Los tipos como Almagro, tan descalificado, cuestionado y hasta repudiado en su lugar de origen, han abundado en América Latina. El uruguayo no es alguien que ha marcado la historia de las traiciones y menos los vendedores del alma al diablo. La historia de América Latina se comenzó a llenar de personajes como esos desde Francisco Fajardo, antes entre los mexicanos o mejor el mundo de los aztecas y demás pueblos originarios de ese espacio, supieron de La Malinche y "su chingada".
Mientras Bolívar intentaba que los pueblos de la América "antes española", se unificasen y asistiesen a su soñado Congreso de Panamá, Santander, del lado de lo que ahora es Colombia y Páez, de acá, pese o quizás hasta por eso mismo al principio, no haber sabido tolerarse mutuamente, se pusieron de acuerdo, actuando como marionetas, para sabotear el proyecto. Pérez Jiménez, con todo lo que ha servido de inspiración a cierta izquierda de esta época, que hasta parece le venera, tanto que la Ley relativa a la investigación de los crímenes políticos, o Comisión de la Verdad", no alcanzó a esa dictadura, sirvió el escenario para que John Foster Dulles, entonces jefe de diplomacia de Estados Unidos, lograse en la X Conferencia Interamericana, se aprobase la invasión a Guatemala. Para decirlo en palabras de un encumbrado dirigente de AD, Simón Alberto Consalvi, de manera que a nadie quede dudas, "Los dictadores, Somoza, Trujillo, Batista y Pérez Jiménez, se constituyeron en los cruzados del anticomunismo en América Latina y se refugiaron bajo ese paraguas en los años de la Guerra Fría". Pero, tampoco es como quiso fingir Consalvi, que ellos fueron los forjadores de aquello. ¡No! Fueron simples marionetas de Dulles o sea de la política imperial
Como de manera irónica, un "demócrata", que hizo oposición a Pérez Jiménez, aunque todo el tiempo desde la comodidad del exilio, mientras aquí se dejaron matar Antonio Pinto Salinas, Alberto Carnevalli y Leonardo Ruiz Pineda, dando la cara y combatiendo en las calles de Venezuela, al frente de la resistencia, Rómulo Betancourt, siendo presidente de Venezuela, le sirvió la mesa a Estados Unidos para aplicar la carta de La OEA a Cuba, con todo los nefastos resultados que eso ha significado para la isla antillana. Efectos que van más allá de lo que habitualmente la gente cree. Franco, con todo lo malo que significó y todavía significa en la historia de España, frente al asunto cubano, tuvo una actitud hasta respetable, pues se negó a participar en el embargo que todavía pesa sobre la isla
Para no alargar esto, basta con recordar el triste papel de "Mujiquita", de José Miguel Insulza, a lo largo de su actuación en el cargo que ahora ocupa Almagro y el jugado por el taimado Oscar Arias, ex presidente de Costa Rica. Los dos, cual igual de bellacos, se prestaron para el desarrollo y culminación de aquella comedia que fue el golpe de Estado contra Zelaya, entonces presidente de Honduras.
Insulza, quien según se comenta, aspira la presidencia de Chile, hizo el triste papel de amanuense y mandadero del gobierno de Estados Unidos contra el de Venezuela hasta los últimos días que se desempeñó como Secretario General de la OEA.
No es censurable que alguien tenga una mala opinión de un gobierno. Es más, en Venezuela abundan motivos para que una buena parte de la opinión discrepe y hasta esté en actitud opositora frente al nuestro. Pues no son tan convincentes y menos absolutas, como se quiere, las razones dadas desde el gobierno venezolano para justificar la grave situación que ahora vivimos, sobre todo si la comparamos con aquella de los tiempos del mismo Chávez. Pero la manera de deshacerse del mismo, para quienes quieran hacerlo, está en la Constitución. Justamente por eso mismo, los partidos opositores, mientras atienden al guión que le marca la diplomacia y política hipócrita de afuera, que pudiera desatar una seria confrontación, se legalizan para cumplir con las leyes electorales y se haga el llamado a elecciones para dirimir de la manera que la mayoría disponga.
Lo que parece dudoso, ya no se trata de Almagro y esos "fantasmas que caminan", es la conducta de quienes al juzgar al gobierno venezolano, de lo que llaman "una perspectiva académica de izquierda", de esos que abundan y están de moda, porque exhiben un lenguaje muy moderno, con perspectiva "marxista" con los lentes muy claros, lo hacen condenándolo mucho más allá de lo debido que hasta parecen hacer causa común con la oposición y más que con esta, el imperialismo. Parecieran querer darle su apoyo al bando opositor, pero dudan; pudieran saber bien que, por la correlación de fuerzas, dentro de los grupos dirigentes, allí no hay nada a favor del pueblo. Pero tampoco les parece prudente, desde el rol "académico", reconocer eso públicamente y menos por el peligro que representa la obsesión de los grandes capitales. Optan por hablar mal del gobierno e ignorar la existencia de la oposición e intereses del imperialismo.
Lo malo en todo esto, son las posiciones duales, que van de un lado a otro y se esconden en todas partes. Es cierto que el gobierno procura prolongar o alargar los plazos electorales. Sabe bien que se haya muy mal ubicado en las preferencias electorales. Pero la oposición, da distintas muestras de estar en lo mismo. Sabe lo qué debe hacer, como validar los partidos, porque es una exigencia legal, pero protesta y denuncia el procedimiento como no pertinente. Pero, al fin, no quedándole otra alternativa, atrapada como está, opta por someterse al procedimiento, sin dejar de alentar la salida fuera de lo constitucional y hasta solicitar se nos aplique la Carta de la OEA, lo que podría conducir a una invasión, donde hasta ella misma, por lo menos factores muy importantes, podría terminar entre las víctimas. Sería bueno revisar la historia chilena que condujo a la dictadura de Pinochet.
Porque el drama de la oposición es estar arrinconada o atrapada entre el deseo irrefrenable, incondicional de salir de Maduro y las discrepancias existentes en su seno, que son bastantes hondas, tanto que le impiden ponerse de acuerdo sobre el qué hacer una vez llegada al gobierno. Es como si el fantasma del FMI, agrandado ahora por lo que observan en Argentina y Brasil, Grecia, les asustase; más si rememoran, cómo deben hacerlo, a aquel descomunal hecho que se llamó el Caracazo. Por lo que no es descabellado pensar que el Departamento de Estado y sectores opositores, privilegien la invasión coo una combinación de fuerzas externas e internas, que generen una situación sin ley para imponer por la fuerza el único programa que tienen a la mano, el mismo que desató la furia popular y marcó el declive de Carlos Andrés Pérez.
Pero insisto en decir que lo más feo, son esos académicos que diagnostican amparados más en los títulos y vínculos con sociedades brillantes y hasta ostentosas, que sus entrevistadores nos lanzan a la cara, con visiones "izquierdistas". Parece suficiente para ellos denunciar al gobierno de Maduro, las supuestas deficiencias de Chávez, la incompetencia para atender el asunto del rentismo y disposición de políticas que ello demandaba, mientras aluden como con demasiado delicadeza a la oposición y el fenómeno imperialista y con este, porque es de esencia, los planes del capitalismo mundial contra nuestros intereses. Dicho así, por pura formalidad, porque de eso ni si quiera quieren acordarse. Eso, más bien, si somos estrictos, eluden por completo. Es como un ponerse en la onda, de quienes sin pudor alguno, niegan la existencia de ese fenómeno del desarrollo del capitalismo que se conoce como imperialismo. Pareciera que esos "académicos de izquierda", estuvieran creyendo que más allá de la "Salida" de Maduro, nos espera la felicidad y una era con gobernantes llenos de buena fe y en las manos, más que en el discurso, respuestas necesarias y esperadas por todos. Pareciera que la idea de esos "académicos", geniales, profundos, es viendo cómo andan las cosas y lo que aquí pudiera suceder, es cuidar sus espacios, prestigio y las mismas buenas oportunidades de ahora. ¡Pero eso, pudiera denigrar de sus escalones "académicos"!
Mientras esos "académicos" hablan y dicen cosas resabidas, tanto que para eso no se necesita cargar los títulos de ellos, la oposición vacila porque no tiene oferta pertinente, aglutinadora y el gobierno se pega del "Judas" Almagro y sus distintas versiones, que se quema él mismo en todos los espacios decentes. ¡Por todo eso estamos como estamos!.