La maldición histórica de los gobernantes colombianos...

El santanderismo se instaló en Colombia traicionando al padre de la patria Simón Bolívar. Este hombre, que para algunos historiadores logró posiciones importantes por el solo hecho de haber nacido en la Nueva Granada, fue presa fácil de los poderosos y terminó traicionando las ideas del Libertador. El atentado septembrino así lo demostró, el asesinato de Sucre, y en fin, el asesinato de la patria al dividirla, para beneplácito del imperialismo. Al ser rodeado por personajes nefastos como Soto-Agüero y la oligarquía colombiana, este país marcó el rumbo antibolivariano, la oligarquía se apoderó de la patria creada por Bolívar para los pueblos y se la tomó para sí. Bolívar murió en Santa Marta diciendo que había "arado en el mar"; Sucre quizás decepcionado se retiraba, Urdaneta se enredaba en las telarañas propias de una oligarquía felona y también lo colocaban al margen al igual que a otros patriotas, la Gran Colombia se perdía en las apetencias de enanos históricos como Santander, tanta similitud con el Uribe de hoy, aunque en aquellos tiempos no se traficaba con cocaína. Podemos decir entonces que lo que hoy ocurre viene de lejos. Otra cosa hubiera sido si Santander no traiciona y es leal a Bolívar. Santander en Colombia, Páez, acariciado por la oligarquía valenciana, en Venezuela; Flores en Ecuador... Una verdadera conspiración contra la patria ideada y ganada por Bolívar. 

Hoy nos encontramos con la situación irregular en la frontera, el avance del paraestado apoyado sutilmente, y a veces no tan sutil, por la mediática mundial que se alinea en contra de Venezuela, por atreverse a defender la patria, "cosas veredes mi querido Sancho", diría El Quijote, pero la Venezuela de hoy enfrenta esos coletazos de una traición histórica contra la patria y los pueblos. Maduro, hijo de Chávez, nieto de Bolívar y hermano de este pueblo ha encarado la situación con mucha decisión. No es cualquier cosa el tema del paramilitarismo en la frontera. En torno a esta situación de violencia que se podría considerar como el fascismo de nuevo cuño, llámese en una parte del mundo el Estado Islámico, o en esta parte, simplemente paramilitarismo colombiano, estos fenómeno son utilizados por las oligarquías y el imperio para combatir las revoluciones, defendiendo las últimas barreras en su desastre inminente de procesos sociopolíticos necesarios para salvar la humanidad, porque el planeta no soporta cien años más de capitalismo imperialista, salvo que desaparezcamos como especie. En este orden de ideas observamos que aunque el presidente formal de Colombia es Santos, Uribe es el que manda a la hora de las chiquiticas. Es Uribe la punta de lanza del imperio, lo captaron para sí, les entregó Colombia sin malgastar un tiro y hoy la usan como plataforma político-militar-comunicacional en una guerra llamada de cuarta generación que procura envenenar las mentes débiles que son arrastrados por todo lo que implica la guerra económica en su expresión de bandidaje paraco. Las burguesías de los dos países se unen, se protegen y se defienden sin importarle la nacionalidad; el contrabando de extracción, los ataques a la moneda, la siembra de terror en la población no tiene nacionalidad, cuenta de lado y lado con caballos de troya, por no usar una frase en boga últimamente: "cochinos de troya". 

Pareciera que los gobernantes colombianos están pagando la traición hecha a Bolívar y esta patria está  secularmente condenada a padecer dicha traición. Pero "llegó el comandante y mando a parar", llegó Maduro pues y decidió, tarde quizás, pero decidió, cerrar la frontera para plantearnos la creación de una realidad distinta, fuera de la dictadura criminal del paramilitarismo del para estado colombiano. Esto hay que celebrarlo y apoyarlo con consciencia y consecuencia; se necesita derrotar estos enemigos de la patria para decir verdaderamente "tenemos patria" y así cumplir con el comandante Chávez, "la chispa que incendió la pradera" en Latinoamérica y superar de una vez por todas el fantasma de la traición santanderista.

 



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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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