina a perfección.
Cobran vigencia sus palabras, las cuales agradecemos y asimismo las recordamos, en una dedicatoria de su libro: “Dedico este mi libro al compatriota Marco Tulio Arellano amigo de Pdvsa, quien interesado en forma excepcional en los intereses de la Patria, se sensibilizó por este tema Esequibo.
Deseo que tu motivación sea de tal manera que continúes apoyando la Misión Esequibo, en su primera fase, como lo es la difusión del conocimiento de nuestro territorio de 159.500 Km/2 usurpado, robado, despojado a nuestro país en aciagos días de nuestra historia, Maturín,22 de febrero del 2008”.
Hoy con nuestros alumnos recordamos la lección y como lo dice Pompeyo en su libro: “Se llama “Zona en Reclamación, por el reclamo que Venezuela hace al despojo del cual fue objeto a través de la componenda imperialista y colonialista de Inglaterra, EEUU y Rusia de la época.
Actualmente en posesión de Guayana, la cual hereda el litigio territorial el 26 de mayo de 1966, cuando Inglaterra en su estrategia maquiavélica de cambiar la relación de fuerzas le concede su independencia, en su intento de evadir la responsabilidad histórica que le corresponde.
Su status está sujeto al Acuerdo de Ginebra, firmado el 17 de febrero de 1966, en espera de la recuperación de todo el territorio que nos despojó Inglaterra”. (A Un Siglo del Despojo, pag. 11)
Hoy con nuestros alumnos de Comunicación Social de la UBV, evocamos nuestro pasado glorioso de la Colombia de Bolívar y los límites que heredamos de la Capitanía General de Venezuela y como Pompeyo Torrealba decimos: ¡No al despojo!, en la tierra de aguas que es lo que significa la mágica tierra del macizo de Guayana.
¡Fuera la Exxon Mobil de territorio guyanés!…¡Venceremos!