Por fin Dios mío, el gobierno de Brasil arrimó una para el mingo. O sea, dijo algo que no sea el tono de agresión que, conjuntamente con otros países de la región, ha mantenido hasta este domingo 30 de septiembre donde la prensa nacional e internacional difunde declaraciones muy claras y precisas del ministro de la Defensa de la referida nación sobre Venezuela. Ojalá, otros gobiernos de la región, como Colombia, México, Argentita, entre otros, asumieran una actitud como la de Brasil. Es justo que se deje de agredir a Venezuela en cambote. Nuestro país no agrede a nadie. Y lo que desea es que dejen a los venezolanos y venezolanas dirimir nuestros problemas en sana paz, y encontrar puntos coincidentes para la solución de los mismos.
En efecto, el ministro de la Defensa de Brasil, Raul Junngmann, en el marco de la XIV Conferencia Internacional de Defensa "Forte Copacabana", fue enfático al decir: "No toleraremos intromisión ni intervención de cualquier país en América del Sur". Seguidamente añadió: "La cuestión venezolana interesa en primer lugar a su pueblo, y en segundo lugar a la región. Es muy bien venido el apoyo político de actores y mediadores de otras partes del mundo, pero no será admitida en nuestro continente, cualquier modalidad de intervención extra regional".
El ministro de Defensa brasileño llamó a que los problemas o la crisis que vive Venezuela sean solucionados por los venezolanos y venezolanas, e hizo un llamado para que las partes en diálogo sincero encuentren los acuerdos mínimos para avanzar hacia la solución de la crisis. Esa es otra actitud. Una actitud que no tolera injerencia ni intervención de otra nación en nuestro suelo patrio. Contrasta las declaraciones del ministro con las de la derecha rancia y arrastrada de la oposición venezolana. Es increíble que una país como Brasil, en su vocero, asuma una defensa a ultranza de la soberanía de los países de América del Sur, mientras acá, en Venezuela, la dirigencia de la MUD y su acólitos radicales están loquitos porque nos invadan los gringos. Es, desde el punto de vista que se quiera ver, una actitud traidora. No cabe otro calificativo. Terminó su intervención con estas palabras: "Nos preocupa y mucho la crisis en Venezuela, pero su solución sólo podrá ser dada con la base a la democracia, el diálogo y la reconciliación nacional. Los países vecinos colocan a disposición del Gobierno y la sociedad venezolana su mejor empeño para contribuir en la recuperación de la paz social".
Agregado:
Sugiero al gobierno del presidente Maduro, el envío en gira oficial al nuestro ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, por los países de América del Sur, en donde sostenga un encuentro con sus homólogos de esas naciones, y aborden no sólo temas de seguridad, sino los problemas que afectan a la región en la búsqueda de aportes para sus soluciones. Por supuesto, que está demás sugerir una llamada al gobierno brasilero y felicitarlo por esta digna posición.