El primer y aun existente imperio del mal, es y siempre será Lucifer, irrumpió antes de la primera aparición de Adán y Eva. A partir de la creación del hombre hasta la actualidad, los imperios del mal, solo evolucionaron con diversos nombres, apellidos y naciones, en tiempos determinados. Estas potestades y caudales establecidos por milenios, se trasladaban y se transferían eficazmente y clandestinamente de generaciones en generaciones.
Este legendario mal, actualmente llevan su antiguo ordenamiento con mucha sincronización y muy bien orquestado, a nivel mundial. Se irradiaron sagazmente por todo el mundo, con resbaladizos y contagiosos tentáculos, engranados en una diabólica maquinaria, peor aún, todos sin excepción precisamos de ella. Sus diversos apéndice, tienen nombres propios, mayoritariamente fueron puestos y en ocasiones infiltrados en el, gobierno, político, narco, policial, judicial, religiones, militar, inteligencia, armamentos, energía, dinero, conocimientos, medicinas, fármacos, agricultura, medios de comunicación, entretenimiento, recreación deportivo y la sociedad secreta, son nuestras inseparables estampillas, enviciados e hipnotizados por sus imperiosas prolongaciones.
La historia siempre se menudea, nadie debe, debió o debería molestar al poderoso imperio, sino al contrario, persistentemente les jalaban el mecate, por temor o cobardía. Ahora en pleno siglo XXI, menos de 300 familias, son miembros de este cuerpo imperial, algunos se autoproclaman ilustres de sangre azul, otros simplemente cambian de apellidos y nacionalidades, acarreando toda su fortuna hacia a su colega y socio, del mismo tentáculo.
Este impalpable imperio del mal, viene arrastrando el método de los opuestos, es la ley de Lucifer, dicen y hacen lo contrario, generadores de banderas falsas y especialistas de consagrar el antiguo, pero modernizados circos romano (batallas, muertes y sangres) para entretener a sus más altos órganos del mal o simplemente unas de las tantas y obligadas ofrendas y rituales, para saciar a su amo superior, Satanás.
Estos personajes, siempre se exhiben con sus lindas caras y buenos modales, son tan eficaces con la manipulación a los ingenuos mortales, que los hacen sentirse protegidos, y en ocasiones los adoptan como un símbolo o lazo, paterno.
Mientras más arriba se encuentra en el escalón imperial, más poder y riqueza tendrán, pero los que están de la mitad hacia el último peldaño de abajo, igualmente tendrían dominios y fortunas, dependiendo sus estratégicas localizaciones y ofrecimientos.
Todos estos honorables y afanosos trabajadores, no morderían la mano que les brindo patrimonios y mando. Cuando se instalan a su nuevo cargo o silla, al instante emerge el tentador Lucifer, transformándolos en abogados de lo inaceptable, por la simple razón de conservar su lujuriosa silla. Por error de cálculo, en ocasiones diminutas, se colea un honorable y digno mortal, dispuesto a rechazar el mal, confrontara a todos sus colegas de trabajo, los expulsaran o simplemente lo mataran, ya que la lista de espera de los deseosos candidatos, estarían dispuestos a ofrendar más desalmados actos, solo por la ansía de llegar a la jugosa silla.
Cito.
*Hay un complot en esta nación, que pretende esclavizar a cada hombre, mujer y niño. Antes de marcharme de este alto y noble oficina, expondré a este complot* John F. Kennedy, ex presidente de los EEUU. 7 días después de esta aclaración, fue cobardemente disparado y heroicamente martirizado.
En conclusión, Lucifer y sus insignificantes súbditos, lograron institucionalizar a la anestesiada humanidad, en alucinados, disminuidos, escuetos, satisfechos y encantados jornaleros.
Gracias a Dios, en que la República Bolivariana, está del lado del antiimperialismo del mal, pero lamentablemente, gracias a Lucifer, la política se come, a mi querida patria.