Toby Valderrama persiste en sus ataques desmedidos y virulentos, al aseverar que el Gobierno de Maduro, lejos de aplicar correctivos adecuados para corregir la grave crisis que padecemos los venezolanos con este atroz desabastecimiento e inflación desatados a niveles de la mayor perversidad, ha resuelto pactar con el gran capital criollo, al punto de que “intentó” una alianza con Cisneros y Mendoza”, dizque para “elevar las fuerzas productivas”, cosechando por allí sólo fracasos, además, agrega, que ha querido tapar sus grandes errores en política económica, engañando a los venezolanos con el cuento de la guerra económica y la amenaza yanqui de invadir a nuestro país (1).
Reiteramos que siempre hemos guardado el debido respeto por el señor Valderrama. Leemos con interés sus escritos, pero ya llevamos demasiado tiempo muy confundidos con sus contenidos, pues no logramos entenderlo hacia qué ruta ha resuelto marchar. Antes del fallecimiento de Hugo Chávez, sus críticas las veíamos casi todas constructivas y proactivas desde el mayor respeto por el líder, pero desde entonces esa línea la cambió 180° y ahora sólo le lanza misiles de destrucción masiva al gobierno del presidente obrero, Nicolás Maduro y muchas de ellas no están nada lejos de las que formulan, reiteradamente, dirigentes de la oposición.
Valderrama lo califica de ser irresponsable porque afirma que vivimos una guerra que ha desatado la oposición para desestabilizar a su gobierno por la vía de inducir a un desabastecimiento y a una especulación nunca antes padecidos en el país, pero también le reprocha porque le ha hecho llamados de alerta al pueblo para que nos mantengamos unidos y dispuestos a defender la soberanía de la Patria ante la posibilidad de que sea invadida por los Estados Unidos y todo esto, por supuesto, nos sorprende, pues ambas situaciones de muy alto peligro están planteadas, son inocultables, están a la vista del que quiera mirar la realidad y se niegue a andar con gríngolas.
Este escribidor, que no sabemos si su apellido es Valderrama o Aponte, lo percibimos apegado en “stricto sensu” a los manuales de la lucha revolucionaria y poco dado a seguir las ideas y consejos de brillantes hombres de Nuestramérica, como Mariátegui (ni copia ni calco, sino creación heroica) y de nuestro Simón Rodríguez, también conocido como Samuel Robinson (o inventamos o erramos), afirma, en términos contundentes, que todo lo que dice Maduro es pura falsedad. Vocea esas mentiras “para chantajear a los chavistas” y agrega, que aquél que no le crea o dude de sus palabras, “es calificado de traidor y sabe Dios qué le puede pasar”, por lo que, en lo que sigue intentaremos resumir, tanto como lo podamos hacer, la realidad que está allí, objetiva desde nuestra óptica, muy abierta que nosotros percibimos sobre tales particulares y que, por ello, tenemos una postura diametralmente opuesta a la de Toby.
1) El 8 de marzo de 2015 el presidente de los Estados Unidos, país que tiene un dossier demasiado abultado sobre sus atropellos e intervenciones en más de siglo y medio a los países de nuestra Latinoamérica y Caribeña (personalmente tenemos registradas 123 injerencias de todo tipo y calibre en 170 años), dicta un decreto declarando a Venezuela amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de su país y sus relaciones internacionales, decreto ese que el pasado 3 de marzo decide renovarlo por un año más, con el falaz argumento de que en Venezuela continúa la “erosión de los derechos humanos (..) la persecución de opositores políticos, (la) limitación a la libertad de prensa, (el) uso de violencia y violaciones a los derechos humanos en respuesta a protestas antigubernamentales” (2);
2) En octubre pasado el Jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, general John Kelly, aseguró estar muy preocupado por la situación social y política de Venezuela e informó que por ello todos los días reza 40 segundos por ese país, pero agregó, además, esta perla: en caso de darse una crisis humanitaria en Venezuela –léase hambruna- su dispositivo militar intervendría para ayudarnos a conjurarla y lo que llama a la mayor “curiosidad”, es que la MUD, una vez en posesión de su mayoría absoluta en la AN, en enero pasado, para ser bien precisos el día 16, aprobó la declaratoria de que Venezuela padece una crisis humanitaria de la salud, pero más aún nos “asombra”, que bajo pronunciamiento similar, ya en 2010, tropas estadounidenses ocuparon la República de Haití (3).
El general Kelly ya no está allí, ha sido sustituido por su par Kurt Tidd, quien el mes de abril pasado estuvo inspeccionando las bases de su país en Colombia y en Honduras…
2) El 15 de marzo en declaraciones a CNN, Obama incurre de nuevo en la injerencia intolerable de pedir para Venezuela un cambio de gobierno, a la mayor brevedad, cuando le dice a su entrevistador: “Francamente, ahora mismo estamos preocupados por el estado de su economía (..) Eso está directamente conectado con los desafíos de la gobernabilidad, y cuanto antes pueda el pueblo venezolano determinar un gobierno que ellos confíen en que es legítimo y que pueda comenzar a implementar políticas económicas que los saquen de la espiral en el que están, mejor será para todos nosotros (..) Si Venezuela fracasa, eso podría tener un impacto en las economías de Colombia, o de Centroamérica, o de México, y eso a su vez eso podría afectar a la economía estadounidense. Queremos que el pueblo venezolano tenga éxito”, explicó el presidente estadounidense.”
3) La oposición de nuestro país no ha dejado un instante de conspirar contra el Gobierno Bolivariano desde el mismo día en que Chávez asumió la presidencia de la República en enero de 1999 y creemos innecesario relacionar y menos abundar en cada uno de los eventos que en estos últimos años ha desarrollado hacia el logro de ese objetivo y en donde tuvieron protagonismos para nada ocultos, sino muy abiertos y descarados, ofreciéndoles su total apoyo, primero, el presidente gringo, George W. Bush y, luego, Barack Hussein Obama, así como José María Aznar, en su condición de presidente del gobierno de España y más tarde quien hoy ejerce igual cargo, Mariano Rajoy y el otro, el sujeto expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, quien es imposible calificarlo de otro modo, pues por su abultado prontuario, ampliamente conocido por la comunidad internacional, fue fichado por la DEA como uno de los narcotraficantes más peligrosos del mundo, bajo el No. 82 y con serias acusaciones de tener estrechos vínculos con el paramilitarismo de su país, no sólo dijo en agosto/2012, ya fuera de la presidencia, que le faltó tiempo para intervenir militarmente a Venezuela (4), sino que hace escasos días, el 13 de mayo último, desde Miami, en el marco del Foro Internacional Concordia, presidido por José María Aznar y al cual asistió la pandilla de expresidentes neoliberales del Continente y representantes de su más rancia oligarquía, llamó a los soldados de nuestro ejército Bolivariano a derrocar el gobierno del Presidente Maduro, sin pérdida de tiempo y les advirtió que si no lo hacían, de lo contrario entrarían al país fuerzas extranjeras para cumplir con esa tarea y devolverle a los venezolanos la libertad plena que tanto claman, la cual les ha sido secuestrada el chavismo (5) y,
4) El presidente de Fedecámaras y sus adláteres del sector empresarial en todas sus áreas, no escatiman espacio público alguno para repetir de modo persistente y cada día (basta sólo con escucharlos en los informativos y/o programas de opinión de los canales Venevisión, Televén y Globovisión), que la crisis que agobia al país se debe, fundamentalmente, al modelo económico que ha impuesto el régimen, el querer expropiar todo cuanto se le ocurra y al hecho de que se ha dado a la tarea de amenazar al sector privado productivo de intervenir sus empresas, como lo ha hecho, de formas reiterada, con Lorenzo Mendoza, en vez de convocar a sus representantes gremiales y sentarlos en una mesa de diálogo, de manera de encontrar, por esa vía, las solución a los grandes problemas que a la fecha confrontamos los venezolanos, olvidando (?) todos ellos que han sido actores y muy activos en los planes que desde 1999 han puesto en marcha para ponerle término a la Revolución Bolivariana, al punto de que en uno de ellos lograron colocar como presidente provisional de la República de Venezuela al empresario Pedro Carmona Estanga, para ese entonces presidente de Fedecámaras, luego de que sus sicarios asesinaran cerca de veinte personas y dejaran heridas más de cien, en las cercanías del Palacio de Miraflores (6)
Vale agregar, como sucesos de muy alta significación en estos momentos, que los primeros países que reconocieron a Carmona como presidente, fueron los gobiernos de los Estados Unidos y España, cuyos embajadores muy prestos acudieron a Miraflores a felicitarlo e igualmente que la OEA absolutamente nada hizo por preservar nuestra democracia y ni siquiera para salvarle la vida al Presidente Hugo Chávez que había sido secuestrado para asesinarlo. Hoy vemos cómo esos mismos países andan en lo mismo para derrocar a Maduro y por su parte al Secretario General de la OEA, Luis Almagro, muy activado armando subterfugios que permitan que el organismo multilateral dicte una resolución que autorice una intervención militar en nuestro país, acerca de lo cual no creemos que tenga algún éxito.
De manera que con esta corta relación de hechos muy notorios y que han sido y son, repetimos, del conocimiento público, estamos absolutamente convencidos de que el Señor Toby Valderrama no habla desde la realidad, de manera que sería muy conveniente que él nos precisara no sólo su postura política en función de conocer sus propuestas objetivas para superar esta crisis por la que atraviesa el país en el marco de esta realidad objetiva que hemos registrado y que no creemos que él continúe desconociéndola.
La daga imperial la tenemos a punto de ser enterrada en el corazón de la Patria, sin la menor duda, tanto por todo cuanto hemos consignado en esta nota, como porque los altos mandos del Comando Sur han estado estos últimos días muy activos con los gobiernos del área del Caribe y muy especialmente moviéndose en el vecino país, donde mantienen nada menos que siete bases militares, las cuales han sido reequipadas recientemente, lo cual se contradice muchísimo frente al hecho de que el gobierno de ese país firmará en la Habana, en pocos meses, un acuerdo de paz y reconciliación nacional con las guerrillas de las Farc-Ep, con las cuales ha mantenido una sangrienta guerra de casi 60 años y que por esa razón y para combatir el narcotráfico, habían sido instaladas esas bases en territorio colombiano, durante el mandato de Andrés Pastrana Arango (1998/2003).
(1) La invasión imaginada como chantaje para evadir errores y realidades