El imperialismo del Estado Unidos en su afán de afincar sus garras sobre la patria de Bolívar y Chávez, ha pasado a una fase de guerra abierta contra esta tierra, cuna de Libertadores. Frente a una Suramérica que se levanta contra las políticas de genocidio social, aplicadas –descaradamente- por Macri y Temer, en Argentina y Brasil, de exterminio del contrario político como las desplegadas por Santos contra los combatientes de las FARCS-EP y el ELN, por intermedio de sus paramilitares, el imperialismo ha optado por eliminar el ejemplo, creyendo que, con ello, extirparían esa rebelión popular suramericana que se les viene a sus procónsules en estas tierras al sur del imperio. El caos constructivo, que planificaron para desarticular Mercosur, Unasur y la Celac, valga decir, todos los mecanismos de integración y complementariedad de sus antiguas colonias, su "patio trasero" como les gusta llamarnos, se les revierte. Tal cual, les ocurrió en Oriente Medio con Siria e Irak. De allí, el desespero del establishment imperialista por una salida "rápida" en Venezuela.
Por ahora, la guerra se libra en el ciberespacio y en un Municipio en particular: Chacao del Estado Bolivariano de Miranda, gobernados ambos por militantes de la oposicionista MUD, en particular los partidos extremistas: Primero Justicia y Voluntad Popular. En ese reducto del país de apenas 13 kilómetros cuadrados y apenas 60 mil habitantes, en un país de 916 mil 445 kilómetros cuadrados y 30 millones de habitantes, han constituido lo que en Libia conformaron en Benghazi, su símbolo de resistencia. Fue desde Benghazi, donde levantaron el falso expediente contra Gadafi acusándolo de haber bombardeado desde aviones militares una marcha "pacifica" de opositores a su gobierno. Pero, también fue desde Benghazi donde el Estado Islámico se nutrió más de islamitas radicales, como lo demostraron documentos capturados a militantes de Al Qaeda en 2007. Siendo Benghazi, Darnah y Tobruk, en Libia, territorios líderes en reclutamiento de bombarderos suicidas de esa organización terrorista. Esos estudios, fueron analizados por la Academia Militar de West Point, siendo el hallazgo más sorprendente, que el corredor que va de Benghazi a Tobruk, pasando por la ciudad de Darnah, tiene la mayor concentración de terroristas yihaditas del mundo, y la mayor fuente de terroristas suicidas del planeta. Bien pudiéramos aventurarnos a decir, que fue Benghazi la cuna del terrorífico Estado Islámico. También fue, la cuna de la utilización de la redes sociales como arma de guerra, pues lo primero que hicieron los líderes de las revueltas libias, seguramente con asesoramiento de la CIA, fue aperturar una página web que convirtieron en la ventana desde la cual denunciaron al "régimen" de Gadafi, logrando posicionar en la opinión pública internacional, elementos claves que movilizarían a Occidente a derrocarlo: la "brutal" represión, calificar de dictadura el gobierno y proyectar pequeñas movilizaciones como grandes movilizaciones virtuales. Fue Benghazi desde donde se realizaron las denuncias contra el "régimen" de Gadafi y las supuestas violaciones a los derechos humanos que justificarían después, las mayores violaciones de los derechos humanos del pueblo libio, encauzado por los bombardeos "humanitarios" del Estado Unidos y su OTAN. Por ello, cuando observamos caminar entre encapuchados, sonriente y amistoso, al Alcalde Ramón Muchacho, no debiéramos asumir una actitud pasiva y complaciente. Todo lo contrario, debemos denunciarlo como el gran promotor de los terroristas y del terrorismo en Venezuela, y como tal, darle el trato correspondiente establecido en la Ley contra la delincuencia organizada y financiamiento al terrorismo. Y con Muchacho, toda una pléyade de pranes oposicionistas que claman por tomarse una foto en Chacao con los terroristas encapuchados, con sus morteros, bombas molotov y demás armas de guerra no convencionales, pero que causan el mismo efecto de las convencionales: muerte y destrucción.
Chacao, es la sede del asesinato de Pernalete. Ese joven estudiante, que creyendo los mensajes de odio que le transmiten los pranes de la oposiMUD se encapuchó y se fue allá, al encuentro con su propia muerte en manos de quienes le acompañaban con iguales ideas y capuchas también. Su muerte, transmitida en redes sociales como causada por las fuerzas del orden y la Democracia, activó la emoción de Ybraim, el hijo del camarada Defensor del Pueblo, Tareck William Saab, quien en dramática carta pública le solicita "poner fin a la injusticia que ha hundido el país", señalándole además, su condena a "la brutal represión […] de la fue cual víctima el día de hoy, como también lo fue Juan Pablo Pernalete, de 20 años de edad, estudiante universitario al que le quitaron la vida debido al terrible e inhumano uso de los gases lacrimógenos", rematando Ybraim, como parte de un libreto bien elaborado en su mensaje a su padre: "Pude haber sido yo".
No se imaginaría Ybraim, que la verdad es revolucionaria y siempre buscará medios y caminos para aparecerse y desmentir a quienes hacen uso de la mentira como un hábito de vida. Pernalete fue asesinado no por bombas lacrimógenas, ni por la represión, más bien contención de la GNB y la PNB, sino por un arma para asesinar ganado, tal cual les aprecia esa oposiMUD, que los asesina como animales, como el ganado que conducen a su propia muerte. Ocho sedes de la Defensoría del Pueblo, han sido objeto del odio y la irracionalidad de la oposiMUD. Quemadas por las hordas hitlerianas, que desprecian el Diálogo y la convivencia humanitaria entre los seres humanos. El irrespeto a las ideas del otro u otra, que han hecho de la intolerancia y el racismo social, su forma de vida. El Papa Francisco, ha reflexionado muchísimo sobre esta problemática y en sus mensajes nos reclama mayor comprensión y fuerza para erradicar el mal de la intolerancia: "Pienso con gran dolor en los sufrimientos, en la marginación, en las auténticas persecuciones que no pocos cristianos padecen en diversos países del mundo" […] "Unamos nuestras fuerzas para favorecer una cultura del encuentro, del respeto, de la comprensión y del perdón recíproco". Llamado papal, que no cayó en el vacío sino que fue recogido y apreciado por el camarada Presidente Nicolás Maduro, quien en sana respuesta afirmó: "De acuerdo Papa Francisco, estoy preocupado por la intolerancia, el odio y la violencia que generó muertos y heridos", agregando: "Con Usted Papa, vamos invocando a Cristo Redentor, a San Francisco de Asís para con sus bendiciones Proteger al Pueblo y hacer la Paz. La Paz…"
La Paz, que no supieron hallar los hermanos y hermanas de Libia, y les trajo más de 80 mil muertos, su infraestructura educacional, cultural, viviendas, de salud y gubernamental, destruidas por las bombas "humanitarias" lanzadas por los criminales de la OTAN y el imperialismo del Estado Unidos. Siendo hoy Libia, un país sin gobierno nacional, sin liderazgo auténtico que logre unificar en una nación-Estado a ese espacio territorial, que fuera paradigma para los pueblos del mundo pues sus servicios de salud eran gratuitos y de alta calidad, la vivienda era considerada un derecho de la humanidad y, por tanto, garantizada por el Estado Libio, la electricidad y el agua eran gratuitas para las y los ciudadanos libios. Se le garantizaban vehículos a la ciudadanía pues el Estado garantizaba el pago del 50 por ciento de su coste. Los préstamos bancarios se otorgaban al Cero por ciento de interés. Si cualquier ciudadano libio decidía dedicarse a la agricultura, el Estado le garantizaba gratuitamente vivienda, animales y equipos de agricultura y semillas. Con Gadafi, Libia fue el país africano de mayor ingreso per cápita.
El derrocamiento y asesinato del camarada Gadafi, solo ha traído una Libia en completo caos. La democracia que les prometieran desde el Estado Unidos, se ha convertido en un terror del cual huyen por millares los ciudadanos y ciudadanas libias. Cifras de la OTAN, nos indican que el número de desplazados ha aumentado en 500 mil libios que buscan librarse de la inseguridad reinante en dicho espacio territorial. Se estiman en más de 15 mil las personas muertas, ahogadas en el mar Mediterráneo, buscando escapar del terror de la guerra fratricida entre las tribus que hoy gobiernan parcelas territoriales de lo que ayer fuera la gran nación Libia. Según el portal web DatosMacro, el Índice de Desarrollo Humano de Libia era para el año 2010 de 0,799, en tiempos de Gadafi, con lo cual se ubicaba dicho país en el puesto 50 del ranking mundial en calidad de vida. Tres años después, en 2013, derrocado Gadafi, el IDH se ubicó en 0,784 puntos. Una caída sustancial, si consideramos que el IDH mide vida larga y saludable, conocimientos y nivel de vida digno, lo cual ubica al país en el puesto 55 del mundo. Tal como lo describe el Dr Mustafá Zaidi, Secretario General del Libyan Popular National Movement: "Creo que debido a la situación en Libia antes de 2011 era como el cielo, todo el mundo tenía acceso a la educación, teníamos salud gratuita, vivienda libre y dimos a la gente la posibilidad de ganar no menos de 500 dólares al mes, y de eso se beneficiaron todos los pobres de Libia. Más de un millón de personas se beneficiaron de este préstamo por parte del gobierno. El gobierno asignaba una parte de los ingresos del petróleo para los pobres. Hoy en día, la gente ni siquiera reciben sus salarios. Así que ahora la gente compara cómo eran las cosas antes con cómo son las cosas ahora y piensan que las políticas que tuvimos por más de 40 años fueron muy exitosas y entonces todo el mundo quiere volver a eso…" Y tal cual el pueblo libio, están los pueblos de Argentina y Brasil, cuando comparan el "cambio" que les prometiera el Estado Unidos a través de sus agentes Macri y Temer, y ahora claman volver a los tiempos de Kristina y Lula. No permitamos, que nos obliguen a vernos en el espejo de Libia, Argentina o Brasil…