¿Qué valor tienen las fuentes de agua dulce, los bosques, la biodiversidad y ecosistemas que terminarán siendo irreversiblemente afectados por la explotación del oro y de minerales en el territorio que entra en el llamado Arco Minero?
¿De qué le servirá a nuestros nietos y su futura descendencia la contaminación de las fuentes de agua dulce, la depredación de los bosques amazónicos , la extinción de la biodiversidad y destrucción de los ecosistemas en la Guayana para que apenas volvamos a importar carros, equipos electrónicos (computadoras, celulares ), neveras, cocinas, etc.?
La minería, tanto legal como la ilegal, es depredadora por su propia naturaleza. El mito de que los españoles cambiaron espejos por pepitas de oro a nuestros ancestros aborígenes parece recrearse de nuevo cuando queremos cambiar agua dulce limpia, reservas boscosas milenarias, biodiversidad única por billetes verdes.
La Gold Reserve canadiense entregó por adelantado sumas millonarias de dólares para asegurar su derecho a explotar parte del oro que ha permanecido en las entrañas de la tierra y que al ser extraído afectará inexorablemente las fuentes de agua dulce, los bosques y ecosistemas tan preciados para la preservación de la vida.
Comenzaron las matanzas por control de territorios en las zonas donde la actividad minera ha sido el motor de la vida de mucha gente, hace tiempo ya; la derecha política hace fiesta por ello y acusa al gobierno de incapacidad y de complicidad con la criminalidad y la delincuencia; el gobierno, penetrado por mafias internas, empecinado en un "modelo productivo" que se basa en un nuevo rentismo, soslaya el quinto objetivo del Plan de la Patria y pone en bandeja de plata a las trasnacionales depredadoras una riqueza minera que anuncia devastación y ruina para un ecosistema tan frágil como rico.
La cuenta parece clara para los herederos políticos de Hugo Chávez, si la posibilidad de mantener viva la revolución depende de generar más recursos en menos tiempo, por qué no apelar a una riqueza que la derecha política no dudará ni un segundo en entregar al capitalismo financiero, devastando inmisericordemente el medioambiente. En pocas palabras antes de que lo haga la derecha fascista, lo harán primero los revolucionarios, los defensores de la Patria y del Legado político-ideológico de Hugo Chávez.
Diría el Che que los revolucionarios venezolanos estamos apelando a las armas melladas del capitalismo y nos recordaría que no debemos creerle a los capitalistas ni un tantico así.