Nuestros sueños deben ir siempre
acompañados del fuerte deseo de su concreción,
elevando nuestro pedido a la Pachamama
y trabajando intensamente para lograrlo.
Jallalla
La reducción de nuestros ingresos petroleros, las amenazas del imperio, la inestabilidad geopolítica mundial y el cerco económico financiero que nos están aplicando los EEUU y sus aliados nos obligan a reorganizarnos para para superar nuestras vulnerabilidades productivas, nuestra dependencia tecnológica.
Nos urgen a avanzar en la copia, adaptación y desarrollo de ciencia y tecnología (CyT) para los sectores destinados a la exportación con el fin de evitar que nuestro trabajo y dinero contribuyan más a la acumulación de capital de los países proveedores de tecnología y elementos conexos que a generar los recursos que requiere Venezuela. Nos urgen a dar respuestas originales en la producción de rubros adecuados a nuestras necesidades reales, acordes con nuestra “memoria, tradiciones y mitos” como lo expresa poéticamente el historiador estadounidense Arthur M. Schlesinger.
Pero no partimos de cero. Tenemos un proyecto que nos marca el norte: El Socialismo Bolivariano del Siglo XXI. Y tenemos necesidad y ganas de utilizar nuestra creatividad, conocimientos y destrezas para desarrollar nuestras fuerzas productivas.
Contamos con fabricantes de bienes, servicios y sueños. Trabajadores del sector petrolero e industrias básicas del Estado expertos en administración, gerencia y operación de tecnología compleja. Con trabajadores del campo y del mar conocedores y manipuladores del potencial de nuestro entorno, nuestra flora y nuestra fauna. Con innovadores natos, con portadores, difusores y generadores de conocimientos en distintas materias.
Disponemos de centros de estudio y de investigación, talleres, fábricas de fábricas y plantas madres donde los fabricantes pueden dedicarse a diseñar, crear, probar prototipos de sistemas, maquinarias y equipo; así como a producir partes y piezas para el mantenimiento de instalaciones y servicios complementarios a la producción. Disponemos también de centros de información, de documentación, de comunicación y de control que deben marchar al unísono con nuestra CYT.
Contamos con el presidente Maduro, con una Asamblea Nacional Constituyente y con un Poder Popular antiimperialistas y comprometidos con la liberación del saqueo, la esclavitud y la enajenación que acompañan la adopción de CYT concebida en unos países para su desarrollo y utilizada para la explotación y dominio de otros, como Venezuela.
El reconocimiento y apoyo de gobiernos y pueblos hermanos que recibimos envuelve un gran compromiso. Es cuestión de ponerle cabeza, corazón y manos…
Venceremos.